Mientras algunos puede que no encuentren financiación y otros se las ven
y se las desean para conseguir estrenar, Woody Allen paga y estrena en
todo el planeta lo que quiere.
Antes eran ideas esquemáticas sacadas del
cajón que comprensiblemente nunca llegaron a ser guiones, ahora ya son
obras de niño de primaria (de ésas en las que copian las películas que
les gustan y no se molestan en imaginar nada).
Cada nueva película de
Allen revaloriza exponencialmente su obra de los últimos
20 años, incluso de la que había hablado mal. No sé lo que pensaré de las actuales películas dentro de diez años y soy yo el que ha defendido mil veces que envejecemos y maduramos peor que nuestros ídolos, que algunos no sabemos calibrar lo que están haciendo actualmente.
Pero es que su uso de la voz en off
llega a unos extremos de insulto e indignidad cinematográfica cada vez
más inauditos. La primera parte es "El apartamento" fusilada. La segunda
tiene un algo de "Casablanca". El final es una melancolía absolutamente
gratuita que no funciona con Jesse Eisenberg y Kristen Stewart. Entre otras cosas porque uno casi simpatiza más con el personaje de Blake Lively, lo que se conoce como el síndrome de Cherburgo.
Ya no valen
las retóricas de agradecimiento por los servicios prestados.
Lamentablemente una de éstas será la última pero artísticamente poco de
menos habrá que echar. Vamos a un ritmo de una aceptable y una
espantosa desde el engendro de "Conocerás al hombre de tus sueños" del año 2010, aunque lo intentes disimular con Vittorio Storaro. La próxima
toca aceptable Mr. Allen. De momento el algoritmo no registra ni un solo fallo.
De acuerdo con la valoración y también con el diagnóstico sobre los excesos miméticos del último cine de Allen; además de los modelos que citas, añadiría la sombra alargada de "El gran Gatsby".
ResponderEliminarSaludos
La siguiente es una serie de tv que tengo por ver.
ResponderEliminarTienes razón en que hay un problema Allen, en el sentido de que cada película entra en el casillero de una larga filmografía y es difícil valorarlas en su tiempo de manera independiente. Supongo que a los espectadores del final de los 50 y los 60 les parecería un poco lo mismo con las películas de Ford, o con los bergmanianos en los 70, etc. Me imagino yo a un grupo de espectadores cansados de ver a Wayne, von Sydow y demás en películas similares a las de los años anteriores. Dicho esto, y negando absolutamente el mismo status creador a Allen respecto a los dos citados, me parece que Allen no ha hecho una buena película, redonda, diría mejor, desde la de Barcelona, tan denostada por aquí. En mi opinión, claro. Y que "Cafe Society" es lo más cercano que ha hecho a ello. A mí sí me pareció que había química entre Eissenberg y Stewart, aunque jamás se entiende por qué ella prefiera al otro, y por qué la guapísima Lively no le quema el corazón. En efecto también, Allen está haciendo una especie de reciclado total, sin avisar, de todo el cine clásico americano. Bueno, de algunas películas. Después de pasar por encima del cine de autor europeo de los 60, ahora le ha ido con los suyos.
ResponderEliminarIgual dentro de 30 años se encuentran todas estas películas, ahora vistas tan leves, tan débiles, como grandes sutilezas de un maestro, al que ya en la vejez hizo sus mejores obras cuando decidió no hacerse el importante y crear un puñado de obras maestras, en el que reflejaba con un humor especial, quizás ingenuo, la historia del cine, sintetizándola en un grupo de escenas intercambiables entre película y película, a la manera de un Godard más divertido y menos fúnebre, glosando su pasado y no su decadencia.
Si.Me siento mucho en ese estado de ánimo.La detesto pero la experiencia me dice que esto ya ha pasado antes y nos hemos equivocado.
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