Nuestro colaborador Milan Vargas se hace emotivo eco de la desaparición del director George A.Romero el pasado 16 de julio, hace ahora justo una semana.
Se ha ido un maestro. Tristemente, sin haber disfrutado la plena
remuneración moral y financiera de su creación precursora y su genio.
Pero siempre nos quedará su sonrisa llena deself-mockery y sus gafas
estrambóticamente vintage.
No puedo resistir contar mi toma de contacto con el
mundo de George A. Romero, sin compartir el contexto… o más bien el lugar.
Cuando me atreví a ver la película Night
of the living dead estaba en una casa rodeada de inmensos eucaliptos y de
cipreses, en una colina con dos cementerios cerca, uno de animales en un islote
rodeado por un río, y otro, el cementerio cristiano que hubiera servido
perfectamente a cualquier experto en localización para una película de terror.
Lo confieso empecé con el remake de Tom Savini, y aunque los puristas me
apedreen, no me resisto al encanto y a la intensidad interpretativa de Patricia
Tallman.
Después de verla me sobresaltaba viendo cualquier sombra al exterior en el
crepúsculo…cosas de la infancia.
La obra del genio de Pittsburgh tiene varias capas. En primer lugar los
muertos vivientes sirven de elemento de tensión. Generan la claustrofobia del
asedio en personajes cuyas tensiones internas no paran de subir hasta alcanzar
el extremo. Por lo tanto los zombies de Romero en su primera obra no son un
accesorio Gore, sino un elemento de tensión.
La sátira social de consumismo y la alienación que representan los zombies
no pierden su fuerza metafórica en nuestros tiempos de Uberisación de la
economía. En Dawn of the Dead Romero
por ello escoge como escenario un centro comercial. Desgraciadamente la obra ha
envejecido probablemente porque enseña a los muertos con menos parsimonia,
siendo los efectos especiales de bajo presupuesto y castigados por el pasaje al
color (la primera película en su versión original está en blanco y negro).
En Day of the dead, Romero
acentúa la crítica planteando el debate ético y sobre todo tomándola con la
institución militar. Sus visiones de ciudades enteras invadidas guardan un
potencia apocalíptica mil veces imitadas. Los efectos especiales mejoran un
poco en esta tercera película, pero sufre los diálogos que se merecerían una
pequeña mejora.
Land of the Dead fue la única verdadera superproducción del gran
George. El proyecto fue ambicioso, titánico y apuntaba claramente a las
desigualdades sociales y los abusos de poder de la era W.Bush. Y si la película
es entretenida, también se merecería una pequeña revisión de guión de la misma
manera que parece que no se ha sacado todo el jugo posible al gran Denis
Hopper.
Diaries of the dead si nos se toma demasiado en serior es una
divertida manera de surfear sobre la ola del found footage. Y por su falta de
pretensión resulta entretenida.
No obstante Survival of the dead
la última película parece cumular todos los defectos de las anteriores sin sur
genio. La creatividad se ha esfumado, los diálogos son demasiado pobres y las
mantanzas entre protagonistas arrancan con demasiada facilidad. Pese a ello no
es desagradable de ver pese a un mensaje bastante pesimista.
Cualquiera podría creer que el tema zombies no da para más salvo para
toneladas de novelas baratas (o no tan baratas pero de estilo muy barato) que
inundan todas las estanterías de las librerías con literatura Z.
Pero basta con leer el estupendo comic The
Walking Dead (olvídense de la serie hablo del cómic), para ver que Robert
Kirkman es el digno delfín de Romero. En los tomos de la saga gráfica el autor
desarrolla con excelentes diálogos y personajes potentes todos los matices, las
posibilidades, metáforas y experimentos sociales de un mundo post-apocalíptico
Z.
Querido George, me gustaría querer decirte Rest In Peace. Pero seguro que allí rápido te aburres y vuelves a
tocar a nuestra ventana, la de fuera o la de nuestro televisor, así que ¡hasta
pronto !
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