El matrimonio protagonista se desintegra pero no necesitamos saber su historia. De hecho la película tampoco es exactamente la historia de esa reconciliación
Los impresionantes e insuperables Bruno Todeschini y Valeria Bruni-Tedeschi son puro cuerpo, dos cuerpos que se alejan y se atraen. Pura indecisión, ingrávida, magnética. Están al borde de la separación, él no cree en el milagro, ella no quiere separarse, pero no es ninguna histérica.
Cuando un director enfocando durante minutos a una puerta consigue una de las escenas más emocionantes que se recuerdan es que está en estado de gracia. La pareja habla en tomas fijas muy largas, casi nunca coinciden en plano. Suwa deja crecer esa historia de amor escondida tras la inminencia del crepúsculo, es una hormiguita sin prisas que obtiene resultado.
Resuena obviamente "Viaggio in Italia" y resuenan los Bergmans postreros. La estancia del hotel es el tercer personaje, habla de ellos dos y hablan de ellos dos sus cuerpos, sus vestidos, sus gestos, sus miradas. Hay que saber qué se quiere para dirigirlos así, y hay que tener en ese juego entre cuerpos y fondo a una colaboradora como Caroline Champetier que ejerce de directora de fotografía y directora artística, casi la coautora de la película, junto a Suwa y esa milagrosa pareja imposible de olvidar.
Hace unas semanas me asomé tímidamente a una película de François Ozon llamada "5x2" donde a los veinte minutos el exhausto espectador ya había presenciado una escena de sexo forzado y el relato de una orgía multitudinaria . Al exhausto espectador ya no le quedaban muchas ganas de saber si la siguiente escena giraba entorno a la zoofilia, el sadomasoquismo o la simple y llana masturbación. Y todo para narrar como aquí la desintegración de un matrimonio. Cuando me cicatricen los moratones propinados para que atendiera vuelvo a ella y la termino
Hace unas semanas me asomé tímidamente a una película de François Ozon llamada "5x2" donde a los veinte minutos el exhausto espectador ya había presenciado una escena de sexo forzado y el relato de una orgía multitudinaria . Al exhausto espectador ya no le quedaban muchas ganas de saber si la siguiente escena giraba entorno a la zoofilia, el sadomasoquismo o la simple y llana masturbación. Y todo para narrar como aquí la desintegración de un matrimonio. Cuando me cicatricen los moratones propinados para que atendiera vuelvo a ella y la termino
De
aquella experiencia quedaba la desaprovechadísima Valeria
Bruni-Tedeschi y las ganas de volver a ver "Un couple parfait", que
habría jurado haber visto en una versión en celuloide gustándome mucho pero no tanto, y no en el formato
de video digital en el que gana cien mil resonancias por segundo,
presentado en el pack de Intermedio, un pack con películas de Nobuhiro Suwa que no tiene ningún tipo de desperdicio.
Precioso y justo comentario que comparto plenamente (no he visto la de Ozon... pero ni falta que hace). Da gusto leer textos así aunque no escribas tanto como quisieras ;-)
ResponderEliminarCualquier día de estos le dedico también una de mis parcelas :-)
Abrazos,
Rafa.
Tú y yo si no recuerdo mal hemos coincidido más veces con Suwa. Qué grande, cómo no rueda más a menudo. Qué gigante.
ResponderEliminarMuy buen film, lejos de todas formas de su obra maestra absoluta "M/Other" - que ya empieza a quedar un poco lejos -, la mejor japonesa de los últimos 20 años junto a un par de Wakamatsu y Yoshida.
ResponderEliminarSí, aunque esta segunda vez se ha acercado mucho, creo que "M/Other" sigue siendo mi favorita de Suwa.
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