Viendo la fama controvertida de película y director...¡Jo!, qué texto tan difícil de escribir, porque una parte (considerable) de los lectores rápidamente va a pensar, "ya, de menudo peñazo se debe tratar tratándose de quien se trata" y más si este tío se justifica tantísimo como por otra parte tiene el vicio de hacer entrada por entrada en este blog, pero quien crea en la honestidad de mis palabras (ya se sabe, sin sueldos que vengan del cine ni prestigio ninguno que justificar, vago, empezando a ser mayor y muy inconstante para entrar en ninguna secta o camarilla crítica...con intereses excesivamente diversificados y un rasero caprichoso y muy inclusivo) puede encontrar si no acuerdo conmigo sí inesperadas recompensas.
Miren, para bien o para mal, uno no cree demasiado en ese tópico sobre directores que conscientemente estafan a su público con películas ridículas que no significan nada ni tienen ningún valor. La fábula del traje nuevo del emperador yo no me la creo mucho en el cine y menos cuando se trata de directores que han filmado películas que a mi me parecen fascinantes. Estoy más dispuesto a creer en mis limitaciones como espectador, no hablo de limitaciones intelectuales, sino del acto de mirar como acto siempre incompleto. Ello no quiere decir que no se pueda hablar de fracasos artísticos o de películas que a uno no le han gustado. No quiere decir que ciertos nombres sean inmunes, ni deban serlo, pero sí creo cada vez más en películas como objetos de abordaje arduo y mantenido en el tiempo, de películas que deben ser sitiadas para alzarse con la victoria (algunas, no todas las que uno ve, no por sistema).
"Passion", en la que un director intenta sacar adelante una película a base de reproducciones pictóricas y sólo Metro parece proporcionarle financiación, en principio parece un poco arisca y da algunos arañazos, han sido algunos meses de tentativas, de algunos inicios frustrados en meses, días y horas inconvenientes, y meses de coscorrones. Pero de repente llega un día en que uno tiene los poros abiertos y se sumerge.
Se sumerge desde la irrenunciable condición de la película de objeto misterioso cuyo sitio no ha terminado ni probablemente nunca termine, desde un entendimiento incompleto y vago, pero con los poros abiertos y sumergido en una fascinación trémula por esas imágenes antológicas, enigmáticas, fotografiadas por Raoul Coutard en su reencuentro glorioso con Godard.
Seul le cinéma
"Passion" es una película arrebatadoramente hermosa hasta el delirio, de las mejores que le he visto a Godard (me falta aún mucho), de las más extasiantes que he visto nunca. Posee su argumento de cine dentro del cine, de director rodando y sus complicaciones profesionales y sentimentales, pero pocas películas servirían mejor para explicar la belleza de lo cinético, de lo corporal, de la luz como creadora de lenguajes.
Yo soy asistemático, superficial y caótico para explicarlo mejor, pero mientras, Godard sigue pasando por impostor y por mentiroso entre un sector de la cinefilia (puedo entender que resulte discutible, fallido, equivocado o pretencioso, que la película repela o aburra mortalmente), pero no hay nada de estafa en semejante y arrodillante obra maestra, de imágenes sugestivas, emocionantes e imperecederas. Ya que hablamos de rodajes en Polonia habría que preguntarse lúdicamente por qué Lynch sí (tiene ganado el cielo) con esa "Inland empire" tan libre y única, y Godard, eternamente bajo percutante sospecha aún es tan vilipendiado habiendo dirigido películas tan asombrosas como ésta, que se erige también única y libre, tan creativa, solitaria y revolucionaria como las mejores del director norteamericano.
Como complemento y casi más imprescindible que "Passion" para entender al Godard de estos años es "Scénario du film Passion", un casi largometraje (cincuenta y tantos minutos) donde avanza ya lo que serán sus "Histoire(s)...", colocándose él mismo entre el proyector y la pantalla en blanco. Entonces es cuando se da uno cuenta que más aún que Delacroix, que es quien parece inspirar la parte visual, la métrica del film le debe mucho a Mallarmé y Verlaine.
ResponderEliminarDesde luego ahora estoy más interesado que nunca. Y más cuando sí, "Passion" es pintura y es métrica.
ResponderEliminarHace algo menos de una década, me costó muchísimo entrar en esta película y estuve a punto de dejarla irritado. De hecho, hay quien la considera una de sus obras menores y prescindibles.
ResponderEliminarDe la época, lo más grande de Godard es su "Nombre: Carmen", en mi opinión... quizás porque conecta con la etapa suya que más me gusta, que es la de los sesenta al completo. No obstante, leyendo tus impresiones creo que va siendo el momento de volver a reencontrarme con él y estrenar el DVD que compré en su momento.
Abrazos,
Rafa.
Yo no os había leído, en general, cosas muy entusiastas cuando hable de "Nombre:Carmen", y lo primero que atisbé no me apeteció mucho.
ResponderEliminarTambién hay que decir que no tiene mucho que ver con los 60, o no lo suficiente, pero me he quedado flasheado.
Se suele decir aquello de "no tenía el momento", pero en mi caso creo que "tenía el momento". La historia es verdad que no me engancha demasiado y que por ahí no sé si yo si es un buen camino, pero me parece que tiene una belleza y un ritmo poético impresionantes.
Ya hay cosas que me recuerdan a lo que luego será "Film socialisme", en las localizaciones y en el color tan particular de la película. Coutard ganó un premio técnico en Cannes, y en general creo que la película me ha colocado a Godard un peldaño por encima de donde estaba.
Abrazos
Sergio
Passion es maravillosa, desconocía que hay un sector de la cinefilia que tiene tan mal concepto de Godard, pensaba que el único era Boyero.
ResponderEliminarPara las nuevas generaciones habrá que poner notas a pie de imagen para contarles qué pasaba en Polonia en aquella época.
Creo que ésta la iba a producir Coppola, que salió huyendo.
No es mal concepto de Godard.En su etapa de los años 80, principios de los 90 la clase media cinéfila no ha (habíamos) entrado del todo, yo estoy ahora mismo en pleno deslumbramiento. Saco esas impresiones de conversaciones informales más que de lecturas gacetilleras.Y me queda por comentar una de tus favoritas, que está en el borrador, ante la que me he quedado tan asombrado como con poco que decir.¡Ay de mi!
ResponderEliminarHélas pour moi! es una reivindicación personal porque, además de ser una de las películas románticas más hermosas de las últimas décadas, el propio director la trató muy desdeñosamente, probablemente porque se llevó muy mal con Depardieu.
ResponderEliminarY, la verdad, no entiendo que se tomen tan en serio las boutades de Godard, amigo de soltar chorradas y polemizar hasta la extenuación con argumentos que muchas veces no tienen ni pies ni cabeza, con lo estimulante que es atender a lo que nos dicen sus imágenes.
Si no fuera porque ya saldrás linkeado (que es buena costumbre de esta casa) casi, casi te copiaría el comentario para el día que la saque a la palestra del blog, así puedo medio justificar que ciertamente me parezca muy hermosa aunque no pueda hacer nada bien una gran ni pequeña glosa de lo quiere decir exactamente, aunque procure prestar respetuosa atención, jaja....Sólo sé que me parece una espléndida película.
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