El lector se mueve siempre entre la necesidad de descubrir un amplio abanico de autores y temáticas y las ganas de profundizar en lo conocido.
Tercera incursión en Ellroy en poquísimo tiempo. Diría que ahora voy a descansar pero no estoy absolutamente seguro de poder garantizarlo.
"El gran desierto" desconcierta en su primera mitad por su rigurosa y concentrada atención en una investigación policial, casi sin asideros ni fugas hacia lo melodramático. Desconcierta, agota, cuesta y cansa un poco. Pero no la puedes dejar.
Cuando el protagonista se infiltra la atención se dispara y poco a poco se va llegando a un descontrolado paroxismo narrativo.
Al final tercera novela leída y tercera propuesta absolutamente diferente, arriesgada y con marcadísima personalidad propia. Repites incansablemente personajes pero ni la más mínima mímesis entre título y título.
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