sábado, 7 de febrero de 2015

CENTRO HISTÓRICO

En la ciudad portuguesa de Guimaraes estaban de fiesta en el año 2012 por la capitalidad europea de la cultura y se les ocurrió concitar a cuatro cineastas de primera magnitud para hacer una "italiana" película de episodios. Gran invento, los segmentos suelen compararse, aunque en este caso lo más llamativo realmente es ver qué actitud adopta cada cineasta con la levita anudada en plena fiesta.

Ninguno deja de ser quien es, pero con atenuantes diferentes.

Aki Kaurismaki como siempre consigue que hasta en Portugal haga frío, se le ve suyo pero un poco encorsetado por cómo mete fados a todo trapo.


Pedro Costa no sólo es muy suyo sino que hasta abusa y se exacerba a si mismo. Le sigue sacando partido, con total justificación, con causa y de manera triunfal al sublime personaje de Ventura. No renuncia a sus tejanos y a su camiseta (léase de forma metafórica) aunque esto sea una gala.


A Víctor Erice no se le suele ver en estos saraos, ni en estos ni en casi ninguno. Ya he dicho alguna vez que no soy amigo de sacar en procesión a San Víctor Erice mientras lloramos y cantamos la saeta "el pobre Víctor Erice no puede dirigir en España". Lo que no quita para que siempre me convenzan sus trabajos. El procedimiento de "Vidrios partidos" me parece en inicio demasiado agradecido, dar la palabra a antiguos trabajadores de una fábrica téxtil que hablan ante la cámara de sus recuerdos con una antigua foto a sus espaldas. Ideal para divagar sobre la palabra y la imagen o sobre el saber escuchar, el presente de Europa, el futuro y la herencia. Lo que pasa es que Erice encuentra en esos testimonios una bellísima serenidad, un orden y una ausencia de cuentas con el pasado, que acaba consiguiendo un fragmento de intenso humanismo, algo alargado al final con el parlamento del actor. Se lleva la gala de calle, don Víctor.


Finalmente el de Oliveira, aunque atractivo resulta demasiado escaso o precipitado, se le ve en un compromiso, que se saca de encima algo (in)decentemente.



Otro día hablamos de Godard y Greenaway, a los que también invitó a filmar la ciudad de Guimaraes.


6 comentarios:

  1. Aunque probablemente por distintos motivos a los tuyos, Sergio, también en mi caso la "pasión Erice" está bajando de intensidad. Hombre, además de la calidad de sus primeros (subrayo) trabajos, es que era en los últimos tiempos —como se ha dicho en otro contexto— el "maestro en el erial". Me agota y aun me fastidia su recurrente último discurso (fílmico y teórico) sobre la prevalencia del documental sobre la ficción cinematográfica. En "El sol del membrillo" borda una obra maestra sin énfasis y sin mensaje. Ahora, cuando entra en escena la predicación se pierde predicamento...

    Salucines

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  2. Sí, los motivos son diferentes, más que Erice, al igual que me pasa con Truffaut y con Godard, lo que me cansan son sus fans-plañideras (aunque en el caso de Godard él los alimente con sus declaraciones de forma muy astuta).

    Saludos

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  3. De "El sol del membrillo" hay una entrevista a Antonio López que vale la pena,

    http://letrasdecine.blogspot.com.es/2008/10/entrevista-antonio-lpez-propsito-de-el.html

    El sol del membrillo es la filmación de un proceso y aquí te explica el proceso de la filmación del proceso.

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  4. No he visto todavía "El sol del membrillo" pero las expectativas no pueden ser más altas porque todo Erice me ha subido como la espuma, incluso "El espíritu de la colmena" de la que nunca fui muy fan, pasando por "El sur", de la que parece que está de moda obviar las virtudes de la película que es.

    En todo caso lo que menos me interesa de Antonio López son sus destructivas opiniones sobre "La bella mentirosa" de Rivette, por supuesto que Piccoli no es un pintor de verdad, pero es la eterna matraca, sólo hay un camino, sólo hay una posibilidad a la hora de hacer las cosas, yo tengo la razón y los demás andan completamente equivocados.

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  5. Erice presentó la peli en Cineteca y fue muy interesante, contó estuvo un montón de meses estudiando la fábrica y todo lo relacionado con ella, hizo mogollón de entrevistas y escribió todos los textos que se recitan en el film, que no son vivencias personales de los entrevistados sino una mezcolanza de todo lo que había escuchado Erice. Él habló de Sicilia! como un referente, que ya se sabe que estos señoritos no se mezclan con cualquiera...
    Con lo que habría que acabar es con el extravagante mito de que Erice ha dejado de rodar; mayoritariamente se ha pasado a formatos modestos (como Cavalier, por ejemplo), pero Alumbramiento y Centro Histórico están hechas con equipos profesionales (y La mort rouge será una obra mayor dentro de su filmografía, sin duda)

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  6. No me había documentado y ni por un momento se me ocurrió que los que se dice en esta obra pudiese estar previamente escrito. Desde luego da la sensación de ser el que más en serio se tomó la película con diferencia. Y a mi el resultado me parece magnífico.

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