Hace unos cuantos años vi esta película por primera vez y no me gustó demasiado.
Ahora me parece mucho más disfrutable, sobre todo por su magistral puesta en escena. Nadie como Sirk y Ray pusieron en imágenes las luces y sombras del que se llamó american way of life. En conveniente color.
Lo mejor de "Bigger than life" está en sus imágenes, en sus soluciones de puesta en escena, el espejo roto, la sombra alargada y monstruosa de James Mason, la casa en la que vive como auténtico personaje.
Pero hay algo que como entonces sigue sin convencerme. La historia de un profesor enfermo que se hace adicto a la cortisona cuyo comportamiento se vuelve más violento carece de interés en si misma salvo si se le incorpora una segunda capa, una lectura irónica en la que los comportamientos fuera de lugar del profesor ponen en solfa las convenciones de la sociedad pulcra y de límites cerrados en la que vive.
Nicholas Ray y la película hacen posible esa lectura, y eso es lo mejor de la misma, pero a medida que avanza el relato falta convencimiento en esta posibilidad. Los hechos se vuelven más guignolescos y el final, lo que más me rechinó, excesivamente convencional y precipitado.
Salvando las distancias y que la puesta en escena de Ray es infinitamente más atractiva y talentosa que la de Miller, la película me recuerda muchísimo a "Las brujas de Eastwick", en la que el diablo al que interpretaba Jack Nicholson también hacía tambalear con sus palabras y sus actos a la rígida sociedad en la que aparecía pero el relato derivaba hacia la necesidad de exterminar sus reprobables e indefendibles actos.
Incorporando una tercera capa podríamos deducir que las sociedades claustrofóbicas son increíblemente efectivas exterminando a los individuos anómalos en ellas, pero cuando los individuos son mostrados de forma tan anómala esta seductora tercera capa de lectura decididamente no funciona como debería.
Es asombrosa la versatilidad de James Mason para dar en el blanco con todas las caras y matices de su personaje. Uno de los más grandes actores del cine, el más grandes empatado con quienes quieran.
Pues yo también la recuerdo bastante imponente en su puesta en escena, pero lo de la cortisona no acababa de funcionar, la vi en la época en que la heroína causaba estragos y empezabas a percibir comportamientos paranoicos en los asiduos a la cocaína, mientras que la cortisona se ha quedado en componente de pomadas.
ResponderEliminarEstoy releyendo los ensayos de Weber sobre la influencia de las creencias puritanas y calvinistas en los orígenes del capitalismo, y resulta curioso ver esas sociedades cerradas y estrictas desde dentro, de coacciones extremadamente violentas, pero también muy eficaces.