Los dos tochos franceses que me han llevado unos invernales dos meses y medio, de hecho casi tres:
LAS ILUSIONES PERDIDAS: Espléndida y catedralicia novela, costosa de leer en la azarosa vida diaria, de cocción lenta pero a la que uno va percibiendo su maravillosa construcción en tres majestuosas partes no puede más que acabar rendido a la peripecia del provinciano Lucien Chardon, a la búsqueda de la gloria literaria en París vía periodismo como antesala o catapulta y cómo esa odisea afecta a la vida de su amigo el empresario de las artes gráficas David Sechard. Novela imperecedera y vigente como ella sola.
VEINTE AÑOS DESPUÉS: Tras la deslumbrante "Los tres mosqueteros" comienza esta novela de forma prometedora, con los cuatro amigos reencontrados y preguntándose si hicieron bien veinte años antes cometiendo el crimen que cometieron. Uno se emociona y cree que está ante "El padrino II" o ante el "Sin perdón" de la literatura de capa y espada. Sin embargo el interés y la fuerza van diluyéndose con personajes como el hijo adoptivo de Athos y la narración resulta mucho más espesa y carente de la gracilidad de la primera parte. Uno hace un esfuerzo por aceptar un planteamiento novelesco diferente pero no: es un tostón. El viaje a Inglaterra para salvar al rey ante Cromwell es un poco más interesante. Y el final en Notre Dame pre-Victor Hugo es curioso pero pocas ganas me ha dejado leer la tercera y última parte.
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