Uno de los clásicos que más impacto produjo en mi adolescencia, vista en Sábado Cine un 11 de agosto de 1990. 30 años después sigue siendo una estupenda película, que intenta recoger en parte los matices y las críticas a la vacuidad de esa juventud sixtie presentes en la novela de John Fowles pero sin su ensaladilla de puntos de vista, que no es muy de mi agrado, sinceramente. Wyler focaliza muy bien y construye un gran film de suspense, que probablemente no esté a la altura en su resolución formal y genial de los psicopátas coetáneos de Hitchcock o Powell pero ha sabido permanecer en el imaginario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario