Du côtê de chez Swann
Marcel Proust, 1913
Destino, 526 páginas
Noviembre 2013
La lectura de esta obra de Proust suele empezar planteándose como un reto, como un desafío, pero no hay nada más desatinado porque devuelve con creces todas las dificultades que plantea.
Su narrativa de largos párrafos con escasos puntos, de sensaciones y pensamientos estirados y conducidos por el pensamiento anterior, agota tanto como maravilla.
Casi tan hermoso como lo que hay entre sus páginas es el relato de lo que nos ha movido a leerla, muchos compartibles o íntimos motivos.
La huida de una cultura de postín (saber qué es de verdad la magdalena de Proust), la emoción del ciclo, la experiencia sostenida a lo largo de un par de años, el conocimiento de un puntal de la narrativa moderna, de otra forma de narrar, la introducción y conocimiento de todo un mundo del que sabemos que finalmente seremos parte integrante, ser parte integrante de la experiencia colectiva de tantos lectores a lo largo de tantas décadas, como formar parte de puro corazón de esa nación (algo común a los clásicos, el mejor nacionalismo que existe...)...
"Combray" es una experiencia iniciática, quedamos tan aturdidos y atropellados como extasiados, "Un amor de Swann" en ocasiones se edita (y con razón) como novela independiente de amor y celos y de acceso al ciclo, "Los nombres de país:el nombre" es el pequeño broche de oro que deja las espadas en alto.
Un mundo en el que vive la carne con el mismo latido que vive la literatura, la arquitectura, la música, las artes, ¿no es un mundo ideal?.
En esta misma entrada, permanezcan atentos a sus pantallas.A partir del 25 de febrero de 2014 "A la sombra de las muchachas en flor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario