viernes, 14 de abril de 2023

UNA BONITA MAÑANA

 Tengo que decir de entrada que "Un beau matin" (Mia Hansen-Love, 2022) me ha conmovido de una forma inapelable y contundente y que aunque en esas cosas no medie ningún tipo de racionalización, decisión o valoración, se pueden comentar algunas cosas. En primer lugar me desdigo de mi comentario tibio tirando a negativo sobre "La isla de Bergman", debería haber sido aún más demoledor. Esa película que me ha quitado todas las ganas de ir a la isla de Färo, poblada por monigotes parlanchines a los que Bergman les "duele", merece todos los infiernos y los descréditos, ya definitivamente.

"Un beau matin" no me gustaría pensar que me devuelve a la Mia de "siempre", ni que soy el típico fan que condena a sus fetiches a no moverse ni un milímetro de su posición paradigmática. Pero es que aún en esos funestos casos me tengo que rendir a la evidencia. Recuperando como de costumbre tintes autobiográficos, en los que se mueve con grandísimo talento y sensibilidad, ya en los créditos pone el metrónomo a funcionar con un precioso tema musical titulado "Liksom en herdinna" del pianista sueco Jan Johansson, uno de esos temas que a mi me mete de lleno en la película, que rápidamente me ha recordado al tema de "La carcoma", y ¡si!, bingo, es el compositor...y un momento, ¡es el tema de "La carcoma"!.La directora no se desprende el todo de Bergman y recupera esta evocación sonora de un film protagonizado por una rubia de pelo corto, con la enfermedad de una madre y un adulterio por allí.El tema sonará a lo largo de la película punteandodo el tono y ayudando a dibujar al film su identidad, pero ojo, que si en su día ya no era una tema en absoluto "bergmaniano", y musicalmente sorprendía en aquel film, aquí hay que constatar que tampoco Hansen-Love entrega un film bergmaniano sino probablemente de los mejores o el mejor de los suyos.
La película narra o mejor dicho atrapa un instante vital, en de Sandra, una traductora (Léa Seydoux), que cuida a su hija en solitario (llamada Linn, sigue la sombra del sueco) mientras vive dos procesos vitales al mismo tiempo. La enfermedad neurodegenrativa de su padre, un profesor de filosofía que está perdiendo además de la parte afectiva la parte cognitiva, la posibilidad de leer, que le hacían amar la vida. Y por otro lado el enamoramiento de un amigo de su marido fallecido años atrás, Clement (Melvil Popaud) un cosmoquímico, como se encarga varias veces de repetir, a mi juicio una persona insoportable, no me extraña que ella no quiera salir de la cama, sin duda aterrorizada por tener que oirle hablar durante la cena, pero claro, no le vas a contar a las protagonistas de quién se tienen que enamorar.
El caso que es la película describe este instante vital interelacionando magistralmente las dos partes. Las emociones que siente un personaje son un todo, son el resultado de todo lo que está viviendo y cada proceso carga de emotividad y de intensidad las escenas del otro. La pérdida progresiva del padre resulta brutal y antológica, y llega a extremos difíciles de olvidar en las escenas de la biblioteca personal, como no sentirse identificado con lo que sucede y lo que se dice, con él y con sus hijas al mismo tiempo, y qué poco molesta que se explicite cuando las cosas se dicen tan bien y con tanta naturalidad. O la escena de la sonata de Schubert, ¡esa música tan pesada!. La historia de amor resulta más convencional pero como parte de ese instante vital, está integrada con una veracidad y credibilidad de primera magnitud.
Mia Hansen-Love como directora hace lo que mejor se la ha dado siempre. Contar con una claridad y una fluidez proverbiales, consiguiendo eludir tanto lo hermético como lo simplón. Observando los pequeños gestos y volcanes del día a día, ya sea ese encuentro con la estudiante que está en el trailer que ya entonces me puso un nudo en la garganta (uno de los varios que trae el film), ya sea esa conversación con la hija al salir del cine que me ha hecho mucha gracia porque nunca lo he hecho pero siempre lo he pensado, ya sea el saber que cuando los vas a buscar al colegio lo primero que te piden es ir al parque con los amigos, ya sea...muchas cosas. Y consigue que ese gusto por los gestos, por los pequeños detalles no detenga la narración en ningún momento, no me cansa ni se me hace pesado en ningún momento.
En realidad el tono de la película recuerda mcho a la fluidez de la inmensa mayoría de sus películas, a día de hoy tengo la sensación de que con ella ha llegado a su quintaesencia, a la máxima depuración de su estilo. Quizás porque lo ha hecho realmente o porque ambos, directora y espectador común hemos madurado, crecido y vivido juntos (bueno, juntos no, al mismo tiempo) en nuestra mútua condición. A día de hoy, "Un beau matin" me parece una grandísima, enorme película y seguramente una de las obras más perdurables en mi memoria sentimental de este 2022.



miércoles, 12 de abril de 2023

LOS FABELMAN

 Los mejores momentos de "Los Fabelman" (Steven Spielberg, 2022) son aquellos en los que la pantalla devuelve a la mirada del protagonista la revelación de una verdad, un conocimiento de si mismo y de la vida que nada entre lo doloroso y lo catártico, porque le abre a la larga puertas para crecer. No me refiero tanto a la epifanía inicial viendo "El mayor espectáculo del mundo" (título significativo) como a la revelación personal que le suponen las películas caseras. Esta relación con la imagen, con el cine como arte de resucitar, de conjurar fantasmas, más allá del formato pulido y acabado de un film comercial, me remite inmediatamente a dos películas que admiro profundamente:"Vida en sombras", la insólita película película barcelonesa de Lorenzo Llobet de 1948, que siempre he creído que enloquecería a la generación de los moteros tranquilos y toros salvajes, y el "Blow out" de Brian De Palma. En ambas películas caseras o retazos de imagen y sonido provocan catarsis en los personajes y en la acción a la manera que sucede también en esta obra de Spielberg.

Por otra parte la película se enmarca en la tendencia de los últimos años de los directores veteranos a relatar de manera más directa, clara o velada su infancia y primera juventud, en el vestíbulo del cine leo que al parecer Sam Mendes hace lo propio en "Empire of light", ya coinciden a pares.En ese sentido el director firma el guion junto a su ahora mismo estrecho colaborador y guionista de confianza Tony Kushner, por lo que he leído siempre parece ceñido a la biografía de Spielberg, aunque desconozco qué grado de licencias y desvíos de lo sucedido se ha permitido o dejado de permitirse y reconozco que no me ha motivado investigarlo con detalle.
¿Veredicto?, no sé, es un film un tanto desconcertante. Porque por un lado creo vehementemente que Spielberg vuelve a estar, una vez más, en un momento dulce de forma y de dominio y que su ejecución del material que tiene entre manos me parece irreprochable y decisiva. Otra cosa es lo que tiene entre manos, creo honestamente, que más aún que en el "Armageddon time" de James Gray, que al menos tenía un contexto y aquí el contexto está fulminado, lo que cuenta tiene un interés muy limitado. Ni la historia vocacional es tan fascinante, salvo las ideas apuntadas anteriormente, ni la crisis familiar es tan impactante o emotiva (de hecho el famoso divorcio que ha recorrido su filmografía llega casi al final del metraje), ni sabe muy bien uno el por qué los personajes masculinos del padre y el mejor amigo que interpretan Paul Dano y Seth Rogen tienen tan poca entidad dramática, la realidad es que ninguna hasta lo ruborizante, o por qué la película acaba tan abruptamente con un episodio que ya conoce toda la cinefilia digital de estos tiempos y que supongo que habrá querido dar a conocer al resto de la población mundial.
Lo que más me ha divertido en el terreno de lo dramático es el personaje de la primera novia, esa fanática ultracatólica que interpreta Chloe East le da varias lecciones de vida y de diversión a nuestro timorato futuro director (imagínense, una ultracatólica), y teniendo en cuenta que el personaje de la madre que interpreta Michelle Williams si bien no es tan nulo como sus partenarires masculinos resulta de una inestabilidad pesadota, que en la película están extirpados todo sentimiento autenticidad, de vitalidad, de carnalidad, de credibilidad ("no hemos llegado tan lejos como te imaginas" ¿de verdad hacia falta?), que la película parece la vida de Spielberg contada a un niño con el que hay que tener cuidado qué se le cuenta...pues no sé...
Pues eso, que viendo en las últimas escenas al actor Gabriel La Belle, que se parece pasmosamente tanto al Spielberg joven como el Antonio Banderas de "Dolor y gloria" a Almodóvar, el balance final es que jamás la casi más absoluta NADA se envolvió tan bien con maneras magistrales de escuela de Cine y de grandísimo narrador. Solo el trabajo de Spielberg permite que se puedan ver bastante bien 150 minutos, que ya hay que ser pagado de si mismo para darle esa duración a la historia de tu poco interesante vida. En manos de otro director este guion, que el pelota de Tony Kushner le animó a que escribieran, habría sido una experiencia aberrante, aquí se ve con agrado pero yo no consigo ver más.



lunes, 10 de abril de 2023

TÁR

 "Tár" (Todd Field, 2022) no empieza ni termina con música clásica, de hecho ésta tarda un buen rato en aparecer en escena. Desde el primer instante está uno ya avisado que no va a ver el típico armazón melodramático que entregaría casi cualquier film de Hollywood con una estrella haciendo de directora de orquesta. Field, que fue la gran promesa blanca del cine USA de principios de siglo, ha vuelto tras un gran silencio con una película de una megalomanía, una originalidad y una ambición deslumbrantes.

Desde el primer momento se dedica a que Cate Blanchett se apropie, y parece hacerlo con facilidad desarmante, del personaje ficticio de Lydia Tár, la directora titular de la Sinfónica de Berlin, un ser superior que en el mundo de la música lo es y lo ha sido todo, discípula de Leonard Bernstein, que se enfrenta uno de sus grandes retos profesionales, la grabación de la quinta de Mahler, que va a ser el insólito macguffin de este thriller desatado sobre la cancelación, el movimiento woke y las ambigüedades, verdades y mentiras de nuestro mundo.
Lo primero que sorprende de la película es la voluntad totalizadora que tiene, cómo se entrega a su tema con profusas conversaciones sobre música, llenas de centenares de referencias, con el riesgo que conlleva de echar a patadas a buena parte de la audiencia y no tener la absoluta seguridad de seducir o hipnotizar al público que pueda sentirse más cercano, afín o saber de qué le están hablando. Yo disfruto de esa pasión y aprecio ese riesgo y entiendo en ese sentido su desmesurada duración para poder llevarlo a cabo.
Pero la película no se queda en esa insólita condición de ensayo sino que va penetrando lentamente en los terrenos del thriller conspiración en Berlin, que podría filmar un David Fincher o un Michael Mann hasta que ambas cosas thriller y ensayo conviven con una hermosa y original naturalidad.
Todo esto claro está estaría falto del elemento cinematográfico para sustentarse y ahí está Field con una puesta en escena devota de los juegos con el espacio y de las mimadas composiciones del plano para no dejar huérfana ni a la película ni al espectador más esteta y hedonista.
Ésta igual me la compro en blu-ray.



lunes, 20 de febrero de 2023

COMO UN TORRENTE

12 años de blog...



Se emitió el 30 de noviembre de 1992 en un ciclo dedicado a Vincente Minnellí, allí la vi, no sé muy bien lo que debí pensar, imagino que me gustó a la manera gruesa del "gran clásico" y no me había vuelto a topar con ella desde entonces. Luego leí sobre ella en la monografía de la editorial Cátedra de Augusto M.Torres sobre el director publicada en 1995. Es verdad que en todos estos años, tras ese ciclo y esa monografía que leí con verdadero cariño porque alberga cosas que
me gustan mucho en los textos de cine, salvo mi desmedida mitomanía a favor de "Dos semanas en otra ciudad", he dejado un poco de lado al director.

"Como un torrente" (Some came running, 1958) me ha producido en principio una opinión algo desfavorable. Me parecía un novelón rígido y plomizo al empezar a verla por la noche pero si los ligues pueden empeorar al despertar por la mañana, lo contrario puede pasar con las películas.
He empezado a pensar en Welles y en lo que detestaba a Minnelli, seguramente por ese ramalazo de decorador por el que Mitchell Leisen eran también sentenciado. Me he empezado a fijar en los decorados de los diferentes sets en los que los personajes se visitan y cómo los define (qué biblioteca). Diría que buena parte de la estructura dramática de la película son visitas. Y de los decorados he saltado y empezado a embelesarme con los movimientos de cámara, los planos secuencia y de ahí a esa historia de apariencias en una pequeña comunidad, de capas sociales, de méritos y cultura del esfuerzo que no lo es tanto (cinceladísimo el hermano que interpreta Arthur Kennedy), de suerte, de amistad, de tragedia y de un amor extraño, insólito y auténtico.
Magistral scope, magistral color, y los mejores Frank Sinatra, Dean Martin con sombrero, Shirley Mclaine excelsa y hasta la fría Martha Hyer creo que da el tipo en escenones como la seducción tras la lectura de la novela.
Rojo Minnelli.

viernes, 13 de enero de 2023

SIGUIENDO MI CAMINO

 

Si ya por "Make way for tomorrow" a Leo McCarey lo han usado como una suerte de precedente de Ozu, y quiero pensar que no solo por las coincidencias temáticas, produce verdadero pasmo ver una película como "Going my way"(1944).
En primer lugar cabe reseñar un obstáculo comprensible, uno puede no sentirse interesado por esta historia de un cura cantarín intentando salvar a la parroquia de sus problemas económicos mientras monta un coro de chicos descarriados para salvarlos al mismo tiempo de los peligros de la calle. Demasiado para el cuerpo sobre el papel.
La verdad es que el argumento no es a priori atractivo y creo que la única vez que vi la película hace cosa de 30 años me resultó completamente indigesta. Sin embargo, obviando eso, tras 30 años de ver las películas que he podido o querido, y para qué negarlo, habiendo visto su segunda parte "Las campanas de Santa Maria", hace no mucho, que interpreté erroneamente como un acto de valentía y riesgo bajo el paraguas de un éxito anterior, ahora no puedo dejar de sentirme absolutamente sorprendido por esta obra que me parece absolutamente marciana en el panorama del cine estadounidense de los años 40.
Porque ni puede adscribirse fácilmente al melodrama, ni pone el acelerador en los múltiples sentidos en los que su premisa invita a hacerlo. Salvo la penúltima escena, con la sorpresa que le dan a Barry Fitzgerald, que me parece el único exceso que la película se permite, con semejante argumento el resto de la obra es de una sobriedad asombrosa. Y aún así, tras ese pequeño exceso la obra concluye con la retirada del padre O'Malley que interpreta Bing Crosby en el silencio de la noche con un leve movimiento de cámara y sin el más mínimo crescendo musical, como ha trabajado el resto de la película."Dreyer en America", había bautizado yo jocosamente a su segunda parte, y no mucho menos podría decirse de ésta.
La mayor parte de la obra está trabajada con escasísima música incidental, con espacio para una serie de canciones más o menos melosas pero introducidas con naturalidad en una trama que avanza de forma cuasi episódica, con una continuidad y una premisa argumental pero trabajando cada escena mediante planos americanos y planos de conjunto en el que se mueven los personajes pero con poquísimos primeros planos, como si cada escena tuviese vida y autonomia propias.
Es una suerte de estilo trascendental, un estilo espiritual del que creo que se ha hablado poco que produce más admiración, que conmoción. No me parece tanto una película conmovedora como una película construida de una forma pausada y extrañamente admirable, donde todo sucede dentro del plano pero de una manera diferente a esa alquimia de por ejemplo un Frank Borzage o un Stahl y su manera de sublimar excesos musicales y de guion mediante la imagen, que alguna vez habrá que descubrir cómo lo hacen, si es que se dejan.
Imagino que estudiosos del lenguaje pueden decir algo más y mejor sobre esta película. A ver si tengo ocasión de leer el libro de Miguel Marías sobre el director, porque es muy difícil encontrar textos de críticos que se la hayan tomado en serio. Reitero que entiendo el distanciamiento que puede provocar pero también creo honestamente que merece esa segunda mirada sobre un estilo único.

miércoles, 11 de enero de 2023

EL APARTAMENTO


 Hace unos treinta años, cuando uno era adolescente, era verdadera devoción lo que había en nuestro pueblo por Billy Wilder, cual Faulkner en Amanece que no es poco. Devoción además agitada por Fernando Trueba al recoger su Oscar por Belle epoque, en un gesto con el que no pocos nos sentíamos identificados. Con Billy Wilder algunos aprendimos, conviviendo alegremente con Ford, Hitchcock, Bergman, Hawks, Truffaut, Renoir, Kurosawa, Lang o Fellini, a amar desesperadamente el cine.
 

Luego es verdad que ha quedado un tanto aparcado o aislado o eclipsado, cuando uno comete el inevitable error de ponerse a leer demasiado y va configurando en su maltrecha mente un amago de ideal crítico afrancesado y hitchcockiano acerca de las formas "puramente visuales", acerca de un cine de puesta en escena donde la fiereza férrea del guion queda subordinada o incluso no hace falta que exista frente a las formas del director. Una suerte de religión monoteista donde el de la butaca y el megáfono adquiere la condición de única divinidad a adorar.
 

"El apartamento" es la quintaesencia del estilo de Wilder, un estilo sin estilo o sin el estilo que se supone que debería tener según los dogmas, o un estilo que nace del guion co-escrito con I.A.L Diamond. Sin embargo hay que dejar de leer y volver a ella para constatar algunas cosas.
Sobre una idea sugerida por una secuencia de "Breve encuentro" (el amigo que les deja el apartamento a Celia Johnson y Trevor Howard, ¿quién será?, se preguntan nuestros guionistas), construyen una verdadera radiografía, vamos, tan radiografía como la podríamos encontrar en un Godard, sobre los mecanismos salvajes de las burbujas capitalistas. Un mundo de intereses donde el valor de las personas sufre apreciaciones y depreciaciones brutales e irreales en función de los caprichos y satisfacciones de una cúpula minoritaria. A mi me parece una película plenamente vigente y que responde aún muy bien al funcionamiento de nuestra sociedad. A nadie le interesa el rendimiento en el trabajo del oficinista o ni mucho menos de las ascensorista. Cualquiera diría que Consolidated Life funciona sola y de hecho no necesitas a nadie competente, o ya te sacará la faena el compañero de Baxter, que lleva ahí mucho más tiempo que él.
 

Entonces ¿es buena por lo que dice?, no, en absoluto, no puede ni debería ser así, por lo que dice y por cómo lo dice porque hay sobre la base de un guion escrito con tiralineas hay una mirada sobre los personajes, que nace de la dirección de actores y hay un montaje de las secuencias que si bien puede ser cierto que arroja una película completamente cerrada también es cierto que sería absurdo no sustraerse a las emociones que provoca el mundo o jungla de reglas inmisericordes al que nos lleva.
 

"El apartamento" es una de las crónicas más despiadadas que pueden escribirse y rodarse sobre el poder del dinero y del sexo y sobre las relaciones de poder entre verdugos y víctimas, que no lo son tanto en tanto a que aspiran a roer su trozo de pastel. ¿Qué hacer?, la película tiene un final conocidísimo que puede entenderse como feliz o conformista acorde a los cánones de Hollywood pero también puede entenderse como una propuesta. ¿De qué sirve filmar radiografías negras para acabar diciendo que no hay salida?. Desde una película como "El apartamento" se nos sugiere que quizás no haya salida pero siempre podrá haber un tipo que se exponga a pinchar la burbuja, con consecuencias inciertas para él. No sabemos qué será de Baxter, si volverá a trabajar, cuándo, o si su compañera en la partida de cartas volverá a entrar en el círculo vicioso que se juega entre opresores y oprimidos. Pero lo dejamos en el último fotograma habiendo hecho lo único que la película puede proponer desde una mirada humanista, que no optimista.
 

Acerca de todos esos motivos por los cuales Wilder ha sido expulsado del Paraíso sigo sin poder aportar luz. No sé si es una película donde el guion de hierro, qe verdaderamente lo es, ahoga de verdad las ideas de puesta en escena o todas esas frases hechas que me han enseñado muchas cosas pero que al final ante una película como "El apartamento" nada significan, porque por años que pasen entras dentro de su historia, de sus personajes y no consigues ver absolutamente nada de su arquitectura cinematográfica. Uno se imagina que no se puede hacer algo así pegando planos al tuntún pero a estas alturas del año 2022 no se lo podría asegurar porque la sigo viendo tan embelesado, divertido y de verdad absolutamente conmovido como la he visto siempre, habiendo sido uno y muchos a lo largo de tantísimos años, aunque no se me ocurran nunca este tipo de películas cuando me piden una lista y acabe encumbrando a los apóstoles oficiales de la llamada "puesta en escena", como si fuera posible que aquí no la hubiera

lunes, 9 de enero de 2023

AMARCORD

 

Después de "Roma" Federico Fellini rescató un texto que había escrito en 1966 llamado "La mia Rímini" y se asoció con Tonino Guerra, que era el guionista que había tenido Antonioni en sus explosivos años 60, para escribir "Amarcord" (1973). La asociación era ideal porque ambos eran de la misma generación, nacidos en 1920 con escasos dos meses de diferencia, habiendo nacido Guerra además en Sartangelo di Romagna a diez kilómetros de la Rímini de Fellini.
Amarcord es un invento del propio Fellini que procede la contracción “A m'acord”, que es la forma en que se pronuncia “Io mi ricordo” (“me acuerdo”) en la región de Emilia‑Romagna. Fue en su día quizás la película más popular de Fellini, aunque hoy en día el prestigio crítico, siempre hablo de prestigio crítico a modo informativo, creo que se lo ha llevado a manos llenas "Ocho y medio".
En "Amarcord" vista hoy se ve casi más al Fellini dibujante que el Fellini cineasta. Es una película estructurada en viñetas, a la manera que le hemos visto después copiar a Woody Allen al inicio de "Annie Hall" o en "Días de radio". Una panorámica sobre un pueblecito costero en la Italia fascista de los años 30, sin ningún ánimo verosimilista o histórico, donde prima la sátira, la hipérbole, el humor y lo que hoy se consideraría lo "felliniano".
Es admirable la capacidad que tiene este Fellini dibujante, junto a las aportaciones de Guerra, a la hora de crear iconos inmortales. La lista de escenas memorables y frases que recordaba perfectamente, y había compartido con amigos, es larguísima, interminable y resulta ocioso y redundante compartirla aquí. Hay que ser un dibujante poderoso para ofrecer ese trazo firme, original y creativo destinado a perdurar a fuego en la memoria del espectador. Algo que sería impensable sin la fotografía en color de Giuseppe Rotunno y sobre todo sin la música de Nino Rota.Uno querría salir a las calles de su pueblo a dar la bienvenida a la primavera solo a condición de que sonaran esas notas. Y además podemos escuchar "La cucaracha", "Siboney" y hasta "Stormy weather" en momentos remarcables, que los son casi todos.
"Quiero una mujer", la Volpina, la Gradisca (excelsa Magali Noël), "si Mussolini sigue así, no sé, no sé", los dientes de león, la quema de la bruja, San Luis llorando, la estanquera, las odaliscas, Aldina, Gary Cooper, sírvanse ustedes mismos y prolonguen la lista hasta el infinito porque la película es un fluir incansable de esos iconos a lo largo de dos horas de metraje. Si por ejemplo en "La vida de Brian" están inexplicablemente concentrados en la primera media hora aquí están muy bien repartidos.
Una película famosísima de la que en los últimos años no se ha hablado tanto pero que ha formado parte de nuestra educación sentimental y cinéfila, la pude ver hasta ne pantalla grande, y que no es justo olvidar ni hacerla entrar ahora en un juego vano de apreciaciones y depreciaciones. De bien nacidos es ser agradecidos.
 

 

domingo, 8 de enero de 2023

US

 Sobre un metraje de dos horas, a los 36 minutos, después de mantener una buena tensión que mantenía las expectativas por todo lo alto, se acaban todas las ideas de "Us" de Jordan Peele. La casi hora y media que queda es ni más ni menos que un corre-corre que te pillo y no te mato porque aún me queda una hora y media, rutinario, repetitivo hasta la náusea y la desesperación, interminable y soporífero, que no da ningún miedo. Hora y media exactamente, con un par, hora y media de la más absoluta nada eso sí, claro, muy bien maquillada con una explicación que permita una lectura en clave racial sobre privilegiados y oprimidos que por si no quedaba lo suficientemente clara es remachada con un twist final para que no queden dudas.En mi viejuna opinión un verdadero espanto que justifica que "Get out", aburridísima pero no tanto y con una lectura racial no tan gruesa, haya entrado en el top 100 del Sight and Sound.Si sigue la cuesta abajo, "Nope" tiene que ser lo más."Get out" acabará codeándose con "Jeanne Dielman" por la primera posición.









domingo, 1 de enero de 2023

¡QUÉ BELLO ES VIVIR!

FELIZ AÑO NUEVO. Inauguramos una nueva etapa en el blog, una más de tantas desde aquel lejano febrero de 2011. Dejamos de hacer recuento de películas, libros y óperas y volvemos al sosiego de los textos cuando la ocasión lo requiera. Sean felices y gracias por la atención prestada. 


En diciembre de 1946 Liberty Films, la productora independiente que funda Frank Capra, en la que luego entrarían como socios William Wyler y George Stevens, estrena "It's a wonderful life", conocida entre nosotros como "¡Qué bello es vivir!". Un fracaso en taquilla primero y un clásico del cine después, gracias en parte a quedar libres sus derechos televisivos por un lío burocrático y estar a 

merced de todas las televisiones del mundo (ya han recuperado esos derechos en los tribunales y ya no se emite tantísimo como antes).Y en opinión de quien esto escribe una obra maestra absoluta y teniendo muchas vistas recientes probablemente la mejor película de Frank Capra, y honestamente no lo digo solo por motivos sentimentales o navideños, que podría decirlo por eso, sino porque creo que desde una mirada más serena (me resisto a decir objetiva, analítica o fría, es serena la palabra) es una película asombrosa, admirablemente construida y dotada de una serie de capas y sentidos que siguen funcionando en múltiples direcciones.

"It's a wonderful life" está basada en un relato de Philip Van Doren llamado "El regalo más grande" autopublicado en 1943. El relato llama la atención de RKO, que lo compra para convertirlo en un film de Cary Grant. Varios guionistas trabajan en él, Clifford Oddets, Dalton Trumbo entre ellos (en cuyo guion George Bailey es un político idealista que se vuelve cínico e intenta suicidarse), hasta que RKO le vende la obra a Capra que ve en ella el inicio de su nueva productora.

Trabaja entonces en el guion con el matrimonio Frances Goodrich y Albert Hackett, guionistas de la serie del "hombre delgado", que luego escribirán "El padre de la novia" o "Siete novias para siete hermanos". En el proceso se dice que Capra trabaja a espaldas del matrimonio, con el que acabó fatal, con Jo Swerling, y que Dorothy Parker es traída para pulir escenas.

Henry Fonda es considerado para el papel de Stewart, y en cuanto al de Donna Reed, Olivia de Havilland o Ginger Rogers fueron otras opciones. Para saltar rápidamente a la película digamos que Lionel Barrymore como Potter es la opción natural, ya que es en la época un célebre Scrooge en emisiones radiofónicas y es evidente que en la película sigue siendo esencialmente Scrooge. Pero vayamos a lo que interesa.

La película está contada con una estructura de in media res excelentemente manejada. Creo que los diez primeros minutos pueden echar a patadas a más de un espectador, y lo entiendo perfectamente, porque esta última vez, yo mismo, que jamás había puesto pegas, llegué a dudar. En esos diez minutos Capra vacía sobre la encimera un paquete entero de azúcar pero esperemos un poco y no entremos en pánico porque se dispone a usarlo como argamasa del resto de ingredientes.

A partir de esos puntos luminosos en el cielo la película fluye como un absoluto prodigio cinematográfico y de guion. No creo que puedan ponerme mucho mejores ejemplos de manejos de las elipsis, de construcción progresiva de los detalles. La película pasa volando porque tiene un talento sobrenatural para parar y avanzar para llegar hasta donde ella quiere.

Y por el camino se preocupa de no ser esa primera hora y media solo un pretexto para la media hora de desenlace final. Está fantásticamente medida por bloques en algo más de dos horas de metraje. En esa media hora funciona en dos direcciones de manera inteligentísima, y creo que eso Capra ya lo había apuntado en "Horizontes perdidos". Por un lado es un cuento moral sobre la integridad y la generosidad en un mundo conducido por el dinero. Un cuento de una ética humanista inquebrantable que sigue siendo valiosa y vigente. Pero por otro ese reguero de entrega absoluta a los demás es evidente que queda, y eso no lo tiene que decir con un megáfono, si acaso lo apunta Potter en algún momento, como una pesadilla kafkiana donde la libertad y la felicidad de un hombre quedan completamente anuladas a merced de su comunidad donde todos sí pueden cumplir sus sueños. Ésa es la ambivalencia más sabrosa y divertida, ¿cuál es el verdadero mal sueño de Bailey?, ¿el de la media hora final?, ¿seguro?. Capra ya había apuntado veladamente en "Horizontes perdidos" hasta qué punto la utopía no era una amenaza para la libertad personal.


"It's a wonderful life" es la crónica de la quiebra de los ideales del american way of life, hecha con el clasicismo del director, basado en cómo se mueven los personajes en el plano, es la summa de su estilo y del cine que había hecho hasta ese mismo momento. Una lección de puesta en escena y de detalles inagotables, como ese cuervo que está siempre presente en el mostrador de la empresa de Bailey, los cordeles atados en los dedos, la noche nupcial, los acordes de piano de la niña crispados que anticipan el catártico final, el pomo de la escalera, el albornoz de ella, la llamada teléfónica desde Nueva York, podríamos poner la moviola y deternos escena por escena en ver cómo está rodada y qué objetos son utilizados para dar sentido y hacer avanzar la escena y la película.

Y también la hacen avanzar desde el reparto, James Stewart, Donna Reed, Lionel Barrymore, Ward Bond, Thomas Mitchell, Henry Travers, Beluah Bondi...están dirigidos para moverse en la escena al ritmo de esa planificación clásica. No es lo que dicen ni cómo lo dicen sino cómo su lenguaje gestual está aportando a la secuencia constantemente.

Una modernización del cuento de Dickens desde el punto de vista del sobrino que preludia, desde una óptica menos navideña y fantasmal a ese Scrooge sueco tan querido por este perfil, el profesor Isak Borg de "Fresas salvajes", que sin ángel que quiere ganar las alas, también presencia atónito cómo fue su vida, cómo es y cómo será. El hilo inmortal.

martes, 1 de noviembre de 2022

PELÍCULAS OCTUBRE 2022




La noche de las mujeres




Amor bajo el crucifijo










Pechos eternos



NOVELAS SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2022

 


CUENTOS INQUIETANTES:  Cincuenta días tardé en terminar este volumen, que iba dejando más que por falta de tiempo (que también, septiembre-octubre me tumban) por la desmotivación de ver que no eran las más célebres historias de fantasmas de Edith Wharton (salvo "Después" y "La botella de Perrier"), y por la manía que cogí hace cosa de una década de a duras penas dejar ningún libro a medias o aparcarlo para otro momento, con la consecuente inversión de tiempo obscena y desmesurada. Y no es que esté mal, de hecho empieza de forma deslumbrante y si el interés para mí decrece es más que por falta de pericia de la escritora, una de las que más me gustan, por el inevitable sentimiento de yo venía aquí a otra cosa. Con los años uno empieza a desarrollar conductas más rígidas y más cabezotas.Es una evidencia.


EL ALCALDE DE CASTERBRIDGE: A partir de un grotesco incidente, un hombre borracho que vende a su mujer y su hija a un marinero, que más tarde la propia novela se permite el placer de constatar lo absurdo que es como episodio, Thomas Hardy construye esta obra de forma desconcertante a través de varios giros argumentales sobre lo que uno va presuponiendo que va a ser la línea argumental a seguir. Las predicciones te fallan siempre y la línea argumental que imaginabas desaparece fulminantemente de las páginas y no aciertas tampoco a saber qué pretende pero poco a poco se va haciendo evidente que no son giros sorpresivos sino que tejen un discurso sobre la fatalidad, la fortuna, la felicidad, la bondad o el merecimiento. Extraña y estupenda novela

sábado, 1 de octubre de 2022

PELÍCULAS SEPTIEMBRE 2022






Tres hombres en una balsa



Carta de amor


La luna ha salido

La princesa errante




La muchacha bajo el cielo azul

La bestia ciega

El ángel rojo