Titulada en francés "La Terre Outragée" (un precioso título), la película de Michale Boganim gira entorno a las consecuencias del accidente de Chernóbil.
La primera parte es una de las mejores películas de desastres vistas en los últimos tiempos:un gran apocalipsis, situado justo en el punto medio entre "El caballo de Turín" y "Lo imposible". Un paraiso perdido con una central nuclear de fondo, una pareja enamorada (la star Olga Kurylenko), una boda y una lluvia pavorosa.
La segunda parte aborda los daños físicos y sobre todo psicológicos (diez años después) sin sensacionalismos de ningún tipo. Es más, puede parecer insólito que incida tanto en lo psicológico, que quizás no sea más que una tensa espera de la muerte: no necesita decir casi nada de lo físico, lo dice todo.
La primera parte impresiona más, pero la segunda es necesaria, de no haberse dado el salto temporal la película sería redundante, ahora puede parecer irregular o desequilibrada entre sus partes, pero en todo caso es mejor, mucho mejor que si se hubiese cebado con lo más tentador, que es el propio accidente.
A mí me decepcionó, me pareció una versión de sobremesa de Stalker, sin la fisicidad de Tarkovsky (bueno, afortunadamente también sin sus caprichos simbólico/esteticistas, aunque esa niña fantasmal apuntaba por ahí).
ResponderEliminarNo se me había ocurrido la referencia de Stalker, que desde luego sí me parece película muy superior. Inesperadamente me hizo pensar en el "Hereafter" de Clint Eastwood.
ResponderEliminarAunque también "Hereafter" me parece superior, claro.
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