Intentando hacer honor a no forzar tesis peregrinas, ayer veíamos "La última cruzada" y me parece una película indiscutiblemente brillante pero unidireccional, una película sobre la que o no tengo nada que decir o tengo la sensación de que todos diríamos casi lo mismo. De una brillantez teledirigida.
Hoy, sin pasar todavía por la calavera de cristal hemos saltado directamente a "El dial del destino". Iba un tanto cauteloso por tantas malas críticas y también por qué no reconocerlo por cierta saturación con el personaje. Y respetando la premisa inicial, no desbarrar si la película no incluye invitación expresa para hacerlo, he de decir que no lo hemos pasado nada mal.
Bueno, sin lanzar las campanas al vuelo. Son más de dos horas y media que sin llegar a parecerme estupendas no se me han hecho nada pesadas. Me sigue pareciendo que la franquicia está por encima de su tiempo, o quizás es que de su tiempo veo ya tan poco que la comparación no es justa ni ajustada a la realidad. Pero creo que en una época no ya de series, sino de videos cortos, horrorizados por el trailer de "Barbie" (con Noah Baumbach en el guion), es ésta una película que se ve muy bien y eso que está construida a base de unos cinco bloques de largas escenas de acción, algo aterrador sobre el papel. Las escenas no son ninguna virguería pero se ve bien lo que está pasando, no me resultan excesivamente ruidosas ni me cansan, que para lo vejestorio que estoy hecho yo también (como el doctor Jones) es un dato significativo.
Me encanta el fundido que hay entre la pieza inicial en los años 40 al apartamento del personaje a finales de los 60 (comparable a la cerilla de Lawrence de Arabia y al monolito en la magnitud del salto narrativo). Me encanta el último bloque de la película, un bello tributo a la Antigüedad, que es uno de los motivos de la serie, y me encanta ese epílogo que tiene un aire homologable al final de la última de Easwtood. Creo que hay un cierto subtexto político, no tan diferente ni más enfático al que podrían tener otras películas de aventuras o fantásticas, no solo por los nazis, que vuelven una y otra vez sino por cómo aflora la discriminación racial y las protestas de los sesenta.
Y no sé, que no me partiría la cara por ella pero no me ha provocado ni el más mínimo atisbo de disgusto. Que la sala estaba bastante vacía y que no apostaría nada sobre cómo se va a ver esta película en un tiempo, quizás no se vea de ninguna manera, no se hable de ella o no signifique nada. Tampoco sé interpretar en qué ni por qué es una película relacionada con su tiempo. Me parece un objeto un tanto desconcertante difícil de descifrar o identificar, no sé a qué se parece ni con qué relacionarlo. Pero creo que por una vez, que no abundan, hemos conseguido estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. No en nuestros gustos u opiniones, sino estando allí. No me pregunten por qué.
Hola, Sergio. Cuántas novedades en tu blog. Me apunto al grupo de personas que han disfrutado sin problemas de la última de Indiana, y me extraña eso que dices de que haya aficionados muy disgustados. Es una película la mar de distraída y biem hecha, con respeto por el persnaje.
ResponderEliminarY que gusta a los niños entre otras cosas porque es la que les ha "tocado". Como nos pasó a nosotros. Eso me parece bonito.
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