viernes, 16 de septiembre de 2011

PRÉNOM CARMEN

Para que se hagan una idea de la trastienda de este lugar, se camina de forma más imprevisible de lo que parece. Les hago un brevísimo metablog.

Antes hubo aquí una serie de ciclos abiertos sobre los que se preveía un desarrollo y un cierre, ahora puede caer cualquier película en cualquier momento, sin orden ni concierto. Alguna vez  copio las películas a los bloggers amigos y un enorme porcentaje son francesas y de la nouvelle vague, pero todo sigue siendo en realidad puro azar y llegando en el momento más imprevisto y casual, lo que me está haciendo la confección de este lugar especialmente divertida. ¿Qué pasará mañana?, ¿de quién hablaré?, ¿a quién se lo copiaré?. Como diría el danés "el caos reina".
Justo cuando había abierto un frente Resnais me surgió la posibilidad de hacer un pedido el pasado sábado y este jueves ya tenía (junto a una copia de un caprichito hawksiano que faltaba en mis estanterías), la presente, "Passion" y "Helas pour moi".
Recién sacada del plástico "Prénom Carmen" es una película de Godard de 1983, mosqueado por el fracaso de una anterior producción de envergadura como "Passion" (que aunque lo diga mucho, es cierto, próximamente en este blog). Tan mosqueado que dedicó esta Carmen a las "small movies".

Desde luego desmiente fulminantemente el tópico ignorante que planea sobre mi mente, que imagina que a partir de cierta fecha la filmo de Godard debe estar trufada de ensayos más o menos obtusos, más o menos brillantes.


Aquí estamos ante una enloquecida y hasta hilarante versión contemporánea del mito de Carmen, en la que interviene el propio Godard interpretándose a si mismo, recluido en un psiquiátrico, como tío de la protagonista, en lugar de cigarrera cineasta.

Más allá de la imposible fiebre que no provocaría una historia gastada (y ahí radica la sensatez de un cineasta), la película destaca por la fotografía de Raoul Coutard que le regala una imagen elegante, solazada entre los físicos de Maruschka Detmers, la réplica de su partenaire Jacques Bonnaffe, los grandes ventanales y las playas de Bretaña. Lo que sería pura estética si no lo puntuara tan bien un cuarteto ensayando a Beethoven, que se hace acompañante imprescindible de la degradación de Joe/Joseph por nuestra Carmen.




Es una magnífica "small movie", veremos si "Passion" daba motivos para el mosqueo (recuerdo a Alain Bergala en Barcelona hablando muy bien de ella). La próxima en esta casa diría que es "El árbol de la vida", pero ah, nunca se sabe, igual antes les cuento sobre Olmi, Ozu o Minnelli... 

13 comentarios:

  1. Una de mis películas favoritas de Godard, quizás la última gran favorita. De "small", en mi opinión, no tiene nada. Es un Godard nostálgico de la primera década de los sesenta: es lo que siempre he pensado.

    "Passion" no me gustó absolutamente nada: quizás debería ir a la biblioteca y darle una oportunidad. Un Godard muy plomizo y eterno.

    ¿"El árbol de la vida"? Quizás con una sobredosis de metadona me animara a enfrentarme a ella: me da verdadero escalofrío :-)

    Abrazos.

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  2. Que siga el Caos y la Anarquia! por Dios.
    Tu sigue contando.
    No he visto Prenom Carmen, últimamente he perdido un poco de interés por Godard, saturación debe ser.

    Saludos.
    Roy

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  3. vi hace años prenom carmen y passion, pero ya sólo puedo hablar del recuerdo que me dejaron, porque no recuerdo nada de lo que cuentan. Para mí no es la mejor época de godard, y sus ochenta me parecieron, sobre todo, soporíferos. Quicir, su digamos mirada y significación están ahí, pero sin la frescura que tuvo hasta, no sé, 1975 o así. Y pienso que por algo se tiró una década encerrado y sacando las histoire(s), me temo que él mismo se veía perdido. A partir de ahí, del elogio de la música en adelante, no tenemos el godard vacilón del inicio de la nouvelle vague, pero al menos sí una voz con algo que decir y que calar.

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  4. Nada de acuerdo con el último comentario. En los 80, si se cuenta "Sauve qui peut (la vie)", que anda ahí un poco a cabalo de dos décadas, mejora respecto a los 70 y hace algunas de sus mejores películas como el extraordinario corto dirigido al crítico suizo Freddy Buache, "Passion" (y su magnífico "Scénario" complementario), "Je vous salue Marie", "Soft and hard" (una de sus diez o doce mejores), "Detéctive" o "Puissance de la parole", cerrando con otra de mis favoritas máximas, "Nouvelle vague" en 1990.
    "Prénom Carmen", en un escalón un poco inferior es también muy buena y una de las más divertidas y relajadas.

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  5. Muy interesantes los diferentes acercamientos a esa etapa de Godard poco citada. Os "contestaré" a medida que las conozca.

    Esta tarde la he pasado enterita leyendo el Cahiers español en el aeropuerto de El Prat. Me ha encantado la aproximación a la película de Malick. Antes de verla ya estoy de acuerdo con las críticas entusiastas y con las destructivas. Estoy en un punto en el que es imposible convencerme de que una película estrepitosamente fallida de Malick no es un acontecimiento imprescindible para quien suele asistir a salas. Eso explica por qué uno se emociona ante la inminencia de una obra que puede ser gloriosa o verdadera basura, y en cambio no me altera tanto la perspectiva de ir a ver la semana que viene "No habrá paz para los malvados", que seguramente me guste al 100% de las probabilidades.

    Las películas acontecimiento no las forjan sólo campañas de publicidad de la crítica, la personalidad creadora demostrada en el pasado debería servir como mínimo aval, y quien siempre camina entre lo sublime y lo ridículo debe poder caer en el ridículo (sí, sí, procuro ser consecuente, jeje, también sirve para Almodóvar).

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  6. Ayer disfrutaba incluso leyendo la magnífica crítica negativa de Ángel Quintana, con una referencia muy afinada a lo que decía Rohmer sobre Mozart y Beethoven. Bueno, Jesús, en tu caso, además de no gustarte mucho Malick tiendes a una línea de gusto Mozart, yo tengo un ramalazo Beethoven que me pierde, jaja...Esta noche saldré de dudas...

    Saludos

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  7. No he leído lo que dice Quintana ni lo que dice nadie.
    Conozco a Beethoven, no tan bien como a Thin Lizzy, debo admitirlo, pero me gusta mucho igualmente y no sé a qué podrá referirse o más vale que no sea lo que pienso.
    Lo que ha hecho Malick es juntar a Von Trier (en planificación, dirección de actores, música, aspiraciones) con Iñárritu (en montaje, "realismo" y "modernidad") y el resultado es lógicamente intragable, presuntuoso, falso, hueco, torpe. A su lado la ya pasada de rosca "The thin red line" es tímida y entretenida.

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  8. La metáfora es una simplificación, claro, se refiere a la oposición o diferencia, que yo creo que sí existe, entre un arte cuya belleza fluye con naturalidad y un arte de belleza más enfática y autoconsciente. Luego es cierto que las películas no pueden etiquetarse o clasificarse fácilmente, pero estos esquemas ayudan a un cierto ordenamiento mental de ideas.Tampoco se refería Rohmer a ningún cineasta, lo escribió en un ensayo de estética musical.

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  9. Yo estoy con lo de que el árbol de Malick es intragable, absolutamente insufrible. Estoy flipao con lo entusiastas que son la inmensa mayoría de los críticos..
    Igor

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  10. Tampoco son tan entusiastas, hay muchas críticas matizadas o poco entusiastas, que la ponen como película profundamente fallida. Hay una notable división de opiniones, lo que francamente me parece muy apreciable, divertido y necesario. Ojalá tuviéramos entre mano más a menudo películas que despertaran estos fervores y esta indignación, para que nos corriera más la sangre por las venas en el aburridísimo panorama en salas.

    Lo que no he leído todavía es a alguien que adorara las películas de Malick y ahora haya pasado a considerarlo un inútil, un mediocre o una nulidad, como podría ser cualquier manufacturador de película barata de las muchas que se estrenan y se olvidan justamente cada fin de semana. Algo posible, claro, pero difícil de comprender, pues no acierto a ver cambio tan radical entre quien ayer era Dios y hoy la encarnación de Satanás. Pero vamos al ajo...

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  11. Sí, la crítica internacional en su inmensa mayoría sí que ha sido entusiasta, es verdad que la española bastante menos.

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  12. No lo conocía muy bien, suelo ser muy comodón y leer casi siempre en castellano, con lo que supongo que me pierdo mucho y bueno.

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