jueves, 27 de julio de 2023

MISIÓN IMPOSIBLE:SENTENCIA MORTAL-PARTE 1

 Albert Serra mencionaba en una entrevista a Tom Cruise como a alguien en quien veía reflejado su empeño por hacer películas cuyo visionado en pantalla grande fuese insustituible. Por mucho que nada de lo que diga el director de Banyoles sea jamás considerado en serio, es evidente que las películas de ambos guardan eso en común, son experiencias diseñadas de tal forma que pierden gran parte de su sentido vistas en casa (lo cual no habría que insistir, lo digo una vez más, que signifique nada parecido a "si no la has visto en cine no puedes opinar" ni ningún maximalismo ante el cual nos podamos poner susceptibles, no, no es eso, hablo de otra cosa).

De un tiempo a esta parte Tom Cruise ha encontrado en la saga de "Misión imposible" un camino creativo que cumple perfectamente con ese empeño de convertir a la película en un acontecimiento para la sala, grande y aliado en las tres últimas con el director Christopher McQuarrie, colaborador habitual suyo en otras películas, han apuntalado la que seguramente sea a día de hoy la mejor saga del cine estadounidense con dramática diferencia.

Más allá de intentar glosar las evidentes virtudes de una pieza maestra de orfebrería tan extraordinaria como "Misión imposible: sentencia mortal - Parte 1" o de explicar y reivindicar lo que no necesita ser revindicado (¿cuantas palmas de oro en Cannes de los últimos 10 años son mejores que esta película?), creo que sí que hay que lamentarse de que tanto para Serra como para Cruise estas películas empiezan a ser un acto de resistencia. Misión imposible se acaba de estrenar y quizás le vaya bien, no podría decirlo ahora, pero yo hoy he respirado en la sala de un centro comercial céntrico el mismo aire funerario que el respirado en "Indiana Jones 5" el domingo pasado, de la que ya se habla que ha quedado por debajo de las expectativas:¿viviremos el final de estas películas?.
Al final parece que no vaya a ser un cambio de hábitos el que acabe con este cine sino una mutación en la especie humana que dificulta la atención: un capital humano que hay que seguir cuidando como sea. Tengo la sensación que ya nadie (o mucha menos gente que antes) quiere meterse a ver una película de 163 minutos. Y mira que no le pesa ni uno solo, está contada de una forma tan virtuosamente formidable que difícilmente puede aburrir al gran público de toda la vida. Hoy era laborable pero al salir las calles estaban a rebosar de gente como nunca, es decir estaban disponibles para ir al cine.¿Qué sucede exactamente pues?
Quizás lo único bueno que puede quedar de esto es que una vez que no son objeto de culto mayoritario ya se puede hablar en serio, nótese la ironía, de su filiación y su fibra Hitchcok (insuflada de algún modo en el título fundacional de De Palma), fibra de la que hay tantos ejemplos en películas anteriores de la saga, de su macguffin llevado hasta el delirio (tres horas entorno a una llave que nos importa más que nada no interesándonos en el fondo lo más mínimo). Quizás se pueda hablar de la orquestación de sus secuencias, llevada en volandas no solo por un prodigioso montaje sino por una coreografía dentro de los planos pluscuamperfecta. Y de cómo si hay algo llamado cine de acción alcanza en estas películas su quintaesencia, equilibrio y cima más perfecta, a través de la concepción creativa de piezas aisladas que constituirían por si mismas tomadas de forma aislada en otras tantas obras maestras.
No he vuelto a ellas, salvo a la primera de Brian, la tercera no la he visto y creo que ya se me ha pasado la oportunidad de verla de verdad, la sexta tuve que verla en casa y apreciándola no fue lo mismo pero creo que la cuarta, la quinta y esta séptima para mi constituyen sesiones de sala tan memorables que en lugar de volver a ellas en casa solo cabe conjurarme ante la llegada de la octava a las salas el verano que viene.
Ojalá tengan en algún momento sus herederas, que estos espectáculos no se acaben nunca y que no sean solo el hermosísimo y definitivo testamento de una de las mil formas y posibilidades de entender el gran e inagotable cine.

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