viernes, 19 de agosto de 2011

CUENTO DE INVIERNO

De la larga y espléndida filmografía de Eric Rohmer, fueron los "Cuentos morales" los que marcaron mi deslumbramiento con su personalidad, patética y humorística identificación conmigo y dieron título a este blog, pero las dos películas que considero mejores y más emocionantes de su filmografía (elección nada fácil dada la competencia feroz, pero posible por el grado de inspiración alcanzado) no pertenecen a esa serie. Los mejores y más emocionantes Rohmer, cualidades que procuro que vayan acompañadas, son para mí "El rayo verde", que bien podría merecer una entrada propia, y "Cuento de invierno".


Ambas películas tienen un clarísimo denominador común, por lo que no puedo creer que el cameo de Marie Rivière en "Cuento de invierno" sea casual. Tratan de dos mujeres, con psicologías radicalmente opuestas, a la búsqueda. A la búsqueda de conocer sus verdaderos sentimientos, qué quieren de la vida, cómo quieren vivirla.

La apuesta de Pascal 

No pocas veces he escrito que resulta tremendamente complicado, y muy molesto las muchas veces que no se consigue, que el cine hable de la vida sin dar lecciones con megáfono. Cómo hacerte pensar, removerte, emocionarte, cambiar lo que creías, reorientarte hacia ideas más ricas y provechosas sin dejarte sordo con el tímpano destrozado por algún discurso altisonante, simplón y barato.


Uno a los 20 minutos de ver "Héroes" de Pau Feixas en un AVE se larga al bar sin complejo alguno por haber dejado de "creer en la magia". A los 20 minutos de "Cuento de invierno" ya estás cogido por la solapa. Empieza con cinco minutos preciosos en los que se expone cuál es la situación: Félicie ha vivido un amor de verano, maravilloso, intenso, absoluto, pero al despedirse ha dejado mal su dirección. La película la retoma cinco años después, madre soltera y dividida entre dos hombres opuestos que complementan lo que necesita, Maxence, un peluquero vital, y Loïc, un bibliotecario intelectual.

La peripecia de Felicie tal como la muestra Rohmer, con un férreo e infatigable pulso narrativo es una pequeña poesía a la necesidad del ser humano de elegir su propio camino, de hacer su propia apuesta, aunque como dice la película sólo sea por la posibilidad de que se cumpla y la posibilidad de llorar de felicidad. "No hay necesidad de elegir" entre alternativas preestablecidas, es casi la única reflexión que se verbaliza en alto.


Félicie no es un personaje simpático, y en eso se parece también a "El rayo verde", menuda llorica insegura era aquel maravilloso e inolvidable personaje. Félicie tiene un carácter que es para echarle de comer a parte, algo arrogante y poco amiga de la cultura, una de esas exaltadoras de la vida frente a los libros, demasiado sincera, aprovechada de las debilidades ajenas de sus dos hombres, un tanto simple y un tanto bruta. Pero su determinación nos gana, y nos gana su fe, su fe en la vida vivida a su manera, y ahí es donde Rohmer lleva a la película a los altares escogiendo la senda de Carl Theodor Dreyer.

Los últimos minutos son sobrecogedores, un remake de "Ordet", con niña incluida, porque los contraplanos de la hija de Félicie me recuerdan poderosamente a la niña del film danés. Hará casi veinte años que vi por primera vez este film de Rohmer , y no solamente es uno de los que son capaces de determinar y de condicionar tu manera de pensar, sino que veinte años después sigue conservando un poderío cinematográfico arrasador.


Quizás no diga la película más que obviedades, pero veinte años después demasiadas personas se siguen comportando como si el camino estuviera marcado desde el principio y sólo tuviesen la opción de dejarse arrastrar y una vez elegidas las alternativas preestablecidas siguen llorando como si no hubieran tenido nada que ver en esa elección. Las elecciones no son acertadas o equivocadas, pero son elecciones y las elegimos nosotros. El coraje vital de Félicie resulta, sin pretender Rohmer ejemplarizar, de una ejemplar y resplandeciente belleza.

2 comentarios:

  1. Hola!! vi esta peli hace mucho tiempo, no la tengo muy presente, pero no sé si volvería a verla, su cine es muy personal pero no acabo de cogerle el punto.
    Sabes? he visto Images de Robert Altman, la que me sugeriste y me ha encantado, muchísimas gracias, conoces otras del estilo?. Muchas gracias por todo, aún tengo pendiente lo del concurso pero es que no veo el momento, cuando lo escriba creo que primero te lo enviaré por email para que me des tu aprobación a ver si te mola.
    Saludos!!!

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  2. No, hay otras grandes películas de terror, que ya hemos listado, pero yo creo que es única "Images".

    Del concurso ni hablar eso de que me lo envies primero por mail para ver si me gusta :-), todos lo hemos hecho por nuestra cuenta sorprendiendo gratamente a los demás en el momento más inesperado y de forma absolutamente personal, que es como mola de verdad. Ni intelectual, ni riguroso, ni documentado:personal.

    Te pongo enlaces de dos colegas, además del que me leiste a mí, para que te hagas una idea de cómo hacerlo, pero la gracia es que sea absolutamente personal, los blogs tienen que ser los que te gustan (no incluyas el mío porque el espíritu es hacer una cadena y premiar y motivar al mayor número de blogs posible, y la cadena a mi ya me llegó). Las anécdotas en princpio las hemos contado de cine, pero pueden ser de lo que quieras, de lo que te apetezca explicar.

    http://elcinedesolaris.blogspot.com/2011/08/stylish-blogger-award.html

    http://ganarseunacre.blogspot.com/2011/07/stilysh-bloggerr-award.html

    ¡¡Y anímate, que sobre todo es algo para que lo disfrutes!!

    Saludos!!!

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