jueves, 14 de abril de 2016

JET PILOT


El 21 de octubre de 2013 me fue regalado el inmenso honor de participar en uno de los mejores blogs de cine que existen. El blog amigo y hermano gemelo por nacimiento y recuerdos compartidos:"Ganarse un acre"



 



Hace escasos días sus propietarios se despidieron de la actividad bloguera, de forma temporal o definitiva (esperemos que de la primera)...



Sirva esta entrada como sentido homenaje a sus más de cinco años de



películas, de CINE 



 



¡Hasta siempre, amigos!


Jet Pilot (Amora a reacción , 1957) Josef Von Stemberg

Por Sergio Sanchez.


La entrada de hoy corresponde a la del invitado especial, desde que hemos decidido proponer la idea de , por lo menos una vez al mes , dejarle esta atalaya a amantes del cine, bien sean amateurs o profesionales, la idea era de que la persona invitada no tuviese un blog, en este caso, se rompe el vínculo, porque Sergio al que muchos conoceréis tiene un gran blog  El amor después del mediodía donde siempre nos deja sus acertadas , ponderadas revisiones y reflexiones cinéfilas. Sergio es un "hombre tranquilo que sobre todo ama el cine", y le debemos mucho, hemos abusado de su casa pues nos ha servido muchas veces de portal para lanzar nuestras propias reseñas y por eso queremos darle la oportunidad de que nos acompañe. Gracias Sergio ya sabes que esta también es tu casa.



JOSEF VON STEMBERG










Título original
Jet Pilot
Año
1957
Duración
112 min.
País
 Estados Unidos
Director
Josef von Sternberg
Guión
Jules Furthman
Música
Bronislau Kaper
Fotografía
Winton C. Hoch
Reparto
John WayneJanet LeighJay C. FlippenRichard RoberPaul FixRoland Winters,Hans Conried
Productora
RKO Radio Pictures
Género
Acción | Guerra Fría



Es un desafío poder hablar de este objeto volante no identificado que deja sin elementos de juicio a los que se apoyen incondicionalmente en la teoría del cine de autor, y que no contento con ello no da tregua si quiera a los que quieran usar un determinado tiempo para relacionarlo con la película. De hecho debería ser “Jet pilot” un ejercicio en esos cursos que anuncian en internet de crítica de cine, por lo que se suda, no porque uno salga o deje de salir airoso y apruebe.

“Jet pilot” es una obra fuera de un tiempo y de una determinada personalidad. La empieza a rodar Josef Von Sternberg en octubre de 1949 bajo el auspicio de Howard Hughes y el guionista Jules Furthman (muy asociado a la carrera de Howard Hawks y con antecedentes más que notables con Sternberg, véase “Los muelles de Nueva York). Sternberg  abandona en febrero de 1950 y se suceden Furthman, Philip Cochran, Ed Killy, Byron Haskin, incluso Howard Hughes y Don Siegel (aunque dicen las informaciones que estas últimas no fueron usadas). El último día de rodaje es en mayo de 1953 y la película no se estrena hasta octubre de 1957, cuando Hughes ha vendido RKO y es Universal quien la presenta.

¿Cómo no verse obligado con semejante historia a hablar de lo que hay y no de lo que uno supone que hay en relación a otras películas de sus autores o de su tiempo? (en este caso sus tiempos).

“Jet pilot” es una extraña, y bastante bien conjuntada para sus avatares, comedia melodramática con ecos de “Ninochtka” y, por echarle picardía, de “Encadenados”. Se ha equiparado su tonalidad al espectro de Hawks, por la presencia de Furthman y por alguna sorprendente frase que anticipa otras frases míticas hawksianas (cuando la vean lo sabrán), presencia que como la de Ben Hecht, ya daban cierto aire Hawks a los grandes títulos silentes de Sternberg, pero su tonalidad es algo difícil de atrapar.

Por un lado funciona bien como comedia, tira del hilo de la premisa que inventó Billy Wilder para Lubitsch con su “capitalism is not so bad after all”. Funciona bien su mixtura con esos tintes melodramáticos que retratan a una pareja que confunde sus identidades, sus lealtades y sus sentimientos para poder encontrarse plenamente. Y funciona en paralelo como obra de acción en la que la cinética espectacular del vuelo de los aviones (una de las pasiones de Hughes) forman parte activa y completamente integrante de la narración, los planos aéreos no son accesorios, están extraordinariamente bien fusionados con lo que se cuenta.

Si funciona muy bien como película en sí misma, su condición atemporal le da un toque insólito en la historia del cine americano que no tienen si quiera grandes obras involuntariamente colectivas como “Lo que el viento se llevó”, “El mago de Oz” o “Duelo al sol”. Si otra de las tentaciones de la crítica de autor, la más patriarcal y escoptofílica en la que nos vemos inmersos y devorados muchos de nosotros, es hablar de la mirada masculina sobre la mujer, aquí son muchas las miradas sobre una asombrosa Janet Leigh.

Es tentador creer, con documentación o sin ella, que fue Josef Von Sternberg el que filmó la magnética y antológica escena de la ducha (sí, Janet y las duchas) en la que se ha visto como pocas veces en pantalla la belleza femenina, el erotismo, el deseo, la pura sexualidad…porque hay algo de lo que habíamos visto con Marlene, con Gene Tierney…y porque hay algo de lo que será en parte “Anathan”. Sin duda la mejor escena de la película. Pero es que la presencia de Janet Leigh transcurre durante el metraje como si fuera la presencia de varias actrices, de varias miradas, o la presencia de una sola actriz que efectivamente cambia a lo largo de cuatro años, al tiempo que su personaje también cambia y descubre (aunque en la trama no pasen cuatro años), mientras John Wayne también viaja durante cuatro años a lomos de su propia y asombrosa presencia como actor cinematográfico que en el ecuador del rodaje sería Sean Thornton para John Ford (y muchos de sus gestos me recuerdan ciertamente a su interpretación en “El hombre tranquilo”).

De ese documental sobre el crecimiento de una pareja durante cuatro años sí que podríamos fijarnos en un nombre común a todas las miradas que miraron a través del visor de “Jet pilot”, el nombre del director de fotografía Winton C.Hoch, que durante el rodaje de esta película también viajaría a Innisfree junto al technicolor consultant de ésta misma Francis Cugat (hermano de Xavier), y hasta le daría tiempo de ganar un Oscar por “La legión invencible”, por rodar una tormenta contra su criterio escribiendo “protesto” en la claqueta. Cuatro años de rodaje y una fotografía en color maravillosa metro a metro.

Mucho se ha hablado de su tono político de guerra fría, que se ha considerado “ridículo”, prescindo de ese análisis y de lo cierto que pueda haber en ello, pues son muchos los elementos puramente cinematográficos misteriosos, fascinantes, tan enigmáticos, como para detenerse en exceso en lo más obvio.








No hay comentarios:

Publicar un comentario