DRIVER

Hace diez años, al terminar la proyección de "Alien" en el Auditori de Sitges subió al escenario Walter Hill, su orgulloso productor, que mantuvo con el público una calurosa y gratísima charla de imborrable recuerdo. Yo por entonces no sabía que había sido el productor, ni conocía gran cosa del cine dirigido por él, ni en ese momento me acordaba de que era el guionista de "La huida", una de mis pelis preferidas. Y con tanta época y tanto director por ver y repetir y tantas cosas de diverso pelaje por hacer la verdad es que me habían pasado diez años más en balde, hasta que una conversación de facebook, ésta sí llena de jolgorio y regocijo, me ha hecho inaplazable entrar en algunas de las joyas de su filmografía tras la cámara. "The driver" podría, dentro de su propio estilo, podría incluirse en ese "furor bressoniano" que decía un colega había imbuido el cine americano a finales de los 70 (hablando del distrito 13 de Carpenter). Resulta fastuosa esa mezcla entre la cinética de las persecuciones y el laconismo de su puesta en escena y gestos del cuadro de actores (me ha encantado Ryan O'Neal), todo tan de Melville o de Bresson. No es un cine imitativo sino que deriva de la propia historia del cine y la literatura americana, Peckinpah está ahí también, que a la vez derivan en sus afluentes europeos. Es una derivación tan espontánea e increíblemente natural, una continuidad de la tradición dignísima y completamente válida como tremendamente disfrutable. Procuraré que no pasen diez años más en balde.