domingo, 28 de julio de 2013

LAS AMARGAS LÁGRIMAS DE PETRA VON KANT

Estoy este verano de un revisionista pasado de vueltas, no veo una sola película nueva. Como estuve una semana y pico sin ordenador ya no me acuerdo de las cosas que pensaba viendo "Van Gogh", que me subió muchísimo, o de "La hija de Ryan", que me volvió a transportar a  la fascinación de un "sábado cine", donde sólo faltaba que la radiaran al mismo tiempo para hacer después un reportaje sobre ella como hacían en tiempos en RNE-4 (y no puedo decir nada mejor, más elogioso ni más apasionado sobre la película). Vuelvo con esta entrada a las películas recién vistas, que es una característica de este blog, el comentario "en caliente"

Viendo "Las amargas lágrimas de Petra Von Kant", a mi juicio la mejor película de Rainer Werner Fassbinder, no tengo nada que añadir, salvo que en ese ambiente opresivo me he fijado que a través de pequeños ventanales se ve una vegetación preciosa. Rescato lo que escribí el 30 de septiembre del 2003 para es.rec.cine, a raíz de mi descubrimiento de la película el 12 de septiembre de 2003 (día de 26º cumpleaños en los cines Verdi de Barcelona). Tiempo después reelaboré el texto en el ciclo de la Filmoteca de Andalucía pero el pdf ya no se encuentra por la red ni lo tengo en mis caóticas pertenencias. Está enlazado por la red en un par de blogs (por cierto, estaría bien que la gente me citara como Sergio y no Sergi, porque la firma es inequívoca aunque siempre haya de fondo cierta confusión con el crítico profesional que firma como Sergi) o sea que no se extrañen si todo esto lo han leído antes.

Pongo primero la reelaboración para la Filmoteca (2006) que en la primera publicación de esta entrada no recordaba que era sustancialmente diferente y que está mucho mejor que el primer texto (2003) y después ese primer texto, más por razones sentimentales que otra cosa.

FILMOTECA DE ANDALUCÍA (2003) Rescatado de aquí (gracias):


Hay en Las amargas lágrimas de Petra Von Kant (segundo de sus llamados "melodramas distanciados") una gran sintonía entre todos sus elementos, pero se podría empezar por reseñar uno que los vertebra a todos de una forma importante: el texto. Hubieron grandes guiones, mejores historias, pero quizás nunca Fassbinder estuvo hermanado de una forma tan inconsciente, secreta y subterránea con otro inmenso literato del cine como el sueco Ingmar Bergman, también de un talento visual incontestable.Tenemos entre manos una película literaria en el mejor y más gozoso sentido del término, lo cual en absoluto significa que sea un delirio verborreico sin interés en sus imágenes, todo lo contrario.

Pero el amante de la palabra tiene en este texto un primer elemento de enganche con la película. Por mucho que no convenzan sus actrices, todo es posible, o su opresiva puesta en escena, hay en los diálogos que escribió Fassbinder (y en cómo los estructuró y dosificó) una precisión, una veracidad, un amor por la reflexión más lúcida posible, una capacidad para construir e inflamar el drama, una inteligencia y profundidad tan placenteras, que es en si mismo una obra de Arte, independiente y disfrutable en contextos ajenos a una película, que bien podría considerarse "simplemente" la magistral y difícilmente superable versión cinematográfica de dicho texto.No en vano puede que el espectador recuerde uno de los más interesantes "Estudio 1" de los últimos años, una adaptación de esta obra de Fassbinder con Rosa Maria Sardà, Ana Álvarez y Gloria Muñoz.¿De qué habla Fassbinder en su Petra Von Kant?. La claustrofóbica estructura, personajes femeninos recluidos en un apartamento, le sirve para desenmarañar con suficiente, necesaria pausa y acierto cómo se relacionan los seres humanos en el amor, que no es más que un espejo o una trágica coincidencia respecto a cómo se relacionan entre ellos en la economía de mercado.

 Hay fuertes y hay débiles. Hay relaciones de dependencia. Abusos y miedos. No sólo es circunstancial que se trate en el presente caso de dos personajes que mantienen una relación lésbica, sino que este lesbianismo- ausente de militancia como la homosexualidad en general en la obra de Fassbinder, bueno es recordarlo- tiene un efecto rebote irónico. Estas relaciones de abuso y dependencia no son genéricas, como diría ahora la corrección política, son humanas, y la mujer liberada acaba adoptando las actitudes despóticas de cualquier hombre. Lo que se ha llamado la "liberación de la mujer en negativo", presente en otras películas de Fassbinder como Martha o Effi Briest. Petra, que es señalada por colaboradores del director como personaje autobiográfico, tiene sometida a Marlene, la cual es prácticamente una esclava. La actriz Irm Herrmann que la interpreta no habla, no gesticula, pero la cámara está atenta a sus reacciones, va a buscarla en momentos clave y lo que hace (o lo que deja de hacer, como por ejemplo, escribir a máquina), funciona casi como metrónomo de la historia. Protagonizará el apoteósico final de la película. Sidonie es la amiga y confidente de Petra, a ella le relata cómo no ha aceptado el sometimiento a su ya exmarido y las servidumbres que la sociedad considera "normales" en las relaciones de pareja. La madre de Petra y su propia hija representan también un orden establecido del que Petra acaba abominando en el epicentro de su "locura". Karin es el verdugo de Petra, pero es que ya hemos podido ver que Petra antes de convertirse en víctima ya ha oficiado también de verdugo. Es un acierto con el que evita mostrar a una protagonista unidimensional y el drama adquiere suficiente envergadura, madurez y complejidad.Esta fascinante tela de araña psicológica es revestida por una soberbia puesta en escena.

 Unos murales descomunales de desnudos masculinos engullen este mundo netamente femenino. Unos maniquíes desnudos avanzan con la historia. Sus actrices llevan vestidos imposibles y pelucas increíbles, declaman con enorme y característica rigidez (a lo Fassbinder, que parecería que hablamos de Dreyer y tampoco es el caso), pero la frialdad de sus miradas derrite a cualquier espectador que tenga la enorme suerte de quedar subyugado por ellas. Planos fijos y elegantes y abrillantados movimientos de cámara que no conocen un segundo de mediocridad o descuido.En ningún caso como vemos se ha planteado Fassbinder endiñar su texto de cualquier manera. La enorme sabiduría que anida en él, su conexión con la vida y con los sentimientos de personas, la autenticidad a veces tan cruel y esquizoide con la que los humanos nos tratamos, merecía estos alucinados y deslumbrantes ropajes. No hay respuestas fáciles pero tampoco amarguras baratas. Hay un principio de conocimiento, un diagnóstico certero de lo que sucede. Eso debería ser una esperanza. Nosotros seguimos vivos y con nosotros una película tan inagotable, imperecedera y palpitante como ésta.


ES.REC.CINE (2003)

"Hace unos pocos años, cuando ya sabía quién era R.W Fassbinder por
culturilla cinéfila , aunque no hubiera visto ni en sueños una sóla
película suya y ni por asomo había leido nada en este foro, asistí una
noche absolutamente alucinado a la emisión en el resucitado Estudio 1
de una "Las amargas lágrimas de Petra Von Kant".

Es imposible describir mínimamente el estado de apasionada y
fascinante sacudida que me proporcionó aquella obra, en gran parte
debida a los brutales, desmadrados y aún así totalmente creibles
diálogos, y en otra parte, muy sustancial, debida a la impresionante
interpretación de Rosa Maria Sardá.

Desde ese mismo momento, con la programación cinematográfica ya hecha
una ruina, no pude evitar lamentar que no se hubiese emitido la
película de Fassbinder (en lugar del mismísimo Estudio 1 si era
necesario, quería ir a la "fuente"), y desde luego director y obra se
convirtieron en una urgentísima asignatura pendiente, en probablemente
la película que más ansiaba descubrir en el mundo.





El mito "Petra Von Kant" me acompañó muy vivamente hasta  la pasada
primavera, cuando los cines Meliès de Barcelona programaron una
nutrida retrospectiva del director alemán de la que ya escribí
abundantemente en su día en el foro, aunque cuál fue mi decepción al
comprobar que mi ansiada película no iba a ser proyectada.

Pero cuál ha sido mi eufórica sorpresa, unos meses después, al ver
como los cines Verdi de la ciudad condal han traido a mi mito, la
memorable sacudida teatral hecha película, la "fuente" de mis
trepidantes emociones de aquella legendaria velada televisiva [un promedio de tres espectadores por sesión tuvo aquella desgraciada exhibición, en la ciudad de los estudiantes de cine].

Pero qué nervios, qué peligro,¿ cómo asistir a tan significado evento
sin el riesgo de salir gravemente decepcionado con tan altas
expectativas?, ¿hay que ir precavido en estos casos?, ¿receloso?,
¿simplemente dejarse llevar y aceptar las consecuencias de la
experiencia?. Aún habiéndola visto tan condicionado por el recuerdo,
es un hecho que el visionado, por fin!, de esta ansiada "Las amargas
lágrimas de Petra Von Kant" ha centuplicado las sensaciones de la
representación teatral, ya que al Fassbinder dramaturgo que conocí
entonces, se le ha añadido otro Fassbinder para potenciar hasta la
genialidad absoluta del resultado:el Fassbinder director de cine.




Aún no enmarcada en sus melodramas más "accesibles", "Las amargas
lágrimas de Petra Von Kant" es una película de una dolorosísima
rigidez y frialdad. Desarrollada integramente en el apartamento de
Petra Von Kant, no resulta en absoluto estática o teatral en el peor
sentido de la palabra, aunque sí salvajemente claustrofóbica.

Sólidamente estructurada en cinco actos que pasan volando a lo largo
de dos horas, es un modelo de fusión teatro-cine....

Como teatro, cómo va alimentando las escenas progresivamente con
personajes que van enriqueciendo el drama.La estructura que utiliza,
separada con simples fundidos en negro, es desde luego de hierro,
aunque no podamos reducir a eso la película. El armazón escénico de la
película vendría a ser éste, si recuerdo bien:

I-Petra-Marlene+Sidonie+Karin
II-Petra-Marlene+Karin
III-Petra-Karin-Marlene
IV-Petra-Marlene+Gabi(hija de Petra)-Sidonie-Valerie(madre de Petra)
V-Valerie-Petra+ final con Petra-Marlene

Cada añadido al núcleo Petra-Marlene va inflamando la tragedia a fuego
lento pero de forma absolutamente imparable. Los bloques señalados son
 largos,menos  el último, pero están tan bien organizados, con los
personajes tan bien dosificados, con unos diálogos que van creciendo
en intensidad minuto a minuto, que la obra salva absolutamente todos
los peligros que pudieran derivarse del creciente espesor dramático
que aporta cada entrada.


Porque el texto de "Petra Von Kant" es una obra maestra absoluta. Los
personajes tienen unas conversaciones largas, críticas y analíticas
con las relaciones humanas (como seguramente pocas veces sucede en la
realidad y sin caer en absoluto en lo discursivo), diálogos
verdaderamente emocionantes porque "teorizan" quizás, pero siempre de
una forma descarnada, a partir de las propias vivencias más íntimas de
los personajes que los declaman tan impecable y majestuosamente, sería
quizás el extremo opuesto de los deliciosos charlatanes de mi querido
Rohmer.

Consigue Fassbinder ser a la vez profundo, desaforadamente
melodramático y veraz a partes iguales, en un equilibrio absolutamente
imposible y de reclinatorio.

Pero he seguido comentando las virtudes del Fassbinder dramaturgo. El
director de cine hace una película en consonancia perfecta con su
texto y poco o nada mejor se puede decir. También logra un equilibrio
de virtudes contrapuestas, porque es difícil ver una película tan
certera en su planificación, dirigiéndose en cada momento al rostro,
punto de vista adecuado-portentosísimo plano desde Marlene cuando
aparece Sidonie- y al lugar preciso en el momento preciso(a través de
impúdicos y larguísimos planos fijos, suaves travellings...),
enmarcando esa exactitud y esa simplicidad en una escenografía y un
vestuarios recargados hasta la histeria, sin llegar a ser cargantes ni
histéricos.

El color de una intensidad asfixiante, el mural que empapela la casa
con desnudos masculinos, los simbólicos maniquís, todo tan onírico,
espeluznante, demoledor...

Ese majestuoso equilibrio no lo podría conseguir sin contar ese equipo
de actrices. Margit Carstensen está a la altura de las circunstancias,
bordando una Petra Von Kant ideal y antológica,con una mirada
penetrante y luciendo cuando no lleva peluca un aspecto tan decrépito
como fascinante (me parece muy guapa esta señora sin peluca). Hanna
Schygulla tiene un papel puramente instrumental en el mecanismo de la
obra, incluso menor del que podría imaginarse, anticipa
interpretaciones suyas creo que mucho más memorables aunque está
igualmente perfecta para lo que se le pide. Y la que se lleva la
función de calle es Irm Herrman, en quien Fassbinder confia el
personaje de la obra más enigmático y determinante (actriz a quien
dedica la película), esa criada Marlene liberada finalmente por su ama
en una escena final de idas y venidas al plano tan artificiosa como
inolvidable, que podría ser el icono perfecto de la soledad en el
cine... Si es que hasta las canciones están increiblemente bien
insertadas...



Una obra capital del cine, sobre las relaciones de poder en el amor,
lúcida (sin querer decir por ello que se dedica a dar respuestas) y
terriblemente pesimista (aunque yo personalmente creo que cuando se
consigue ser lúcido no se puede ser pesimista al mismo tiempo, porque
una lucidez tan extrema y clarificadora como la de esta película no
deja de ser un principio de conocimiento esperanzador sobre las
relaciones humanas...).

Una obra al mismo tiempo con unos valores  cinematográficos
personalísimos, irrepetibles, hipnóticos, sobrenaturales, de las que
entran en una categoria de elegidas que van mucho más allá del propio
cine. Que "Las amargas lágrimas de Petra Von Kant" es, como sus
compañeras de cumbre en la historia del cine, ante todo una
experiencia que deja en estado de shock ético y estético, con un nudo
en la garganta y sin lágrimas posibles, y la sensación placentera a
más no poder de que nos venga esa frase a la cabeza tan recurrente,
cursi y afectada que dice: "Esto es el cine".

Aunque en el fondo sigamos creyendo que en realidad es otra cosa que
no puede recibir el vulgar nombre de cine."

Es inevitable cierto sonrojo leyendo la forma que tenía uno de expresarse hace diez años, pero en lo sustancial, sobre todo en lo que respecta al clarificador pesimismo como puerta abierta a la esperanza sigo pensando lo mismo.



8 comentarios:

  1. Poco más se puede decir sobre esta película. Es una de mis preferidas de siempre. En concreto, me ha encantado esta reflexión que haces, que comparto plenamente, más todavía en el caso de esta película:

    "aunque yo personalmente creo que cuando se
    consigue ser lúcido no se puede ser pesimista al mismo tiempo, porque
    una lucidez tan extrema y clarificadora como la de esta película no
    deja de ser un principio de conocimiento esperanzador sobre las
    relaciones humanas..."

    Es una película lúcida, totalmente. Nada de la lucidez de cartón-piedra de la que habla Aristarain en sus películas: ésta es lucidez de verdad, sin dejar nada atrás, sin sentir misericordia ni por uno mismo.

    Simplemente añadir la aportación capital de Michael Ballhaus en la fotografía. Scorsese quedó tan impactado de este portentoso operador que lo fichó para sus películas. De hecho, logra que una película cuya acción se desarrolla en un único escenario no resulte en ningún momento formalmente plana o teatral.

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  2. Fassbinder es mucho mejor cineasta que Aristarain, que es un buen guionista y un buen cinéfilo. Muy justa tu apreciación de Ballhaus y tu recuerdo para su posterior colaboración con Scorsese que seguramente quedara impactado por su trabajo, deslumbrante, con Fassbinder.

    Por cierto, he añadido a la entrada lo que yo recordaba como una reelaboración pero es realmente un texto mucho mejor que el primero.

    Un saludo

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  3. Haces muy bien refugiándote por tal o cual motivo en el cine del siglo pasado, Sergio. Para mí es insustituible: ni la nueva savia ni los nuevos enfoques del cine actual y de sus directores, cualquiera que sean, consiguen lo que nos (me) deparó el cine de los ochenta para abajo. Lo afirmo tal y como como lo pienso.

    Gozosa entrada, ¡qué recuerdos los de es.rec.cine, para bien y para mal!: podría elegirla como mejor película de Fassbinder, pero luego están las demás que compiten en igualdad de condiciones con ella. Imposible :-) ¿Y qué hay de "Berlin Alexanderplatz", o de "Maria Braun", o de "Trece lunas", o de "Effi Briest", o de "Martha"? son preguntas y opciones que me asaltarían y no me dejarían dormir ;-)

    Un fuerte abrazo.

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  4. En el siglo pasado y lo que es peor, en películas que ya he visto.

    Lo de elegirla como mejor película de Fassbinder es absolutamente instintivo, probablemente no pocas tengan méritos idénticos o incluso mayores, pero me sigue impresionando como siempre lo hizo.

    Un fuerte abrazo

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  5. Hola Sergio, he asistido estupefacto a las intervenciones de este señor e incluso he investigado su nombre para ver donde me llevaba, después de hacerlo pienso que el hecho de que este señor firme como el señor Lastra no significa que tenga que ser necesariamente él, puede ser un alumno universitario resentido porque lo ha suspendido o simplemente no le cae bien, no olvides que como muy bien has escrito nadie es tan inepto como para utilizar la frase del ganado y los actores para descalificar a Hitchcock.
    Por otra parte el verano suele ser una época propicia para que proliferen troll y sujetos que pretenden provocar, hacer los graciosillos o no se sabe qué (algo que Jesús Cortés ha vivido en sus carnes), mi recomendación es que si insiste mucho borres en un segundo sus mensajes, a ver la gracia que le hace que le borres algo que ha tardado en escribir un rato como las citas del último. Por cierto que pobre tener que recurrir a otras personas para decir lo que uno quiere decir, que poca confianza en uno mismo.
    Ánimo y paciencia, que cualquiera que lea las tonterías que escribe sólo puede sacar dos conclusiones o que está de bromas o que si de verdad piensa lo que dice está para que lo encierren y tiren la llave.
    Por cierto el verano pasado vi Berlin Alexanderplatz, qué experiencia, no sé si la ha visto, es una serie muy larga pero merece la pena, para mí lo mejor de Fassbinder incluso por encima de la muy emocionante Todos nos llamamos Alí.
    Jose

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  6. A veces es verdad que los trolls te dan pie a airear algunas ideas que te apetece comentar y por eso entras al trapo, siempre equivocadamente. Pero en lo sustancial tienes razón. No sólo pongo en duda que sea quien dice, porque su argumentario es muy indigente para ser alguien que tiene publicados artículos de cierto (o aparente) nivel, sino que no lo alimento más.

    "Berlin Alexanderplatz" es en efecto una gran experiencia y de lo mejor de Fassbinder.

    Muchas gracias por el comentario, más que paciencia, que me sobra, me falta tiempo para andar haciendo el payaso con quien no le interesa en absoluto lo que tengan que decirle porque es un troll de manual.

    Un saludo

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  7. ¿Alguien sabe de quien es el mural de fondo? Gracias, M-Z.

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    1. "Midas y Baco" de Nicolas Poussin.

      ¡Un saludo!

      Sergio

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