Una de las películas más fuera de todo género que pudiese hacer Chabrol. Más entroncada con un cine enigmático, desviado, extravagante y misterioso de los años 70, que pudieran hacer Pasolini, Fassbinder o Buñuel. Recorrido por un aire policiaco,que se queda en un aire, y con su observador delante y detrás de la cámara de burguesía y sus miserias para recordarnos quién dirige, pero con un tono raro e inclasificable, a lo que contribuyó no poco ese reparto ensalada que mezclaba a Anthony Perkins, Orson Welles, Marlene Joubert y Michel Piccoli. Fuera de todo cánon y con todos los números para ser la perla maldita, imperfecta e incomprendida de la serie Génovès, de las que no me conquistan pero a las que uno distingue y respeta.
Mañana va otra película francesa, no lo hago a propósito, me sale así.
Es prácticamente mi película favorita de Chabrol :-) Coincido contigo en las sensaciones que transmite. Inclasificable y fascinante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Rafa