lunes, 5 de marzo de 2012

ANITA NO PERD EL TREN

Ventura Pons tiene debilidad por Rosa Maria Sardá, la suficiente para ponerle el velo en los ojos que a mí me falta. El personaje está hecho para ella, sobrevuela toda la película un aire cómico y exagerado con voz en off y mensajes al espectador muy de su estilo pero a pesar de que desde la primera escena se repiten frases del tipo “Todo el mundo dice que no aparento cincuenta”, lo cierto es que sí los aparenta.

La pelicula cuenta con bastante ritmo la historia de una mujer que vive en torno a su trabajo como taquillera de un cine y de pronto este desaparece (textualmente).

José Coronado interpreta a un obrero sin más, casado, que se encapricha a primera vista de una cincuentona, si hacemos caso a lo de “busca fuera lo que no tiene en casa”, la mujer de él debe de estar buenísima, y vestir provocativamente porque Rosa María Sardá se pasea por la obra con unas blusas enorme…mente carcas.

Ella va y viene entre la modernidad y la falta de confianza en si misma, atraida por el concepto de “amante” y a la vez enamorada del amor y seducida por la tentación de encontrar algo nuevo en torno a lo que construir su vida, llegando a reflexionar sobre el hecho de que habiendo vivido la mitad de su vida…no le espera nada nuevo en la otra mitad.

Debe ser cosa mía, pero si su personaje fuese el de una mujer pasados los cincuenta que pierde su trabajo y queda a merced de una pensión, seria más capaz de comprender esta reflexión, pero en la primera escena se deja claro que su jefe le ha conseguido unos millones y una pensión estupenda… Manía desagradable de la gente que tiene tiempo y dinero de no disfrutarlos.

A pesar de ello el tono cómico está conseguido y pasa deprisa.










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