martes, 10 de abril de 2012

PEEP SHOW

¿Qué tienen en común Josema Yuste y Millán Salcedo (también conocidos como “Martes y trece”) con Hugh Laurie y Stephen Fry? Si creen que la respuesta es "nada", antes de seguir leyendo vean esto, a ser posible las cuatro temporadas, y luego sigan leyendo.

Una vez todo el mundo está puesto al día, admitámoslo: el humor de Laurie y Fry en “A bit of Fry and Laurie” y el de Martes y trece juegan en la misma liga, ambos son lo que a primera vista calificaríamos como “¡pero menuda tontería estoy viendo! ¡y sin embargo no puedo cambiar de canal!” Quizá fue porque conocimos a Martes y trece demasiado pronto y en su momento no tuvimos suficientes referencias para apreciar su humor surrealista, pero si aquí teníamos “Encarna de noche”, o “Las empanadillas en Móstoles”, los ingleses tenían su “Mr. Music, will you play?” y “What pun? Oh, there is no pun? I am sorry”.

Y a todo esto, ¿Por qué tanto empeño en convertir al adorado Fry de “Los amigos de Peter” y al genial Laurie de “House” en personalidades paralelas a nuestros ilustres cómicos? Dos motivos, primero porque quiero recalcar que el humor del dúo español no es intelectualmente inferior al de los ingleses, como a muchos les gustaría creer. El segundo motivo es porque si Michael J. Fox hubiera viajado al pasado, ligado con la madre de Laurie (o la de Fry, o las dos) e impedido que estas tuvieran descendencia con sus actuales maridos, nuestros protagonistas de hoy probablemente se hubieran dedicado a otra cosa.

David Mitchell y Robert Webb forman el dúo cómico “Mitchell and Webb”, cuya fama comenzó a forjarse con el show radiofónico “That Mitchell and Webb sound”, un programa de gags cómicos que tendría su versión televisiva en “That Mitchell and Webb look”, que efectivamente, bebe de Fry y Laurie de manera más que evidente. Se podría decir que Mitchell y Webb son los Fry y Laurie de nuestra época, aunque en cuanto al humor se refiere, al contrario que sus referentes, ellos han conseguido llegar más lejos.

Sí, porque Fry y Laurie como pareja (dejaremos de lado a Fry en su faceta independiente), nunca evolucionaron en su manera de hacer reír. Encontraron la fórmula apropiada en el gag breve, el humor del surrealismo y el golpe de efecto final. Mitchell and Webb en cambio, llevan siete temporadas a bordo de la sitcom de humor adulto por excelencia en el Channel 4 inglés, “Peep Show”, una serie que se desmarca del gag tonto y profundiza en el desarrollo de personajes e historias de una manera atrevida. Demos un repaso a los motivos por los cuales “Peep Show” es una comedia imprescindible:

1) Personajes

El personaje de Webb es el chico moderno y sociable, mientras que Mitchell interpreta a un personaje estirado, con poca o nula facilidad para la vida social, tradicional y políticamente conservador. Ya que por una serie de circunstancias se ven obligados a vivir juntos, lo habitual hubiera sido poner el énfasis en “mira qué situaciones más divertidas conseguimos enfrentando a los opuestos”, sin embargo durante toda la serie se prefiere insistir en que no importa cuan diferentes sean, los dos personajes son igual de patéticos. El abanico de secundarios está muy bien planteado, destacando el personaje de Matt King (“SuperHans”) un yonki de rostro inquietante y ocasionales chispazos de sabiduría. La dinámica entre la pareja protagonista puede resumirse en incontables intentos de encajar en un amplio círculo social, habitualmente fracasando y dándose cuenta de que están condenados a ser el mejor amigo del otro.

2) Pensamiento en off

Todos hemos tenido pensamientos inconfesables ni siquiera bajo pena de tortura. La diferencia entre nosotros y los protagonistas de Peep Show, es que ellos utilizan el recurso de la voz en off para expresar sus pensamientos. Y no me refiero a chistes moderadamente graciosos para agradar a toda la familia. Me refiero a pensamientos honestos en estado puro, a menudo incoherentes, a menudo cotidianos y a menudo no aptos para sensibles.

3) Atrevimiento

Es quizá una de sus mejores bazas. Lo que está condenando a la comedia para adultos es su insistencia en el transformar cualquier historia en algo apto para todos los públicos. En Peep Show encontramos desde lo más básico (lenguaje de nivel “fuck” en adelante), hasta lo más crudo (un desafortunado y ya famoso incidente con un perro) pasando por sorprendentes gags como una referencia onanista dirigida a la reina Isabel II y en particular a su retrato en los billetes de 20 libras, que de haber ocurrido en cierto otro país europeo hubiera desembocado en el secuestro de la productora. Peep Show nos muestra lo que nos quiere mostrar, sin temor de ofender a nadie. No modifica su forma de plantear el humor teniendo en cuenta las posibles quejas de los sectores más puritanos. Por eso, es una propuesta refrescante, lejos de las telecomedias del copia y pega, de las plantillas modelo para capítulos insulsos.

4) Sin risas

Pese a que “That Mitchell and Webb look” tiene risas enlatadas, “Peep Show” no. Esa baza es un punto a su favor bastante importante. Aunque uno lo intente evitar, en el contexto de la risa enlatada siempre existe el factor “empujón”, el de sentirse animado por las risas a buscarle la gracia a una escena que quizá nunca fue divertida. En cambio, la sensación mejora mucho cuando uno se descubre a sí mismo riendo voluntariamente ante el patetismo de los personajes o sus salidas de tono.

5) Sexo y otros fluidos

Para redactar este artículo he estado intentado encontrar (sin éxito) telecomedias en las cuales se muestre a los personajes durante las escenas de sexo. Solo han venido a mi memoria títulos en los cuales los intentos del personaje principal por acabar en la cama se veían interrumpidos por algún hilarante personaje secundario, o la cámara cortaba y solo mostraba los momentos posteriores. En “Peep Show” se muestran los momentos durante, lo cual ofrece una nueva puerta al humor. Incluso la repetida aparición de otro tipo de fluidos, no obedece a un gusto por el humor de WC sin interés (como la estúpida e insultante segunda temporada de “Little Britain”), sino que aunque parezca increíblemente pedante asumirlo como tal, la presencia de dichos fluidos tiene intencionalidad dramática y sirven al guión.

En resumidas cuentas, una serie que comenzó como un ejercicio de estilo en el cual la cámara filmaría siempre desde el punto de vista del interlocutor del personaje que en ese momento estuviera en pantalla (de ahí el título), se ha dado cuenta de que esa chorrada causaba más mareos que otra cosa y distraía de lo verdaderamente importante: los guiones. Por eso, en la segunda temporada empezaron a reservarse el truco de la cámara subjetiva para momentos puntuales y se centraron en hacer reír sin miramientos.

La octava temporada de Peep Show se rodará durante el verano de 2012 y probablemente se emita por Channel 4 a partir de septiembre u octubre. Y si quieren más Mitchell y Webb mientras no llega el otoño, que sepan que en el reino de Isabel II esos dos muchachos son lo que aquí llamaríamos “tertulianos”, con lo cual es fácil encontrarlos a menudo en televisión. Mitchell aparece ahora mismo como panelista casi permanente junto al gran Bill Bailey (el Manny de “Black Books” de la cual hablaremos otro día) en el “I.Q” presentado por Stephen Fry. Hace poco podíamos verle presentando el reality “The Bubble”, en el cual su colega Webb se paseaba de vez en cuando, y youtube contiene ahora mismo casi todos los monólogos-queja que grabó en su momento para “Soap Box”.





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