Tras "Tout est pardonné" y "Le père de mes enfants" llegamos al tercer trabajo de esta singular cineasta llamada Mia Hansen-Love "Un amour de jeunesse".
Aparentemente menos brillante que las anteriores, sólo aparentemente, teje una historia de iniciación amorosa sorprendentemente desidealizada y nada tópica.
Una estupenda Lola Créton, luciendo de manera excelsa hasta en simples encuadres sentada pensativa en su habitación, una actriz que sabe sentarse en la cama como pocas, es Camille, una chica quinceañera que sufre por la falta de compromiso emocional y de correspondencia de su novio Sullivan. Con un sufrimiento adolescente, trágico y absoluto, que casi la acerca de manera un tanto pueril a una gertrud dreyeriana. Pasarán los años y las experiencias y ese latido autodestructivo inmaduro de unión física y psicológica a alguien que no la quiere y la toma y la deja a su conveniencia no habrá perecido del todo.
Mia Hansen-Love retrata ese proceso de crecimiento con magnífica lucidez. Quizás se dilate un poco la parte final en la que Camille compagina a dos hombres, durando hora y tres cuartos se me hace un poco larga, pero a ese proceso emocional lo acompañan dos detalles que a mi me parece que le dan lustre, fijeza y esplendor a la película: el aprendizaje de un oficio por parte de la protagonista (esa arquitectura que cada vez es mejor en la propia cineasta, donde la luz es menos obvia, como se dice en la película) y la metáfora final, que puede resultar fácil, pero es completamente certera, ya que crecer es en el fondo, también, una corriente que se lleva consigo algunas cosas. Y dirigir una película sobre crecer, sin grandes lamentos, en un mundo tan peterpanesco tiene algo de kamikaze, de admirable y de ir contracorriente.
Como complemento, a unos miles de kilómetros es interesante ver "Young adult" o cómo por fin el cine USA reconoce que el pueblucho en el que hiciste la secundaria está lleno de seres feos y tontos que envidian el glamour de tu vida profesional y personal en la gran ciudad. Otro tipo de crecimiento y aprendizaje el de Charlize Theron, en las antípodas del amor de Hollywood por la novela pastoril.
ResponderEliminarInteresante. Acabo de descubrir su blog y conocimiento erudito de cine. Estaré explorándolo. Saludos cordiales.
ResponderEliminarTan amable como inmerecido lo de erudito. Lo mejor del blog, siempre lo digo, está en la columna derecha y ahora mismito incorporo esas "autopistas de la destrucción" que, y no es por devolver el elogio, están muy bien. Saludos cordiales
ResponderEliminarBueno, bueno, lo de "seres feos y tontos", si es como yo lo entiendo, me parece un poco vanidoso y poco modesto.
ResponderEliminarSin ánimo de ofender:
Carmen.
Después de ver tantas películas americanas donde sólo hay pureza y bondad en el pequeño pueblo del protagonista, es un cambio simplemente humorístico, no tiene más importancia.
ResponderEliminarY no lo diré yo, que vivo actualmente en el municipio menos habitado de todos los que he vivido hasta ahora.
Veo que ya has caído en sus redes. Ah, ah, ah...!!!!
ResponderEliminarSaludos
Roy
Nuestra Mia
ResponderEliminarSaludos
Tengo el visionado esperándome, y ahora me lo complicas ja ja, ya que me has creado curiosidad por los dos filmes predecesores, espero verlo, todos apuntan a que ha hecho algo interesante, los otros a ver si los encuentro. Y sobre young adult me pareció que quería quedarse con dios y con el diablo, al final se decanta por lo convencional, aunque se ve el atrevimiento en gran parte sino que como decimos por aquí en jerga, arrugó (el miedo le ganó). Igual no creo que el filme trascienda, aunque creo que con toda esa crueldad que desborda es muy interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas cosas pendientes. Actualizo el próximo fin de semana y añado enlaces como la nueva bitácora literaria de Mario.
ResponderEliminarUn saludo