lunes, 22 de abril de 2013

PILGRIMAGE

Puesto sobre la pista de este John Ford por el Cineforum One Plus One de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, como parte de ese práctico deporte que es seguir pistas dispares de lugares dispares por internet.

Sorprende a primera vista una madraza tan descarnadamente castradora en el cine de Ford. "Pilgrimage" sigue la mejor veta expresiva del Ford mudo y desmiente tópicos sobre cierto academicismo o desadaptación al sonoro que respirara su cine en los años 30.

Desde las primeras escenas con esa fuerza argumental de la Naturaleza y esa mágica aparición en el arroyo de Marian Nixon la película no deja indiferente, consiguiendo erigirse como un melodrama parejo a la fuerza bruta de cualquier King Vidor de esos años.

Lo más desconcertante es quizás el meollo argumental, ese viaje a París, clave de la película, en el que como redención de sus culpas la madre pasa de siniestra anciana de la America profunda, que prefiere a su hijo muerto antes que ser sexualmente activo (ya parezco abbascontadas, pero es que la película lo pone a huevo), a vieja dicharachera y marchosa, alma de la fiesta allá donde va.

La redención es excesiva, como no puede serlo de otra forma, París le sale muy teatral a Ford, pero su América es puro cine, hija legítima de Griffith, majestuosa, orgullosa y poderosa película.








5 comentarios:

  1. ¡Ay!¿Qué sabrán las madres, que tanto horror le tienen a la sexualidad de sus hijos?
    Décadas hace que vi esta peli, de la que se me ha quedado la escena de la foto reconstruida, pero promete esa idea de la redención a través del sarao, que Ford tenía en muy alta estima los bailoteos públiocos.

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  2. Es una comedia triste que raya la locura, el hermano Francis intentando detener el tren con el bastón... Una de las primeras grandes del maestro, dentro de esa oscuridad entre mito y necesidad.

    Saludos
    Roy

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  3. Es un libreto muy curioso el utilizado por Ford porque se salta la redención más evidente, la del cuidado de la nuera y el nieto, y se va por peteneras con un viaje a París y un clon del hijo en apuros, casi en plena alta comedia a lo Lubitsch. Un desvío argumental muy singular, ya digo. Y Francis Ford inconfundible, ¿tuvo siempre el mismo aspecto?

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  4. jajjaaja, no cuando era más joven y ejercia de director no, tenía otro talante, en esta foto lo puedes ver abajo a la izda. con la camisa blanca.

    http://johnfordstribute.tumblr.com/post/13493910348/rodaje-de-the-boken-coin-1915-el-director

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  5. Ya decía yo, que ser siempre un viejo calvo de larga barba blanca es muy difícil.

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