En "The band wagon" de Vincente Minnelli, el director Jeffrey Cordova preparaba una versión tremebunda de "Fausto" que acababa siendo un estrepitoso fracaso que remendaban los personajes de Fred Astaire y la pareja de amigos guionistas con la colaboración del propio Cordova.
No sabemos si Aleksander Sokurov accedería a cantar y bailar algo como "Triplets" en compañía de su equipo, lo cierto es que ni su "Fausto" ha sido un fracaso, ni carece por completo del entertainment que se reivindica en la peli de Minnelli.
De hecho el flamante León de Oro en Venecia, redimiendo así el triste premio a "Somewhere" (uno siempre va a entender mejor a un doctor que se condena el alma por acostarse con una rubia, que a un actor rico deprimido sin motivos que se acuesta con todas las rubias), es una de las películas del lote de las atractivas de Sokurov.
Aleksander Sokurov es un director de la raza de los especiales, no me he cruzado con ninguna tontería, aunque su obra para mis ojos tiende a dividirse entre películas espléndidas ("Madre e hijo"-admirable, la que más me gusta-, "Moloch", "El sol", ésta) y películas que me da una pereza insoportable la sola idea de terminarlas ("Dolorosa indiferencia", "Padre e hijo"), pero que supongo que si lo hiciera tendría la extraña sensación que me dejó "Dias de eclipse", una adaptación de los autores de "Stalker", los Strugatsky, cuyo visionado fue un suplicio, pero de la que ahora tengo un recuerdo incluso embellecido. Luego tiene la de la abuelita que busca a su nieto en Chechenia, que me da también una pereza inmensa, "Alexandra", ni si quiera por plúmbea, pero a la que supongo que también sería cuestión de echarle paciencia porque no parece tonta. Así pues las cosas quedan o quedarían en las magnéticas a primera vista y en las dudosas en suspenso que dan irremediable pereza.
"Fausto" es excesiva y desequilibrada, pero no me ha costado nada verla, en la obra de Sokurov es casi un blockbuster para relajarse. Un poderío visual personalísimo y deslumbrante que no hace más que ganar enteros a medida que crece la conocidísima historia de la condenación del protagonista. Una obra que puede fascinar o disgustar pero que me alegra tantísimo que haya entrado con esa fuerza y ese reconocimiento en el panorama internacional...Me resulta siempre grato que haya quien se la juegue con estos proyectos monstruosos que guardan el riesgo en su propia monstruosidad y exceso.
A mí me resultó pesada de ver e innecesaria.
ResponderEliminarDe todas, gustándome mucho unas cuantas y habiéndome desapegado un poco de otras que me gustaron bastante cuando las ví (el problema de las películas en las que nunca piensas, supongo), sigo prefiriendo las magnéticas elegías de 2001 y 96 me parece, "Elegiia dorogi" y "Vostochnaya elegiia", que además tenían la virtud de ser breves.
Y hacer "Triplets" o escuchar "Rocket to Russia" igual le vendria bien a más de uno para quitarse plomo.
Es curioso el efecto tan dispar que pueden producir las películas de Sokurov (incluso entre aquellos que directamente no lo rechazan de plano), a mí "Días de eclipse" me encantó y en cambio "Madre e hijo" la debí coger en un mal momento y me pareció un tostonazo. Estoy muy de acuerdo contigo, Sergio, la película cae del lado de lo más visible de Sokurov, es atractiva, apetecible, entretenida e incluso divertida y chispeante.
ResponderEliminarNo es alguien a quien recomendarías con los ojos cerrados, ni a uno mismo, pero tampoco es alguien a quien descartes nunca.
ResponderEliminarNo sé yo si en esta época de "películas que se dan importancia", como se comenta en el blog de Jesús, a veces el plomo se convierte en un masoca refugio en el que persistir ante la falta de encontrar una ligereza verdaderamente estimulante. Lo digo porque uno tiene la malsana insistencia de persistir con el plomo, no con "Fausto" sí con Sokurov en general, pero si el ligero se equivoca se está dispuesto a darle menos oportunidades.
De todas maneras también reconozco que como espectador ese punto de vista ególatra de las películas no llega a resultarme nunca lo suficientemente antipático, no sé yo si es por peligrosa y viciosa identificación freudiana jaja...
Sí, a Rosales "se le espera" (y hasta se babea con ese artefacto diabólico llamado "Sueño y silencio"), pero a otros (ya verás Garci con su Ministro de marras; cada día que pasa es peor idea) les van a dar hasta en el retrovisor cuando vuelvan.
ResponderEliminarSiendo complaciente con ese cine autoimportante, Rosales y Garci son dos de mis no numerosos descartados, no porque sean igual de malos, pero no tengo ni creo que tenga tiempo para ellos. Con Rosales cambié de opinión tras ver "La soledad", que me pareció insoportable, y tras descubrir "Jeanne Dielman" que me pareció que hacía lo mismo que en "Las horas del día" (y parece que en "Tiro en la cabeza") pero bastante mejor, al menos no parece copiárselo a alguien tan descaradamente. Con Garci me harté tras ver una y otra vez el mismo melodrama de cartón, aunque cabe decir que la idea de una película escrita por el fiscal general del Estado e interpretada por el ministro de Justicia debería ser la acrcajada de toda la prensa cinematográfica mundial.
ResponderEliminarNo creo que Garci se crea importante ni sea solemne, sus maneras y sus ritmos son patentemente anticomerciales y eso le delata: hace lo que le gusta y como le gusta sin mirar al tendido (de la cartelera; el del mundillo, sus financiaciones y amistades sí parece que lo fomente), quizá consciente de que tenga ya pocas oportunidades o tal vez ninguna más por su edad e intereses. Esta nueva tal vez ni se estrene y seguramente se parezca poco a la copia mostrada en pases particulares.
ResponderEliminarEn sus premieres se ven muchas señoras y muchos bastones y ahí pocos plumillas se entonan para hablar de lo que ven con un poco de justicia. Luego no se molestan en revisarlas, claro.
A principios de septiembre llegará. Yo fui bastante constante con él porque me atraía lo que intentaba y porque sus intereses eran los míos (qué músicas y de qué manera entran, eso es muy afín a lo que me gusta), pero el resultado final del conjunto, honestamente, siempre me pareció deslomado hacia una cursilería y un artificio bastante indigesto. Hace lo que quiere y es un ejemplo muy curioso que navega absolutamente en solitario entre los televisivos y los marginales, pero no puedo con sus películas.
ResponderEliminarLo que si me parece admirable es como divulgador, como editor y cada vez se entiende mejor, a medida que nadamos en el fango, la importancia del programa de tv que hizo del que enlacé una entrevista a Miguel Marías en Miradas de Cine en la que contaba cosas pavorosas sobre la trastienda, la cuerda de iletrados que mandaban en tve y los esfuerzos que supuso. Ahora muchas de esas películas están editadas en dvd y son muy conocidas, pero entonces las veíamos allí por primera vez y de algunas de ellas no habíamos oído hablar nunca.
Yo diría que los proyectos de Sokurov no son tan arriesgados: en alguna de sus películas la lista de instituciones colaboradoras (televisiones, museos, festivales) era tan larga que llegué a pensar que era un gag.
ResponderEliminarYo diría que mi favorita es The sun, muy divertida, con ese emperador cretino que hace el payaso con los soldados estadoundenses mientras medio país se suicida. Padre e hijo también a mí me parece una de las experiencias más insoportables que se pueden tener en una sala. Desconozco su obra documental, y también se me ha pasado este Fausto, del que supongo que se podrá decir lo que Borges opinaba del texto de Goethe: que lo que para algunos era una obra maestra para otros era una de las formas más prestigiosas del tedio.
De Garci puedo contar que sí se cree, o se creía, importante, y que tiraba a ampuloso, si bien para mí es un misterio que a Tarantino se le alabe su compulsión cinéfila y en el caso de Garci se utilice lo mismo para desacreditarle. El otro día vi un poco de su Ninette y me pareció una adaptación erradísima.
Por otro lado, es muy ameno hablando de cine. A mí me tocó hacer varias de las tertulias, y recuerdo que nos contó que la tele (Ramón Colom!) puso el grito en el cielo por emitir Ordet en vacaciones, porque no la iba a ver nadie. Luego tuvo un millón y medio de espectadores y uno de los mayores índices de aceptación del programa.
Y hablando de Sokurov, ¿qué os parece "El arca rusa", que creo que no la habéis comentado, la meteis en el cajón de las delicias o en los horrores?
ResponderEliminarPor cierto, acabo de buscar en Filmaffinity "La soledad", de Rosales, que habéis comentado, y me he quedado de piedra al ver las citas de los críticos. A lo mejor están sacadas de contexto, pero no entiendo que levante tantos elogios tamaño desastre. Saludos
Siiiii, cierto, se me ha pasado El arca rusa, a mi me parece insoportable, esa es la primera que vi suya, en el cine, y aún así insistí cuando Intermedio sacó aquel lote.
ResponderEliminarEl pase de "Ordet" es una gesta, más aún visto hoy, que no se ha vuelto a saber nada de peli semejante en tve, yo estaba fuera de vacaciones, como temía Colom, pero alguien me pasó una grabación y luego devoré aquella revista que editó sobre el tema en dupla con "Vertigo".
"La soledad" fue otro pase infernal como el de Sokurov. Me había encantado "Las horas del día" y no entendía nada de aquello, y sí, no era coña, tuvo un recibimiento de un entusiasmo brutal.
"Russkíi kovcheg" me parece de las muy buenas suyas y de las escasas que me subieron al revisarlas (me pareció simplemente buena pero forzada en primer visionado). Ojalá hubiera más así, un poco straubianas.
ResponderEliminar"Solntse" también me gusta mucho y la creo bastante superior a sus compañeras "Molokh" y "Telets".
"Mat i syn" es buena y siempre recomendable para admiradores de Caspar David Friedrich (también "Las" de Piotr Dumala, como transposición al blanco y negro de su pintura; lástima que el film sea flojo hasta si uno es fan de Tool)
"Dolce" de las más interesantes como "otra cosa".