miércoles, 24 de julio de 2013

ALL THAT JAZZ

Cuando en "Nine" aparece una momificada Nicole Kidman, más maltratada por el bisturí que por la edad, emulando a la bellísima Claudia Cardinale de "Ocho y medio", nos encontramos ante el mayor comentario crítico que haya hecho una actriz a su propia película. En efecto eso es "Nine" respecto a "Ocho y medio" una zombificación del material de partida.

Pero no ha sido "Ocho y medio" una película desafortunada respecto a sus seguidores. Dos directores USA al menos la han entendido a mi juicio y la han reconstruido atendiendo a sus propios e irrenunciables universos personales: mezcándola afortunadamente con "Fresas salvajes" Woody Allen en "Desmontando a Harry" (a la segunda tras la excesivamente mimética Stardust memories), y por encima incluso el Bob Fosse de esa creciente, imparablemente creciente obra maestra que es "All that jazz".

Como con tantas otras películas, durante un tiempo la vimos en España con la fotografía destrozada, doblada y con las canciones sin subtitular (son fundamentales, como en "Cabaret" para la trama y a día de hoy siguen sin subtitular en el dvd, hay que ponerse los subtítulos en inglés para no perderse nada de ellas). Pero no vale la pena quedarse en esa prehistoria.

"All that jazz" ya fue rescatada en su momento pero aún así aún uno no veía todo lo que había en ella. Porque parecía sólo una brillante y emotiva apropiación de "Ocho y medio", que lo es, pero no parecía tanto algo que también es, una de las mayores muestras de respeto al género y creatividad que ha dado el musical.

Cuando se hace "All that jazz" efectivamente el musical está muerto, aún se adaptan obras de éxito como "Hair" y aún quedará lugar para miradas retrospectivas y nostálgicas como "Dinero caído del cielo", que aunque brillante es precisamente eso, muy retrospectiva y nostálgica como para llegar a aportar algo al género, es un espejo y así lo certifica su mejor y más inolvidable número "Let's face the music and dance".

Bob Fosse se da la mano con lo que estaba haciendo Stanley Donen en los años 50 (y creo que un peldaño por debajo Vincente Minnelli). Desde entonces el género había tenido películas magníficas, pero eran muy deudoras de la edad de oro del teatro, de las obras que adaptaban. No es que Donen y Minnelli no utilizaran obras preexistentes, pero ellos inventaron un material completamente propio que empieza y acaba en ellos mismos.

Fosse, que los conoció, parte de esa estructura de guión felliniana presuntamente autobiográfica, que juega a la duda y al equívoco, y mediante un guión co-escrito con Robert Alan Aurthur (sanísima costumbre de entonces que también ponía en práctica entonces Woody Allen co-escrito "Manhattan con Marshall Brickman, especialmente adecuada para este tipo de guiones semi-autobiográficos) construye un musical absolutamente propio con una brillantez y una personalidad propia que trasciende las nostalgias, los revisionismos y la historia del cine de la que parte.

Fosse se hace eco de la madurez que había adquirido el musical teatral en los años 70, es capaz además de retroceder 40 años y montar sus propias follies como había hecho Sondheim poco antes en el teatro, como sale en "Cantando bajo la lluvia" y en "The band wagon", y las llama "Alucinación en el hospital", los sueños de un señor que está siendo operado a vida o muerte.

Su musical tiene densidad dramática, tiene vitalidad, tiene belleza (el director de fotografía es nada más y nada menos que Giuseppe Rotunno de El gatopardo o Amarcord), no olvida la historia de su género,  pero para dar un paso más, para escribir el nombre de All that jazz en el panteón de obras cumbre, quizás fue el último, el último musical puramente cinematográfico, quizás ya no han existido ni existirán más. Por eso es y será siempre justo, aunque se crea egocéntrico, que el último plano, que ése sea su último plano.

Esta oda agridulce a una profesión, al espectáculo, a una profesión y a una forma de vida (los grandes maestros no hablaron de otra cosa y el tema es como fue siempre la preparación de un espectáculo) ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes, es la obra maestra de Bob Fosse y uno de los cinco o diez grandes como mucho grandes films del género, que yo creo que va a ir ganando prestigio y pasión con los años, va a ir siendo estudiada y reverenciada cada vez más, a la mínima que los que ponen las películas sobre el tapete se hagan preguntas sobre este extraño género que siguió y sigue funcionando libre y vivo sobre las tablas y se murió penosamente sobre el celuloide. Será puesta junto a "Cantando bajo la lluvia" o el título que se quiera citar. Es y cada vez lo es más profundamente emocionante, de nudo en la garganta, y el cine es lo máximo que puede dar.













  

4 comentarios:

  1. En su conjunto, para mi, no es lo mejor de Bob Fosse. Es cierto que en este momento el musical estaba de capa caída pero aún así no es una película que me enganche en cuanto a su argumento. Desde luego, los números musicales son muy bueno, por supuesto.
    Saludos.

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  2. Prefieres "Cabaret", supongo, que es desde luego una gran obra.

    Algo que apunto siempre, pero nunca está de más, Fosse habría sido el director natural de la película "Chicago", pena no haber visto su versión.

    Saludos

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  3. ¡Ay, si el género musical hubiera sido como "All that jazz"!... otro gallo le hubiera cantado por lo que a mí respecta. Descomunal obra maestra.

    Abrazos.

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  4. Es que es muy curioso porque "All that jazz" debe muchísimo a lo que había sido el género musical, a la vez que le aporta mucho de lo que era el mejor cine USA de los 70. Es un musical en estado puro, mucho más de lo que puedas creer (no es en absoluto atípica o a contracorriente en cuanto a formas y tampoco lo es del todo en contenido), a la vez posee todo aquello que echabas en falta en los clásicos canónicos del género en cuanto a tratamiento de personajes y conflictos.

    Abrazos

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