El último largometraje de Douglas Sirk es un nuevo retorno al cine de Stahl al volver a adaptar la novela de Fannie Hurst que aquél hiciera en los años 30.
A mi Sirk me parece mejor que su estupendo maestro y la película un festín que se añadía a la gran juerga que era el cine de Hollywood a finales de los años 50, con todos los maestros en la cúspide artística de sus carreras, al máximo en depuración y madurez de su estilo.
Ciertamente la película no me convence o no me sacude como comentario racial a la América de los años 50. Es excesivo y hasta cruel tramar una historia moralizante sobre una chica que no se acepta a si misma ni a su madre cuando todo su entorno, incluso los personajes más positivos la condenan a determina posición en el escalafón social. ¿Por qué no aprovechar su color para luchar por otra cosa?, ni si quiera la película plantea que pueda luchar por otras cosas de mayor valor y la limita a corista, convirtiéndola siempre en un personaje negativo.
Décadas y grandes cantidades del dinero no le sirven si quiera a la protagonista para considerar compañera y amiga a quien empezó siendo su criada y sigue siéndolo, a cuya hija le encomienda las mismas funciones que le encomienda a su madre.
Es un folletín, puro material de derribo de otro tiempo que no resiste el más mínimo análisis político y psicosocial, desde esa perspectiva me parece una película injusta o enervante incluso donde abanderando el valor del amor a la madre se anulan toda posible rebelión o respuesta a la injusticia. Y no llego a ver ironía o mordacidad de ningún tipo.
Ello no obsta para que su dominio absoluto del melodrama me haga considerarla una absoluta y rotunda obra maestra.
Lo que apuntas en el penúltimo párrafo es muy similar a la lectura de Fassbinder sobre la película. Le dio la vuelta e interpretó que la madre y su entorno eran crueles y y la hija solo luchaba por reivindicarse a sí misma: "uanto más cruel y malvada es Sarah Jane con su madre, más patética y lamentable es ésta. Realmente, lo brutal es que la madre quiera poseer a su hija porque la quiere. Y Sarah Jane se defiende contra el terrorismo maternal, contra el terrorismo del mundo. Lo cruel es que podemos comprenderlas. A menos que el mundo cambie. En este momento lloran todos los espectadores. Porque es difícil cambiar el mundo. Entonces todos los personajes se encuentran en el entierro de Juanita Moore y durante algunos minutos se comportan como si todo fuese bien. Y este como si es lo que les hace seguir en el mismo atolladero; les hace sospechar vagamente que buscan otra cosa, pero de nuevo se apresuran a olvidarlo".
ResponderEliminarPara mí es tambien una obra maestra.
Abrazos.
Muchas gracias por la aportación. Lo bueno es que nosotros podamos fabricar esas lecturas críticas, que el melodrama permita hasta eso no siendo su intención primera, porque hay materiales que son directamente lo que se llamaría entonces woman's picture y esa es su vocación. Creo que Sirk fue más abiertamente crítico otras veces y esta es la vez que protesta menos, quizás condicionado por la historia de Fannie Hurst, que es como un callejón sin salida, y aún así qué bien que la puerta esté abierta para que protestemos nosotros.Otra película que admiro y que me produce una tremenda rebelión interior es "La usurpadora" de Stahl, que muestra una cierta comodidad con lo que cuenta pero yo pataleo contra eso.
ResponderEliminarAbrazos