lunes, 26 de mayo de 2014

NURI Y EBRU (geografías afectivas)

"Lejano" y "Los climas" son dos películas inscritas a fuego en mi geografía afectiva. Eso significa que nunca voy a entrar en inútiles valoraciones sobre el currículum pasado, presente o futuro de su director, Nuri Bilge Ceylan, inútiles para lo que incumbe al contenido de esta entrada. No existe para mí Nuri Bilge Ceylan, a quien seguir como se sigue la carrera de un defensa central o como se lee el currículum de un empleado en una entrevista, lo que existe es la huella indeleble e inapelable de esas dos películas. El impacto de las películas obedece a ellas mismas, no a su dialéctica con una personalidad, unas circunstancias y unas obras, tanto como la realidad me indica que "Tres monos" no me causó gran sensación, con unos personajes ajenos a la capacidad retratista del director, y las dos veces que he intentado ver "Érase una vez en Anatolia" he llegado a la hora de metraje literalmente fuera de juego. Ahora que ha ganado la Palma de Oro con "Winter sleep", inevitablemente espera uno el retorno de esas geografías afectivas de esos personajes burgueses quebrándose al compás de los climas.

No puedo escribir nada mejor que lo publicado un 11 de diciembre del año 2003 en el Cine Club Tourneur

UZAK (Lejano)


Entorno a la película "Uzak" (Lejano), pegando los
últimos coletazos en cartel, se han posicionado dos
posturas críticas bien diferenciadas. 

Los entusiastas usan todos los lugares comunes habidos
y por haber sobre la mirada, el silencio, el verdadero
cine,...invocan a Tarkovsky y a Kiarostami, en un
intento de casi de asustar al personal me temo (porque
hay diferencias notables), y encumbran a la película a
una especie de altar sagrado difícilmente tocable.

Los detractores se lamentan de los prejuicios
positivos hacia el cine del tecer mundo, y yo que
alguna vez he usado ese argumento..., y claman al
cielo por la hipocresía de estos tiempos de arte
contemporáneo en que a cualquier cosa la llaman ídem.

Y son quizás dos posturas muy extremas para una de las
películas más lineales e increiblemente nítidas que he
visto en mucho tiempo. A mí me ha parecido preciosa,
pero aún disgustando, creo que esa nitidez seguiría
sobresaliendo en "Uzak".

Bien es cierto que hay que lidiar con un tiempo
somnoliento, con una Estambul dormida y silenciosa,
como el alma de su protagonista, en una odisea
personal nada críptica o simbólica, por un camino que
poco tiene que ver con la experimentación, el riesgo a
cara o cruz, la modernez o esas cosas que sublevan a
los detractores.

"Uzak" no es más que el retrato frontal, sin
dilataciones artificiosas, ni formalismos autorales de
cara a la galería, del naufragio emocional de un
hombre. Un fotográfo que lo ha ido perdiendo todo,
realización profesional, amistad, familia, amor, y que
en la tesitura de encontrar algún tipo anclaje vital
en la visita de un pariente, la frialdad y la
imposible comunicación acaban por arrastrarlo
definitivamente a un callado y nada truculento abismo.

"Uzak" se vale de largos silencios, largas miradas y
largos gestos,sí,pero llenos, rebosantes de sentido,
sin tiempos muertos forzados, con banda sonora cuando
es necesario.(Es falso que no la usa como dicen
algunos críticos, aunque para según qué clichés ya
hubiera sido el colmo de la grandeza no hacerlo. Usa
una música de Mozart de forma excelente y
conmovedora).

Y de fondo esa Estambul nevado, fantasmal, apagado,
muy bello, tan solitario como sus dos actores
principales.

Un film con un qué diáfano, con una ejecución firme y
una emoción contenida, cercana y creible. Ajustado a
lo que pide la crítica más intelectualoide a una
película (cuanto más callada y sin adornos mejor),
pero no tan ajeno, vacío y hermético como otros lo
pintan.Nada Lejano. De dirección muy clara, suficiente
garra y muy buena capacidad para observar sentimientos
y vida. Un portento, esta vez un portento turco.








"Los climas" me gustó o me gusta menos, pero de alguna manera sus imágenes no han dejado de acompañarme a lo largo de los años, como no la han hecho otras películas supuestamente muy superiores. Más allá de sus filiaciones con el recuerdo de Rossellini, será esa presencia monumental de su Ebru, a la que "Uzak" está tan dedicada, esa proyección de las crisis en potencia desde las palpitaciones del inicio, como me sucedía a mí, en parte. Y esas cuerdas que la unen con el desligamiento de todo en "Uzak", como yo iniciaba el desligamiento de todo a la par que emprendía mi propio viaje a las columnas mediterráneas. Vivía en "Uzak" y proyectaba "Los climas" todo a la vez, sintiendo la misma pasión que el director. Así se vinculan las películas a un paisaje. La vi descargada y poco tiempo después repetí en su estreno. No me gusta totalmente ninguna de las dos veces, pero la habría visto una tercera.

Una dupla tan imperfecta como mágica e imperecedera. Ojalá "Winter sleep" suponga el tercer paso del Ceylan más psicológico y emotivo.







No hay comentarios:

Publicar un comentario