Publicado en el Cine Club Tourneur el 5 de abril de 2002
El libro de texto de Historia del Arte de Cou
(Editorial Vicens Vives, plena década de los 90),en su
apartado dedicado a la historia del cine, decía lo
siguiente:
"Se puede hablar de los LUMIÈRE y de MELIÈS como
principales representantes-aunque no únicos- de las
dos tendencias básicas de la historia del cine hasta
nuestros días:la realista y la fantástica"
Semejante vaguedad, rayando en la más insultante
estupidez, cuando no sumergiéndose directamente en
ella, era el mal menor de un puñado de disparates que
, afortunadamente, nunca llegamos a tratar en clase,
ya que nos limitamos a la pintura, la escultura y la
arquitectura.
Eran 20 páginas que no tenían desperdicio, para
enmarcarlas. Una especie de historiografía marxista, o
no sé cómo llamarla, que ponía por las nubes a todo el
cine que tuviera profundísimas intenciones sociales.
Chaplin y Eisenstein eran los Dioses absolutos, y eran
poco menos que hijos de Satán, conceptos como el lujo,
la aventura, la comedia, el romanticismo: productos
del diabólico american way of life, se sabe que
siempre dispuesto a alienar conciencias. Así que:
"la comedia americana trasluce en sus viviendas
opulentas el hedonismo de una sociedad que practica la
religión del dinero:el culto a las estrellas fija
modelos humanos de una época, aunque no siempre
encarnen valores auténticos".
También se salvaban el impresionismo francés, el
expresionismo alemán, corrientes con alguna
equivalencia en el mundo del Arte con mayúsculas, que
pudiesen dignificar al Cine y enfrentarlo con los
modelos que podrían degradarlo,Lubitsch and company,
aunque no los citaran y probablemente ni los
conocieran. Ford, Hawks, Walsh, no salían, el
fantasioso y vendido Fellini tampoco, a Renoir lo
citan por Toni (su película con más pobres por metro
cuadrado), Hitchcock era sólo el mago del suspense y
Billy Wilder, era W.Wilder, perteneciente nada más y
nada menos que a:
"la vertiente que atiende a temas tan contemporáneos
como la soledad e incomunicación existentes en nuestra
sociedad industrial. En parte enlazan con el
naturalismo francés del periodo anterior e incluso con
la corriente neorrealista, pero su preocupación por el
individuo aislado está apoyado en una filosfia
existencial. GODDARD, TRUFFAUT, RESNAIS, en Francia,
ANTONIONI en Italia o W.WILDER en Estados Unidos
[Billy les debe sonar a frivolidad capitalista], son
exponentes de esta frustración en que vive la sociedad
capitalista y sobre la que lanzan una implacable
crítica."
Si a Wilder lo llaman a la cara existencialista y lo
meten en el mismo saco que Antonioni no nos dura 95
años. Por no hablar de que Bergman salía por la muy
social El huevo de la serpiente, y para de contar, sin
profundizar en que no habían noticias de Dreyer,
Ophuls, y no hace falta seguir...
Pero a lo que voy con tanta autobiografía nostálgica.
Con el tiempo esta editorial podrá presumir de que la
propia Ninochtka escribió sobre cine en sus páginas,
pero propuestas como ésta, que pueden ser válidas
hasta cierto punto, pero dramáticamente limitadas, han
impedido mayor difusión de películas tan
extraordinarias en muchos sentidos como "Gente en
domingo", marchando ya hacia el grano de la cuestión.
Mientras duren los restos de esta corriente, siempre
tendrá esta película la desventaja de retratar el
Berlín de 1930 sin hacer una furibunda y cristalina
denuncia de las incipientes nubes de tormenta que se
cargarán el país en la década que comenzaba. A la
crítica, en busca de un contenido más concreto, de un
sentido, no acabó de gustarle en su día. A modo de
ejemplo un tal Bela Balèzs dijo que "la abundancia de
acontecimientos oculta su sentido"
La ambición artística que la va rescatando poco a poco
del olvido es la de ser una especie de intento
tempranero de neorrealismo (aunque si nos ponemos
chulos, podría ser Lumière el pionero). Pero el caso
es que la película se anuncia en sus créditos como
"experimento: primer film sin actores".
Ese rebote que tienen los directores por huir de la
falsedad y la mentira en el cine yo nunca me lo he
creido. Cassavettes estuvo a punto de comenvencerme en
algunos momentos de "Una mujer bajo la influencia",
pero la mayor parte de intentos digamos "realistas"
que ha tenido el cine, me han parecido la mar de
poéticos y elaborados. Lo de los neorrealistas
italianos, cumbre de la poesia y la elaboración. Y si
se busca alguna verdad a través del Cine, éstas suelen
salir de la mentira, la poesía y la elaboración, ¿por
qué debería existir Arte si íntimamente se aspira a
reproducir la Realidad tal cuál ya existente?.
"Gente en domingo" trata sobre un puñado de seres
corrientes que pasan el domingo en una hermosísima
Berlin. Salen a comer al campo, rien, se bañan, hacen
el vago, disfrutan de su ciudad, del buen tiempo,
coquetean, seducen, y vuelven a su trabajo el lunes
esperando un nuevo domingo mientras sus vidas van
pasando...
Es un brote de belleza me atrevería a decir bastante
calculado, ni que fuera sólo por los intérpretes
elegidos, su montaje, su esplendorosa fotografía,ni
que fuera sólo por su equipo responsable y los
derroteros que tomaron sus carreras al huir a Estados
Unidos.
Herr Robert "Yo domino la serie Negra" Siodmak fue el
director junto a Herr Edgar G. "tengo muchísima
imaginación, sólo necesito cuatro duros" Ulmer. Se
basaba la película en un reportaje de Kurt Siodmak.
Kurt era el hermano de Robert y que recuerde era el
guionista de una película sobre El Hombre Lobo. El
guión, que se dice que era sólo un punto de partida,
es de Billie Wilder, en plena apoteosis de su vida
berlinesa, tan llena de leyendas. Es muy difícil de
creer que tan burbujeante mente se conformara con
escribir un punto de partida, vista esta película tan
rebosante de ideas sencillísimas pero tremendamente
efectivas (todavía, eso sí, a unos años de mejores
ocurrencias wilderianas).
La película hace de esa sencillez su mejor virtud.
Combina el amable reportaje periodístico sobre el
latir festivo de toda una ciudad, con las peripecias
de sus cinco protagonistas. Tiene escenas antológicas
como la del fotógrafo en la playa y esas instantáneas
que dedica los bañistas, detenidas en el tiempo de una
forma imprevisible a cómo nos las esperamos, a juzgar
por cómo se comportan los modelos en movimiento. Esta
escena podría muy bien ser una hermosa declaración de
amor de sus autores por su profesión.
Magnífica la elipsis en la escena de amor entre Wolf y
la dependienta (digna del mejor Renoir), los celos de
ella, su despedida al final del día...Pequeños
momentos, que pueden quedar grabados en la retina no
tanto por una genialidad artística de un ambición
DESLUMBRANTE Y CEGADORA, sino por una humildad y
tremenda humanidad con que son retratados unos seres
del montón que no van a ilustrarnos ningún gran
concepto de la existencia, más que la propia
existencia por sí sóla, cuando no hay melodramáticos
dilemas que la rodeen y sólo fluye con aburrimiento y
monotonía, tan llenos de vida ambos.
Destacar la luz de esta película. Habla del Berlín de
1930, pero el sábado tarde lo seguimos sintiendo como
nos lo muestra esta película, con una luz moderada
llena de expectativas, el domingo tiene la luminosidad
desbordante tradicional que suele tener, y el lunes
resulta gris. A mí siempre me ha parecido que esos
días son así, salvo excepciones evidentes claro, pero
es que quizás los días no son de ninguna manera y
simplemente cuando tenemos el día libre reparamos más
y mejor en la luz.
"Gente en domingo" es subjetiva, como subjetivos somos
nosotros y subjetiva la Realidad que nos rodea, ya que
no hay más punto de vista que el de los humanos que
integran esa Realidad. Por tanto para "reproducir" la
la Vida sólo queda el remedio de hacer una película
subjetiva, y los reponsables de esta modesta maravilla
lo entienden perfectísimamente
Casualmente me llegó ayer esta película
ResponderEliminarYo la vi en un vhs del BFI, cuyo paradero actual desconozco. Veo en internet que está en blu-ray. No la he visto desde que escribí esto.
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