En la conocida Facultad de Filología de la UB, da clases Raffaele Pinto. Y hablando sobre Dante, sobre la mujer, sobre el amor, discutiendo con sus alumnas, se va gestando en el plano, en el montaje, en el ritmo, en la atmósfera de la película, algo prodigioso que no se veía desde los cuentos morales de Rohmer.
Al llegar a casa también discute, pero ahora con su esposa, que no le es tan propicia ni despierta el mismo tipo de admiración que en sus alumnas. Esas discusiones se ven a través de las ventanas, como se ven muchas conversaciones y momentos especulares entre dos personajes.
Entre las conversaciones intelectuales, entre la ligereza y la diversión que hay en el amor por el arte y la literatura, aparecen chispas de dolor y silencio. El tránsito de la ligereza al dolor no es fácil, y los cambios de tono sólo los manejan cineastas inspirados.
"La academia de las musas", paréntesis en Cerdeña y Nápoles incluídos, es probablemente la mejor película del director Jose Luis Guerin (aventurándome que es gerundio). Una obra que encuentra su propio camino con los mimbres de la palabra, de la cultura como fuente de la vida, del paisaje, de la carne y de sus reflejos. Y no hay mayor aportación al cine del siglo XXI que caminos propios tan clarificadores.
La encontré superestimulante. No solo por los debates que suscita (y las ganas que deja de participar en ellos), sino por como esas palabras se van convirtiendo en relato y como luego el relato va mutando en mil formas, con una habilidad sorprendente. De lo más interesante de lo que va de año.
ResponderEliminarSin lugar a dudas.Y veremos qué pasa ahora con su proyección internacional.
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