Ha influido también haber visto una obra con similitudes como "El rapto del Serrallo", que deja mayor poso comediógrafo y musical, escénicamente son casi idénticas. No cabe duda sin embargo de lo gozoso que es el colorido de la música de Rossini, si bien puede hacerse repetitivo, ni de la sorna de su trama y de esos inolvidables papataccis que deben comer y callar.
Sirva en todo caso esta entrada para reafirmar, en este último mes de la temporada del cambio, que me alegro mucho de haber estado hablando de otras cosas además del cine, y que la ópera va a seguir.
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