Uno se pasa media vida viviendo en lugares en los que jamás va a estar pero es como si hubiera vivido allí siempre. Parte de mi casa, mi propia patria está en los lugares donde transcurre "El espejo" y en especial, muy en especial, la primera parte de "Solaris", una de las películas de mi vida.
En esos lugares sucede lo que sucede en esas películas pero también podrían suceder una y mil cosas en mil vidas.
Sharunas Bartas explota el imaginario de esos lugares de Tarkovsky en "Peace to us in our dreams", que consiste básicamente en seguir contando las mil y una historias que suceden o podrían suceder en ellos, esos lugares que aún siendo unos pobres mediterráneos forman y formarán parte para siempre de nuestra cultura y de nuestra vida.
La limitación terrible es que la película de Bartas empieza y acaba ahí, y no es que sea poco, pero sin esa geografía francamente sería un film intelectualmente bastante pedestre donde todo se explicita de una forma bastante aburrida y muy poco estimulante.
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