jueves, 15 de diciembre de 2016

LA CLEMENCIA DE TITO de W.A Mozart


Estrenada dos meses antes de su muerte, en Praga, para los fastos de la coronación de Leopoldo II, "La clemencia de Tito" supone una experiencia musical que le lleva a uno a dos sencillas reflexiones.

-Da igual qué lugar ocupa entre las obras de Mozart. Su audición es balsámica, un placer celestial, un refugio o una sobreexposición a la vida. Al contrario de lo que decía Barbara Bel Geddes en "Vertigo", Mozart sí servirá de algo. Pero ojo, no dejemos de escuchar a las voces que piden y anuncian que sigue y que siga habiendo música después de Mozart. Que el arte eternamente salvador que ya tenemos legado no se acabe nunca en si mismo.

-El personaje de Tito me recuerda mucho al personaje de Selim de "El rapto en el Serrallo", hay que poner en duda esa noción de Arte verdadero alimentado por tormentos. El humanismo, la paz de espíritu y el perdón también han alimentado Arte mayúsculo.

Me ha parecido que esta obra llena de humanismo y paz de espíritu era adecuada para este mes de diciembre. Que tengan los seguidores de esta sección una muy feliz Navidad y un próspero año 2017, el próximo 15 de enero volvemos, espero que con un directo desde el Metropolitan, de esos que tanto le gustan a este blog, comentados como si de la Superbowl se tratara. ¡Hasta entonces!


2 comentarios:

  1. Colosal. Felices fiestas y un magnífico año para ti y demás lectores. Aquí te esperamos

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  2. Y aquí seguiré. Gracias a los que andáis por ahí, que lo hacéis más divertido.¡Felices fiestas!

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