A pesar de lo que me cuesta entrar en lo que propone "La sapienza", para mí un poco el "To the wonder" de Green, como hipérbole de su ya de por si hiperbólico estilo, su siguiente película no ha ahondado en absoluto en esa decepción.
Puede que "Le fils de Joseph" no provoque el impàcto primigenio de una obra como "Le pont des Arts" pero sostiene idéntico sentimiento y visión de la vida y del Arte.
"Le fils de Joseph" es una película tan irreal y artificiosa como inspiradora. Una zancada más en el paseo por las nubes de Green contra el intelectualismo ególatra y vacío. Porque si la radicalidad de sus formas puede hacer pensar en ese intelectualismo no resulta así cuando se comprueba conmovidos qué discurso hay tras tan bello radicalismo.
Inolvidable la conversación que tiene la pareja al salir del cine tras ver "Desierto rojo". Yo lo había pensado muchas veces. Pero la moda de la desesperanza es un virus pelmazo insoportable contra el que Green siempre ha estado película tras película, de forma tan oxigenante y maravillosa en esta última, a través de sus personajes y como toma de partido personal través de un escueto, sonriente y afirmativo "Sí" con el que contestó mi pregunta hace un mes en el Zumzeig de Barclona.
Eugène Green en Barcelona
No parecen los coloquios un acicate seguro para el público de la sala comercial a tenor de la desbandada que hubo en el cine tras la proyección. Cada uno supongo que habrá tenido su motivo. Green hizo repaso de su método de dirección de actores, por lo que más se le ha preguntado. Habló de su cuidado uso de la lengua y explicó que no le importaba la clase social del personaje pues pretendía expresar sus sentimientos y para hacerlo necesitaba hacer el mejor uso lingüístico posible.
Contó que los escritores que intentan imitar el habla de la calle dan problemas a los actores y que él además de experto en Arte está vivamente interesado por las lenguas y por cómo determinan el carácter del pueblo que las habla (su mayor interés es el euskera, del que está escribiendo un libro y creo recordar que tiene un trabajo audiovisual:"Faire la parole").
Asoció la búsqueda del padre con la búsqueda espiritual, ha incidido en el humor y en el papel de las tres obras pictóricas que aparecen y se reconoció en la herencia de Bresson y más recientemente en la de Ozu, que ha relativizado por haberlo descubierto cuando el estilo de su obra ya estaba definido. Más reticente fue con Dreyer, al que a pesar de considerarlo un gran cineasta le discute haber afrentado la tradición occidental con la resurrección de "Ordet", habiendo rodado él un contraejemplo en "Le monde vivant" que sin duda tengo que resucitar. Y nunca mejor dicho. Es la pista-detalle que me llevo de este coloquio para roer.
Gracias a todo ser lector y/o comentarista por estar ahí. Amenazamos con otros seis.
Feliz aniversario.
ResponderEliminarNo conozco las anteriores de Green, pero vi hace poco "Le fils de Joseph" y me pareció más interesante que realmente buena. La idea central de la película (la sustitución del Dios verdadero por un becerro dorado hecho a la medida de nuestra vanidad; una idea que parece apuntar a un sentido ético o artístico antes que espiritual) merece atención, y me gustaron algunas cosas aisladas; en especial la escena del concierto barroco en la iglesia con Vincent Dumestre, un músico al que merece la pena seguir la pista. Pero me pareció que algo fallaba en el conjunto, quizá el protagonista, no sé.
Un saludo
En el Círculo de Bellas Artes también se le preguntó por los actores, la gestualidad, la dicción, esas cosas. Pero allí la peña se quedó a escuchar, hay que ver qué civilizados nos hemos vuelto los de la meseta. Por cierto, la sala estaba llena, pero Le fils... sólo ha contado con tres o cuatro pases. No me extiendo porque tengo en mente escribir una entrada sesuda cuando la inspiración descienda sobre mí.
ResponderEliminarSólo conocía La Religiosa Portuguesa, y aquel segmento en el que colaboró, no recuerdo el nombre de la peli. Conozco muy poco la carrera Green, y no quiero que me riñas, así que por partes.
ResponderEliminarPrimero Felicidades por los seis años de blog. Que sean muchos más.
Tardaste en arrancar y ahora vas lanzado. Enhorabuena por tus siempre sabrosos, interesantes y cohercoherentes comentarios, aunque sabes que he estado tiempo sin leerte.
Segundo, sobre Les Fill...empalagosa. Ahí me quedo no vaya a ser que me bloquees.
Un saludo y reitero las Felicidades.
No puedo criticar mucho porque hace tiempo me largué de una sala justo cuando entraba Albert Serra pero por aquella época el show Serra tenía la sensación de conocérmelo, creo que ahora me quedaría.
ResponderEliminar"La religiosa portuguesa" es mi peli favorita de Green, la mejor sería mucho decir, un delirio fetichista entorno a Lisboa y al portuguesismo, maravillosamente hiperbolizado. En este blog hay comentarios de todos sus largos.
Gracias a todos, más que por las felicitaciones, porque lo del aniversario no pasa de entrañable gracieta, por vuestros comentarios, matices y discordias, expresados con toda naturalidad, sin ese pesado "postureo" que alguno me comentaba en privado que se hace bastante insoportable.
Saludos!
Querría pedirte algún ejemplo de intelectualismo ególatra y vacío.
ResponderEliminarSobre la moda de la desesperanza, diría que existe también la vertiente opuesta, que suele tender a la utopía, y que encuentro nefasta. En cualquier caso, peor que los que alimentan el catastrofismo y la hipérbole del "qué mal estamos" en el arte son los que tratan en el mundo real de sacar de ello rédito político. Pienso.
Por último, lo que el director dijo en el coloquio sobre las lenguas y cómo supuestamente determinarían a quien las habla me suena horrible, la verdad, es si no me equivoco parte de la hipótesis lingüística Sapir Whorf (que sale mencionada en "Arrival") y que implica una visión de las lenguas y la cultura bastante reaccionaria e irracional incluso. Recomiendo al filósofo argentino Sebreli sobre estas y otras cuestiones. Y me disculpo por haberme puesto pesado. Y suerte.
Todos los que puedan identificarse con el personaje de Denis Podalydès en la película "Le pont des Arts" me lo parecen, ególatras y vacíos, allí era el mundo académico, aquí sería Mathieu Amalric en el mundo editorial.
ResponderEliminarLa vertiente utópica es nefasta pero está bastante desacreditada, o sea que ofrece poca amenaza.
No lo he escrito, inconscientemente por caótico y apresurado, pero lo que dijo Green de las lenguas a mi tampoco me suena nada bien. Y no me cuadra poco con lo que creo haber entendido de su cine.
En absoluto me has parecido pesado. Todo lo contrario.
Hola Sergio.
ResponderEliminarLeo ahora esta entrada tras ver la película, que me ha encantado.
Pero lo que quería comentar es que me ha llamado la atención esto, Que no sabía, del euskera (siendo vasco y fan de Green...) y el idioma como condicionante y efectivamente como dices ha hecho un documental sobre ello, "Faire la parole".
Y después he recordado que Miguel Marías había escrito que le parecía que lo mejor y lo peor del año era de Green, "Le fils de Joseph" y "Faire la parole" respectivamente.
Tengo verdadera curiosidad aunque no parece que esté disponible por ningún lado de momento. A mí tampoco me suena nada bien esa teoría pero habrá que ver cómo lo desarrolla.
Igor
18 de abril 21 horas Cines Zumzeig de Barcelona "Faire le parole". Si alguien puede ir nos cuenta.
ResponderEliminarSaludos