lunes, 6 de noviembre de 2017

EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA

Es un camino plagado de minas determinar hasta qué punto un autor se repite o es fiel a si mismo.

Aki Kaurismaki ha entregado una película magnífica, con un dominio absoluto de sus mecanismos dramáticos, de lo que quiere contar y de cómo lo cuenta.

Con unos rasgos de estilo marcadísimos en cuanto a color, música, tonalidad de la película, interpretaciones, humor, amor y humanismo.

No veo una película fallida pero sí veo exactamente la película que esperaba ver antes de entrar. La falta de la más mínima sorpresa, deriva, desvío o desvarío respecto al plan previsto sí que debe reseñarse junto a los logros, que son muchos, no sé si como demérito.

El seguir al dedillo el plan previsto es tan comprensible como relativamente preocupante. Relativamente en una carrera ya hecha, no demasiado pródiga en los últimos años y que por el momento no abunda en obras fallidas. Confiemos en que Kaurismaki no comience a poner el piloto automático de su infalible buen hacer y ruede dentro de esa previsibilidad, que hay que coger con pinzas, en unos plazos razonables. Mientras no venga así con película anual...me temo que eso no haría la misma gracia.


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