domingo, 1 de enero de 2023

¡QUÉ BELLO ES VIVIR!

FELIZ AÑO NUEVO. Inauguramos una nueva etapa en el blog, una más de tantas desde aquel lejano febrero de 2011. Dejamos de hacer recuento de películas, libros y óperas y volvemos al sosiego de los textos cuando la ocasión lo requiera. Sean felices y gracias por la atención prestada. 


En diciembre de 1946 Liberty Films, la productora independiente que funda Frank Capra, en la que luego entrarían como socios William Wyler y George Stevens, estrena "It's a wonderful life", conocida entre nosotros como "¡Qué bello es vivir!". Un fracaso en taquilla primero y un clásico del cine después, gracias en parte a quedar libres sus derechos televisivos por un lío burocrático y estar a 

merced de todas las televisiones del mundo (ya han recuperado esos derechos en los tribunales y ya no se emite tantísimo como antes).Y en opinión de quien esto escribe una obra maestra absoluta y teniendo muchas vistas recientes probablemente la mejor película de Frank Capra, y honestamente no lo digo solo por motivos sentimentales o navideños, que podría decirlo por eso, sino porque creo que desde una mirada más serena (me resisto a decir objetiva, analítica o fría, es serena la palabra) es una película asombrosa, admirablemente construida y dotada de una serie de capas y sentidos que siguen funcionando en múltiples direcciones.

"It's a wonderful life" está basada en un relato de Philip Van Doren llamado "El regalo más grande" autopublicado en 1943. El relato llama la atención de RKO, que lo compra para convertirlo en un film de Cary Grant. Varios guionistas trabajan en él, Clifford Oddets, Dalton Trumbo entre ellos (en cuyo guion George Bailey es un político idealista que se vuelve cínico e intenta suicidarse), hasta que RKO le vende la obra a Capra que ve en ella el inicio de su nueva productora.

Trabaja entonces en el guion con el matrimonio Frances Goodrich y Albert Hackett, guionistas de la serie del "hombre delgado", que luego escribirán "El padre de la novia" o "Siete novias para siete hermanos". En el proceso se dice que Capra trabaja a espaldas del matrimonio, con el que acabó fatal, con Jo Swerling, y que Dorothy Parker es traída para pulir escenas.

Henry Fonda es considerado para el papel de Stewart, y en cuanto al de Donna Reed, Olivia de Havilland o Ginger Rogers fueron otras opciones. Para saltar rápidamente a la película digamos que Lionel Barrymore como Potter es la opción natural, ya que es en la época un célebre Scrooge en emisiones radiofónicas y es evidente que en la película sigue siendo esencialmente Scrooge. Pero vayamos a lo que interesa.

La película está contada con una estructura de in media res excelentemente manejada. Creo que los diez primeros minutos pueden echar a patadas a más de un espectador, y lo entiendo perfectamente, porque esta última vez, yo mismo, que jamás había puesto pegas, llegué a dudar. En esos diez minutos Capra vacía sobre la encimera un paquete entero de azúcar pero esperemos un poco y no entremos en pánico porque se dispone a usarlo como argamasa del resto de ingredientes.

A partir de esos puntos luminosos en el cielo la película fluye como un absoluto prodigio cinematográfico y de guion. No creo que puedan ponerme mucho mejores ejemplos de manejos de las elipsis, de construcción progresiva de los detalles. La película pasa volando porque tiene un talento sobrenatural para parar y avanzar para llegar hasta donde ella quiere.

Y por el camino se preocupa de no ser esa primera hora y media solo un pretexto para la media hora de desenlace final. Está fantásticamente medida por bloques en algo más de dos horas de metraje. En esa media hora funciona en dos direcciones de manera inteligentísima, y creo que eso Capra ya lo había apuntado en "Horizontes perdidos". Por un lado es un cuento moral sobre la integridad y la generosidad en un mundo conducido por el dinero. Un cuento de una ética humanista inquebrantable que sigue siendo valiosa y vigente. Pero por otro ese reguero de entrega absoluta a los demás es evidente que queda, y eso no lo tiene que decir con un megáfono, si acaso lo apunta Potter en algún momento, como una pesadilla kafkiana donde la libertad y la felicidad de un hombre quedan completamente anuladas a merced de su comunidad donde todos sí pueden cumplir sus sueños. Ésa es la ambivalencia más sabrosa y divertida, ¿cuál es el verdadero mal sueño de Bailey?, ¿el de la media hora final?, ¿seguro?. Capra ya había apuntado veladamente en "Horizontes perdidos" hasta qué punto la utopía no era una amenaza para la libertad personal.


"It's a wonderful life" es la crónica de la quiebra de los ideales del american way of life, hecha con el clasicismo del director, basado en cómo se mueven los personajes en el plano, es la summa de su estilo y del cine que había hecho hasta ese mismo momento. Una lección de puesta en escena y de detalles inagotables, como ese cuervo que está siempre presente en el mostrador de la empresa de Bailey, los cordeles atados en los dedos, la noche nupcial, los acordes de piano de la niña crispados que anticipan el catártico final, el pomo de la escalera, el albornoz de ella, la llamada teléfónica desde Nueva York, podríamos poner la moviola y deternos escena por escena en ver cómo está rodada y qué objetos son utilizados para dar sentido y hacer avanzar la escena y la película.

Y también la hacen avanzar desde el reparto, James Stewart, Donna Reed, Lionel Barrymore, Ward Bond, Thomas Mitchell, Henry Travers, Beluah Bondi...están dirigidos para moverse en la escena al ritmo de esa planificación clásica. No es lo que dicen ni cómo lo dicen sino cómo su lenguaje gestual está aportando a la secuencia constantemente.

Una modernización del cuento de Dickens desde el punto de vista del sobrino que preludia, desde una óptica menos navideña y fantasmal a ese Scrooge sueco tan querido por este perfil, el profesor Isak Borg de "Fresas salvajes", que sin ángel que quiere ganar las alas, también presencia atónito cómo fue su vida, cómo es y cómo será. El hilo inmortal.

3 comentarios:

  1. Hola, Sergio. Noto algún ligero cambio de diseño en el blog. En cualquier caso me alegra que sigas publicando y más con esta pelicula de cabecera, la que he visto más veces en mi vida y siempre me sorprende cómo está construida, qué simple y qué compleja es su lectura. Si quiero llorar no tengo nada mas que acordarme de ella. Por cierto, “Horizontes perdidos” es un debe flagrante en mi lista de Capras. Feliz año para ti y los tuyos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por algún motivo, me salen los comentarios anónimos. Soy Ricardo (Ricar2)

      Eliminar
  2. Hola Ricar2, muy feliz año.Desde febrero de 2011 he orientado el blog de diversas maneras, dependiendo de mis ganas. Siempre me ha parecido mejor idea que dejarlo. Horizontes perdidos te va a gustar seguro. No puedo ayudarte con lo de los comentarios, ahí sí que no hay ningún cambio en la configuración del blog.

    Saludos!

    ResponderEliminar