viernes, 4 de noviembre de 2011

UNA MUJER CASADA

En junio de 1964 el Festival de Venecia le pregunta a Godard si tiene película preparada. Contesta que no pero que puede hacer una para septiembre. Habla con Raoul Coutard y le plantea que tienen dos meses para rodar y montar una película, mientras en agosto van a estrenar "Banda aparte".

Godard rueda entonces "Una mujer casada", que a pesar de no haber sido una de sus películas más conocidas, ha gozado últimamente de un creciente prestigio

Más que por hablar de la infidelidad, de la anticoncepción o de la condición femenina, la película atesora una espléndida belleza ritual, muy bien expresada en planos y acciones repetidas. En esas condiciones de rapidez filmando, Godard encuentra la inspiración de un poeta que escribe un sublime soneto una noche cualquiera ante un vodka. No es la elaboración y la larga planificación lo que conduce siempre hacia los logros, a veces es la costumbre de expresarse en un determinado lenguaje y expresarse bien, y dominar la libertad de ese lenguaje, lo que provoca que puedas exhibir grandes expresiones en cualquier circunstancia.

Francamente lo que más me interesa y me cautiva de la película es el maravilloso espejo que tiene Macha Méril en su baño, lo guapísima que está ella, París, la torre Eiffel desde coches y puntos de vista insospechados, Orly, sus cines y sus hoteles del amor (ampliación de lo que La jetée sugería), los dos hombres (¿es cierto como dice Bergala que el marido es el guapo y el amante el feo?). Me cautiva la sábana blanca, los dos brazos, el ritual del amor desde ese punto de vista no-erótico, los interludios de lencería y los diálogos ajenos subtitulados. Me enloquecen las entradas musicales, algunos movimientos de cámara. Todo eso es necesario que esté en una estructura tan libre y tan poco conectada entre sí, tan antinarrativa. Tan fácil y tan difícil de seguir, tan innecesaria de seguir y necesaria de sentir.


Y todavía creo que existe una excesiva necesidad de justificar temáticamente a la película. Por mucho que cada vez hablemos más de la pureza visual necesitamos ver condición femenina en la película. Difícil negar un tema, pero servidor leería ensayos si lo que más le interesara no fuera el grácil pincel con el que Godard pinta a su actriz y cómo se mueve ella por el lienzo. Belleza que se justifica por si sola.














3 comentarios:

  1. Aquí nos enredamos en su día con que si ponerle "una" o "la" en el título cuando lo importante era el impresionismo.
    Lástima que ahora ya no ruede este tipo de films y prefiera el ensayo filosófico-histórico. Era bonito verle emborronar cuartillas sobre cuerpos y coches.

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  2. "Impresionismo", "emborronar cuartillas" "cuerpos" y "coches" son términos muy adecuados para describir la película. No sé si es posible un film así ahora, pero ya apuntaba entonces algo de este presente suyo, de la misma manera que en "Film socialisme" se encuentran también imágenes muy bellas.

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  3. No hablaba de belleza, que siempre ha sido central para él, sino de limitarse a una pareja, un apartamento, una pequeña intriga, con actores, con diálogos. Seguro que sería con Garrel lo máximo hoy día si se decidiera a volver a ese terreno, pero mucho me temo que no sucederá.

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