sábado, 8 de noviembre de 2014

AMAR, BEBER Y CANTAR



Aún no lo habíamos visto todo, rezaba la penúltima y mayúscula obra de Alan Resnais. Nos quedaba una exactamente. La presentó en el festival de Berlin y falleció tres semanas después. Y qué pertinente es todo y qué bien se cierra el círculo.

En España, nuevamente, ni idea sobre cuándo vamos a poder ver esta película. Unos datos.

Coeurs: presentada en el Festival de Venecia de 2006 y estrenada en España en febrero de 2008, año y medio después. 38.920 espectadores

Les herbes folles:: presentada en el festival de Cannes de 2009 y estrenada en España en marzo de 2012, casi tres años después. 28.884 espectadores.

Vousz n'avez encore rien vu: presentada en el festival de Cannes de 2012 y según la base datos del Ministerio estrenada en febrero de este año con 245 espectadores. Creo que fuimos más los que la vimos en Sitges en el mismo 2012.

El balance es pobre, pero en internet los cinéfilos no han dejado de hablar de Resnais y de comentar estas películas, aunque no hayan querido respetar esas esperas absurdas. Cuando vimos "Coeurs" en las reposiciones veraniegas de la Filmoteca de Madrid fue reída y disfrutada con verdadera delectación, y todas han tenido una acogida magnífica. Otra cosa es que los ciegos que manejan el cine en este país no hayan querido apostar de verdad por ellas, estrenándolas cuando correspondía, con publicidad y respeto. "Les herbes folles" desde que se anunció por su distribuidora estuvo guardada por años en un cajón mientras en los foros iba siendo descargada y comentada con alto entusiasmo.

Con esta perspectiva podemos estimar un posible estreno de "Aimer, boire, et chanter" para al temporada 2016/2017, pero no hemos sido capaces de esperar.

Resnais vuelve a recurrir a una pieza de Alan Ayckbourn, en la que subraya su carácter inglés por medio de interludios mostrando la campiña. Y una vez más, como sucedía en "Coeurs" uno tiene la intuición de que la pieza puede ser poca cosa, y que rodada sin un valor añadido habría podido ser poco menos que insoportable, en "Coeurs" habría sido un vodevil del montón, pero una vez más aquí el valor añadido es evidente.

En primer lugar Resnais estiliza el decorado de forma mágica, entregando grandes momento de prestidigitación cinematográfico sólo por el lugar en el que están hablando dos personajes. Nuevamente evidenciar el artificio vuelve a ser más fascinante que la búsqueda de un realismo a ultranza.

En segundo lugar, la troupe de Resnais se adueña de la función, sólo el 50% del reparto estaba en la anterior, pero la película parece una ligera variación de "Vousz n'avez encore rien vu" con quien está hermanadísima, cuyo artificio no parece tan deslumbrante como su magistral penúltima obra, pero cuyo tramo final la eleva a unas cotas de emoción difícilmente igualables.

Está claro que "Aimer, boire et chanter" sería otra película si no fuera la última obra de un maestro de más de noventa años. Un viaje a Tenerife, una muerte inminente, tres mujeres que no sabemos a qué van o qué función tienen, desarmante y conmovedor vitalismo y unos minutos finales para lanzar flores a escena y bajar el telón y aplaudir.

Una maravillosa exaltación de la vida y de la representación de la vida, una gran película que no se estrenará mientras se intenta convencer al espectador de que todo lo que oye en francés de ciertas salas de cine es una alternativa a Hollywood. 















3 comentarios:

  1. Muy curioso y divertido que este bonito y sentido descendiente de tantos maravillosos Guitry sea el canto de cisne de uno de los adalides de la modernidad.

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    1. ¿Será porque los modernos de verdad siempre amaron y se supieron al dedillo a los clásicos?

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