No me ha gustado tanto como "Alcina", será porque aquella es una irresistible historia fantástico-amorosa, y ésta cuenta algo demasiado conocido sin una motivación para volver a verlo contado que me atraiga. Un poco tostón. Aunque ojo, obvio hasta decir basta, es de 1724, ninguna Cleopatra que yo haya visto en ningún medio es anterior a ésta (quizás el Shakespeare que a duras penas recuerdo), pero paradójicamente llega uno sin esa motivación para volver a la reina egipcia.
Musicalmente es de enorme categoría, claro, y pasa algo maravilloso con Händel, es que sus últimos tramos por cansado que estés tras tres horas y pico son mucho más placenteros porque tu cerebro y tu cuerpo viven y respiran completamente sus acordes, que se engrandecen y se amplifican hasta el placer más absoluto. No es una metáfora, respiras al ritmo de esa música, notas tus venas existir regidas por esa música.
El montaje de la Ópera de París del año 2011 es entrañable. Es muy gracioso que lo sitúen en los sótanos de un museo, entre cuyas reliquias siguen viviendo las viejas historias de la Antigüedad.
Y un enorme baluarte, Natalie Dessay está impresionante, y cualidades vocales al margen, tiene un desparpajo como actriz de primera. Se perdona que no veamos a Elizabeth Taylor.
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