viernes, 9 de octubre de 2015

HIROSHIMA MON AMOUR

Mucho he destacado últimamente lo brillante que fue la recta final de la carrera de Resnais, pero ¿qué me dicen del inicio?.

"El año pasado en Marienbad" es excelsa y no tenía nada mal recuerdo de "Hiroshima mon amour", pero...

Yo no sé si es la edad, que soy más maduro, que lo entiendo y lo aprecio mejor, o por el contrario soy más blando, pero no se me suelen caer demasiadas películas, al contrario, muchas las veo al alza. No tengo una actitud demasiado escéptica.

"Hiroshima mon amour" me parece cine en verso, una exhibición de musicalidad, una sinfonía perfecta entre sus planos y los distintos ritmos del montaje, su letra, su banda sonora, su inolvidable pareja protagonista...su horror, su carnalidad,...en el buen y en el mal sentido...

El cine francés alcanzó a Resnais o se equiparó a él, pero vamos a ser osados y proponer que quizás fuera el de Resnais el debut más bello, infinitamente rico, deslumbrante y avanzado a su tiempo de cuantos se produjeron a finales de los 50 en ese país. ¿Que no es cierto?...hagamos la propuesta, igual alguno descubre ante si mismo que sí es cierto...


4 comentarios:

  1. Desde luego posee una combinación de lirismo, belleza y dolor tan hipnótica como impactante. Es curioso ese poder de la belleza para retratar este horror, bastante más vigoroso pese a su presunta delicadeza que las habituales imágenes de desgarro, grafismo y llanto que además (no sé por qué) últimamente suelen exhibir una impúdica ración de mocos colgando en los actores.

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  2. Exactamente. No tenía mal recuerdo, pero no la recordaba a ese nivel.

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  3. ¿Conocéis la carrera como directora de Marguerite Duras? Yo no he visto nada, ¿merece la pena? ¿cuánto hay de ella en esta película y cuánto de Resnais, que creo que bastante, a juzgar por su obra posterior?

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  4. Yo no la conozco, hace años lo intenté con "India song" y no vi el agujero de entrada a aquello, pero volveré a intentarlo en otro momento de poros abiertos. Es de ese tipo de cine en que te la juegas a cara o cruz, o entras o no entras. No diría que hay que persistir eternamente, por aquello de que no hay obligación, pero más de un intento sí merece.

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