Ingmar Bergman casi nunca me parece ese director críptico y enigmático
que sus caricaturas pintan. Casi siempre me encuentro con películas que a
mi me parecen emocionantes por lo cristalinas que me resultan en
esencia. Y casi siempre me encuentro, incluso para lo bueno, con una
constante certeza de su grandeza. "La hora del lobo" me ha descolocado
siempre. Es una película para desfiar y desmentir al Bergman que me he
construido desde hace casi 30 años.
Una película enigmática,
simbólica, oscura, confusa, inasible... y terrorífica.Precede
claramente al David Lynch más libre. La contemplo por segunda vez y no
sé lo que pienso de ella, si es buena o mala película, actúo como un
primate ante el monolito. Ni me incomoda ni me molesta. Tampoco me
produce ese deslumbramiento evidente. Ni me deja indiferente. No es una
opinión lo que cuenta. Es un misterio eternamente irresoluble. Es el
Bergman que también fue y puede ser.
Yo lo que saco en claro de ella es que Bergman podía ser un colosal director de cine de terror. Toda esa escena del sueño con el niño me pone los pelos como escarpias.
ResponderEliminarSin duda, directores con buena mano para los sueños.
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