viernes, 27 de agosto de 2021

LA DOLOROSA



 ¿Cómo llega Jean Grémillon a filmar jotas en Albarracín?, en esos asombrosos minutos finales de documento etnográfico sin precio. Por mediación de Juan Piquer, un respetado crítico cinematográfico y periodista español que se marcha como corresponsal en París y allí, además de ser ayudante de René Clair en “¡Viva la libertad!” y de relacionarse con Buñuel entra en contacto con Grémillon. El director francés tiene una buena educación musical y siente gran interés por la música española y por la obra de José Serrano con lo que la zarzuela no le es completamente ajena. Que es algo que uno está tentado de pensar al ver el empeño y las ganas que pone en la composición de imágenes, como si un tema en principio tan ajeno pudiese ser un banco de pruebas perfecto para experimentar.

Cuando se anuncia el rodaje ABC protesta “Porque si dejamos aparte a René Clair, Julien Duvivier, Raymond Bernard, Jean Choux y alguna que otra excepción ninguno de los directores franceses es mejor que los nuestros”. Y claman además contra el uso de originales teatrales para hacer verdadero cinema. Esa idea de lo puramente cinematográfico, que ya se escucha en “Vida en sombras” y que parece ser que tiene una gran e inmemorial raigambre en la crítica.
Luego, estrenada la película rectificaron “levemente” porque ciertamente la película resultante no es en absoluto teatral ni rígida. De hecho a mi en muchos momentos me parece una verdadera y prodigiosa belleza, cierto que no especialmente en los musicales, que arrancan con fuerza casi a los 50 minutos, donde sí que hay un intento por salir de la previsible frontalidad de los actores cantando pero cierta rutina en cuanto a sobreimpresiones y para mi escasas ideas, por mucho que se salga del camino previsto.
Ese año coincidieron en cartelera de otros directores no españoles “Doña Francisquita”, dirigida por el alemán judío Hans Behrendt y “La traviesa molinera, de Harry d’Abbadie d’Arrast (sobre El sombrero de tres picos), otro director francés, de una cierta fama en su momento, del que hoy no se habla, aunque le he leído a Cabrera Infante alguna reivindicación. Fichajes foráneos para temas completamente españoles.
Grémillon volvería a España en "¡Centinela, alerta!", supervisada por Buñuel.

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