


El carismático Argentino Vargas se sienta ahora en la butaca al otro lado de la pantalla, se observa a si mismo en la aventura por el río, y la cámara filma en esta ocasión un espacio urbano y frío, atónimo de los espacios naturales de "Los muertos". El parecido con la oriental es obvio, aunque su complemento natural sea la propia obra de Alonso, cineasta al que dicho sea de paso admiro moderadamente, me cae simpático más que gustarme y que a veces me pide más paciencia de la necesaria, pero cuya coherencia, capacidad y solidez son tan notables como el alcance limitado de sus películas en mi.
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