"El ilusionista" es una película fuertemente nostálgica, de una persona (Tati), de una época y de una forma de hacer cine que hace tiempo que se echa en falta.
Sylvain Chomet resucita un guión Jacques Tati para darle vida y crear con él una película de emociones intensas narradas con suavidad y sin excesos
Para crear esta atmósfera no hacen falta palabras, pero sí una brillante banda sonora y una animación de una gran belleza que revive la época en la que nacen las grandes estrellas de la música y llenan el hueco antes ocupado por magos, ventrílocuos, trapecistas...
El personaje principal está tratado con tal perfección que resulta imposible no reconocer a Tati e incluso confundirlo por la suavidad de sus gestos, parece hecho por alguien que realmente siente un profundo afecto por él, y la construcción del personaje recuerda desde el principio a un clásico como "Umberto D", no sólo en escenas muy concretas. Más allá de esta presentación solo queda la idea de que la vida sigue, para todos, cambia y nos cambia.
Me ha gustado por ese punto tierno y nostálgico que transmite perfectamente.
ResponderEliminarSaludos.