viernes, 10 de agosto de 2012

LA CHICA DEL TREN

Como me paso los días en Madrid viendo a gente estupenda y comiendo en sitios variopintos y las noches hidratando al pequeño, a penas me quedan fuerzas ni posibilidades para ver películas. Pero cuando algo se puede rascar qué mejor que irse al ciclo de saldos de la filmoteca a ver qué hacen, que además es una forma de combatir el sangriento calor de la ciudad. Bueno, a mi no me molesta mucho por aquello de que llevo quejándome toda la vida del Mediterráneo y sigo el agradecido camino inverso que siguen los madrileños que van al Mediterráneo:ambos agradecemos el cambio.

Ya habrán adivinado que no hay gran cosa que decir de la penúltima película de André Techiné (donde curiosamente unos personajes se van a Venecia, que es donde transcurre la última). "La chica del tren", que habría que haber traducido con más precisión como "La chica del cercanías", es una película sobre la mentira, pero curiosamente me acaba pareciendo una película bastante mentirosa.

Está estructurada en dos capítulos:"Las circunstancias" y "Las consecuencias".

"Las circunstancias"expone con detenimiento como Jeanne (Emile Dequenne, la famosa Rosetta) conoce y se va a vivir con Franck, su impulsivo novio, que le trae una serie de complicaciones inesperadas. Las complicaciones no tienen nada que ver con lo que apunta la película taimadamente, haciendo unas referencias al carácter impulsivo y algo agresivo del chico, que finalmente quedan en nada.

Llegados al meollo de la película, que no tiene absolutamente nada que ver con todo lo que ha contado anteriormente (si es que no se quiere hilar finísimo con perfil psicológico de la desamparada Jeanne, sus mentiras y sus vacíos interiores), llegamos a "Las consecuencias". En "Las consecuencias" se nos cuentan los efectos de una mentira por la cual las instituciones hacen el ridículo en off pero todos los personajes dramáticos de la peli conocen perfectamente que es una mentira (lo que tenga de disección de una familia judía militante activa en el antisemitismo es algo también absolutamente desconectado de todo, principalmente porque no hay nada ácido, terrible o desarmentemente jugoso en esa disección). La película nos escamotea también porque están tan seguros pero finalmente lo sabemos y las consecuencias prácticamente quedan en dramáticamente en poco o en nada (por mucho que la autora de la mentira la pague, pero tampoco tanto).

Luego hay también a mitad de película un encuentro sexual que parece que luego tampoco ha sido tal, o no ha sido del todo tal.

Techiné abre frentes, despierta expectativas que luego nunca cumple. Nunca sabes a dónde quiere ir ni qué tiene que ver lo que cuenta con lo que ha contado anteriormente, ni por qué andie le ha dado importancia a todo esto leyendo el guión o rodando la película. 

La película está llena de lagunas, que más que agujeros expresivos para ser rellenados por el espectador, parecen más bien una serie de caprichos y trampas narrativas absolutamente gratuitas.

Pasa bien, pero porque uno siempre se mantiene a la espera de no se sabe muy bien qué.







3 comentarios:

  1. Todavía no he visto una película de Techiné que no me frustre. Su tono es siempre bajo, no da posibilidad alguna a que afloren las emociones, y siempre esconde cualquier asomo de personalidad. Hace tiempo que tiré la toalla con él.

    Un fuerte abrazo,
    Rafa.

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  2. Como hemos comentado no lo conozco mucho, aunque muy en particular "Los ladrones" me gusta mucho.

    Un fuerte abrazo

    Sergio

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  3. Nos dice Igor " Y tiene también "Los juncos salvajes" que de las que conozco es con mucho la que más me gusta."

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