Las tres últimas películas de David Lynch, cada vez más "Una historia verdadera" se revela como un gran film, pero un pegote molesto en este crescendo onírico y distorsionado del director, son una de las apuestas más formidables en el cine contemporáneo sobre cómo se le puede tomar el relevo a Hitchcock y a Buñuel en el siglo XXI sin ser sus discípulos, simplemente cenando con ellos y cogiendo el timón de lo que estaban haciendo. La más formidable de las apuestas.
Lynch cineasta de los sueños. Lynch cineasta de los espacios, de los terrores diurnos y de los cuerpos. "Carretera perdida" sólo tiene un fallo, que después viene "Mulholland drive" para corregirla y aumentarla de excelsitud y después la borrachera que borra contornos y se encarna en el absoluto de "Inland empire".
Los largometrajes de Lynch no han seguido, ¿pero podían seguir?, ¿había manera?, ¿no es "Inland empire" todo un fin del discurso?.
(27-2-2016-Leo un maravilloso artículo de David Foster Wallace en "Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer". Imprescindible extra literario de esta película)
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No estoy escribiendo comentarios, pero leo cuando puedo. Inland Empire parece verdaderamente inexpugnable, a diferencia de sus otros filmes que son difíciles (algunos) pero al final se dejan entender. Justo pensaba escribir de Lynch, es mi próximo post, mañana o pasado si todo va a seguro. Hoy más de una vez que me encuentro con algo de él; y antes solo lo he mencionado sin hacerle su post propio, y amerita.
ResponderEliminarLo de ver a Hitchcock en Lynch siendo franco en mi apreciación me parece a un punto tan extravagante como Lynch, si bien he leído en otras oportunidades de que Vértigo asoma siempre en algunas de sus obras. Carretera perdida es una de sus mejores obras, pero su primer lugar me parece que lo ocupa otra. Mulholland Drive sería un buen díptico. Excluyo Inland Empire ya que me parece un exceso de entusiasmo de Lynch, la verdad, a la que pienso volver sin duda un par de veces más. Un abrazo afectuoso, Sergio.
Lo de Hitchcock no hay que cogerlo literalmente, no como si dijera que Lynch es otro De Palma. Pero hay un aire, un espíritu, el relato en dos partes, el protagonista trastornado y obnubilado , las dos mujeres, ese trozo de sueño o trozo de pastel que es la película. Pero insisto que no es en sentido literal. Un abrazo
ResponderEliminar'Lost Highway' me parece una película bastante interesante de un cineasta que he seguido con mucho interés desde sus primeros cortometrajes. Pero, hasta cierto punto. Hasta 'Mulholland Drive' que sigue sin convencerme. Me gusta la primera media hora (o veinte minutos) y después, el aburrimiento integral y el timo. Tras este film el "universo lyncheano", a mi parecer se ha desmoronado. Un hecho que lamento, pero que así lo siento. Este hecho de la decadencia de una obra no ha ocurrido, en estos últimos tiempos, sólo con este director.
ResponderEliminarDe acuerdo en que esa fenomenal película que es 'Una historia verdadera' se aparta de ese universo. Acaso cuando Lynch deja de ser lyncheano mejora los resultados.
Salucines
No deja de ser positivo seguir a alguien aún no estando convencido, ahí hay algo. Como quien me decía que había visto varias decenas de películas de Godard y no le convencía. Ahí hay algo, como la demostración de que el cine y el arte es, lo queramos o no, algo más que una evaluación de resultados.
ResponderEliminarSaludos
El espectador se puede dejar llevar por el magnetismo del mundo Lynchiano o se puede uno también pasar la película y lo que le resta de noche, buscando las conexiones pertinenetes (pistas, claves) para dar un sentido en su cabeza a esa historia perdida. Pero hay que decir que los que nos disfrutan del cine de Lynch parecen verlo más por inercia que por un auténtico interés que remueva algo de su psique. La obra más Lynchiana a mi entender no es la que produce Lynch de la mano de Walt Disney (Una historia verdadera) sino la oscura, la Hitchockiana, la psicológica, la perversa, onírica, la del goce siniestro, los escenarios opresivos y situaciones absurdas, la de la humorística y los misterios que el espectador debe, por si mismo, resolver. Lynch no ha traicionado ni se ha apartado jamás de lo que venía haciendo desde el comienzo, la producción de Inland Empire recoge el espíritu de independencia económica que residía en su opera prima: Cabeza borradora y sigue la estela metafílmica de Mullholland Drive. Creo, sinceramente, Fernando R. Genovés que no te gusta el cine de David Lynch como artista sino que aprecias más el cine David Lynch como artesano. Entre arte e industria, en el caso de este cineasta ( y la inmensa mayoría) me quedo con el arte.
ResponderEliminar¿Y se habrá acabado definitivamente ese espíritu?, parece imposible pero no descabellado. De todas formas decir que comprendo a Fernando, y a pesar de lo que admiro a los artistas, me parece fundamental el papel complementario que realiza la industria, aún más cuando arte e industria se fusionan. Incluso si me es posible prefiero no pensar en esos términos, ni en el Cine y las películas, como dice Godard ( a quien también admiro). Entiendo también esos discursos y esas dicotomías, los entiendo y los respeto, pero me superan con los años.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el comentario