sábado, 24 de enero de 2015

LA PIEL DURA

Totalmente imperdonable que aún no hubiese puesto nada de François Truffaut. Un director que siempre me gusta muchísimo pero que quizás tiene a su alrededor un aura de mitomanía tan cansina como la de una Marilyn Monroe o una Audrey Hepburn. Claro que eso no es culpa suya. Y además para más inri dijo algo una vez sobre lo mucho que le gustaban los campos de "Amanecer" que los depresivos han sacado totalmente de contexto y se dedican a citar una y otra vez para ilustrar no sé qué falsa disyuntiva entre el cine y la vida, en la que el cine es muy bonito y la vida un asco.

Desde luego, fuera más optimista o más pesimista, dudo muchísimo que a Truffaut no le gustara la vida, mientras veía una película, leía un libro o ligaba con Fanny Ardant, pero bueno, es que ni si quiera es necesario frivolizar de tan obvio que resulta.

Y si tiene Truffaut una película que habla sobre la vida casi sin hablarla es "La piel dura", "L'argent du poche". Una película que mantiene la magia y la alegría de vivir. Hace más de 25 años que debí verla por primera vez, siendo adolescente y no ha perdido absolutamente nada, resultando ahora además profundamente conmovedora.

No creo que haya vocación de lanzar ningún mensaje, de demostrar absolutamente nada, a pesar de la tentación de ceder a un discurso final del profesor (precioso, casi sin creérselo). Pero es que todo fluye igual en la película, casi sin buscarlo.

Es una colección de anécdotas de la vida de provincia, entorno a su infancia, su día a día y las horas que pasan en el colegio local. Estamos en Thiers.

Las anécdotas están engarzadas con una perfección absoluta. Se muestran con una ligereza, con un profundo y apoteósico sentido del humor (como Almodóvar y como Hitchcock, Truffaut es divertidísimo cuando no está haciendo "expresamente" una comedia), se muestran con un sentido de la observación tan precisamente hitchcockiano, que la película se desliza solita en medio de sus cotidianos suspenses y sus resoluciones a veces previsibles pero en las que prima sabiamente el cómo y no el qué.

Admirable, bellísima e imperecedera "La piel dura", que sigue creciendo, afectándonos y aferrándose a la vida, como bien dice. (Y qué mítica y famosa escena, ni Haneke, hay que jugársela al hacer algo así para no molestar al público).








4 comentarios:

  1. Venga, Sergio, lánzamos tus cinco o seis Truffaut preferidos. ¡Tiempo!

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  2. Jajaja, pues intentando no pensar mucho.

    1-El díptico sobre triángulos:"Las dos inglesas y el amor" y la inexplicablemente cada vez más denostada "Jules et Jim"

    2-La declaración de amor al trabajo y a tu disciplina "El pequeño salvaje", aunque Itard no fuese tan bueno y paciente.

    3-La necrofilia de "La habitación verde" como premonición de un mal cada vez más extendido en este siglo.

    4-El romanticismo muy noir y muy fou de "La sirena del Mississipi"

    5-El divertimento-involuntaria despedida "Vivamente el domingo", o no todas las grandes películas tienen por qué parecerlo.

    De las otras me parece muy flojo el ciclo Doinel tras "Besos robados" y me parece espantosa "Una chica tan decente como yo", pero no recuerdo ninguna que realmente no me guste, aunque "Los 400 golpes" no sea para tantísimo, "El último metro" o "La noche americana" tendría que volver a verlas. "Ah, no so sé qué significa que "Fahrenheit 451" ha envejecido, de verdad que no lo sé.

    Saludos

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  3. Lo has clavado, has desvelado en tu estupendo comentario no solo lo que es "La piel dura" sino el cine del propio Truffaut. Temeraria pero asombrosamente justificada la conexión Almodóvar cuando se trata de hacer humor sin pretenderlo. Emocionante. En "La piel dura" los niños, los adolescentes, son de verdad. ¡Cómo los filma! No hay impostación alguna ni por parte del director ni de aquellos: sus pequeñas alegrías, sus dramas, sus travesuras, el descubrimiento del amor. Maravillosa.

    ¿Que Truffaut tiene un aura mítica según algunos? Eso se lo han inventado la crítica que repara en el milagro de ver los efectos lumínicos sobre la degradación de la yema de un huevo frito a lo largo de varios días y escriben textos patafísicos que solo pueden descrifrar sus artífices o Albert Serra :-) Antes que aureola mítica, a Truffaut le ha hecho mucho daño aquellos y aquellas que lo han contrapuesto a Godard y se han empeñado en enfrentarlos como antes hicieron con Chaplin y Keaton.

    ¿Mis Truffaut favoritos? A voleo: "Dos inglesas y el amor", "Pequeño salvaje", "Habitación verde", "La piel suave", "Adela H", "Besos robados" y "El hombre que amaba a las mujeres".

    ¿Pasar el tiempo sobre una película? Desde joven he detestado eso. Para mí no pasa el tiempo por una película. Me niego.

    Fuerte abrazo,
    Rafa.

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  4. Sí, la contraposición con Godard es demasiado caprichosa como para pensar que va en serio. Es comprensible que no te guste Truffaut pero no que no te guste porque no es Godard.

    Un fuerte abrazo

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