viernes, 30 de enero de 2015
LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL
El mito de Bovary ha eclipsado, de forma comprensible a mi entender, las virtudes de esta novela de Gustave Flaubert en el crepúsculo de su vida.
La entidad del personaje de Fredéric Moreau, un joven que se hace adulto en la Francia de la revolución del 48 y que pasa media vida enamorado de una mujer con la que no consuma su pasión tiene poco que envidiar a la de Emma, aunque Emma haya calado más en el imaginario colectivo.
El carácter romántico de su personaje y algo wertheriano es quizás su punto menos atractivo leído con el paso de los años. Pero su último tramo, con esa vida tan vivida como vista pasar en nombre de.. le da a la obra resonancias muy amplias y muy abiertas para que cada cuál la viva y la sienta como novela como buena mente pueda y quiera.
Y el título mola muchísimo como posible blog de algo...
Me hago trampas a mi mismo y diez días antes de lo que marcan las reglas del "viaje" (una cada tres meses) acabo de empezar "La prisionera", que no tendrá reseña aquí, por lo que la siguiente cita se dilata un poco más. Hasta pronto.
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