miércoles, 13 de julio de 2016

BLOW OUT+ PALABRA Y UTOPÍA


BLOW OUT

Brian De Palma es conocido como aplicado alumno de Alfred Hitchcock, al que hace evidentísimos y abundantes guiños en films de una artificiosísima postmodernidad, especie de monstruos de Frankenstein construídos a retales como "Fascinación", "Vestida para matar" o "Doble cuerpo".

No es porque sean por fuerza inferiores a "Blow out", pero "Blow out" es un hito en la obra de De Palma en muchos sentidos. Bien es cierto que adopta como base la muy hitchcockiana "Blow up" de Antonioni, y por extensión "La conversación" de Coppola, que también conseguía superar su condición de guiño del amigo americano. Bien es cierto que están presente en ellas todos los fastuosos artificios marca de la casa, los movimientos de cámara que rompen una noción de espacio convencional, las falsas paredes, las pantallas partidas... Pero teniendo todo lo que habitualmente tiene, "Blow out" da dos pasos adelante. Es una película no sólo divertida, no sólo tremendamente entretenida, alocada y apasionante. Es una de las más delirantes y sentidas declaraciones de amor al cine jamás hechas, a un cine hecho con amor, con profesionalidad y con la carne dolida de la vida, es una declaración de amor al cine como arte de espectros, como si esto fuera "Vida en sombras", como arte sublimador de la muerte, como se muestra en un final que hará de las delicias de los amantes del melodrama más hiperbólico. Fascinante, personal, emotivo, enorme y colosal De Palma.


PALABRA Y UTOPÍA

Filmar la Historia en off, la historia individual y filmar la palabra, la escritura y el pensamiento. Ése es el propósito de este film sobre la vida y obra del padre jesuita Antònio Vieira (1608-1697), un religioso que conoció todas las Cortes, se enfrentó a la Inquisición, defendió a los judíos y a los indios y participó en las controversias y turbulencias de su tiempo, deslumbrando a Roma y la Reina Cristina de Suecia en su exilio italiano. La película de Oliveira es tan densa como atractiva, tan marciana como ejemplar. Se filma todo eso tan infilmable, vertebrado a través de sus sermones,  a través de actores monumentales, de arquitectura y paisaje natural, del difícil Arte de saber enmarcar. Que todos creen que saben pero no saben.

La relaciono con el Bach de Straub, aunque inevitablemente Bach me interesa bastante más que Vieira.



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