De adolescente me molestaban mucho las versiones modernas de las óperas. Cuando empiezas a conocer algo eres por definición clasicista y purista. Lo quieres conocer de la forma más esencial posible.
Con el tiempo la fiebre inevitablemente se te pasa, y aunque sigues conservando gusto por esa pureza, la fiebre se te pasa un poco y lo entiendes. Es como cuando preparas años tras año la representación navideña en un colegio, la tienes que haces de todas las maneras posibles que existen para no acabar abriéndote las venas.
¿Cómo traes a esta sección de ópera este título?, ¿viendo nuevamente la excelente pero ya muy vista película de Joseph Losey?, ¿para qué traer este título a esta sección?, es más...
El montaje del teatro de los Campos Elíseos de París del año 2013 es de esos montajes con vestuario moderno que hace 20 años me habrían echado para atrás. Don Giovanni es uno de esos hombres con más escote que su novia y una cama juega un papel muy importante en el acto I (y cuál es si no la cama el lugar fundamental sobre el que gira todo el sentido de la obra).
El actual resultado es que nada cambia ese vestuario, la obra es la estelar conjunción entre el vibrante libreto del genial Lorenzo Da Ponte y la monumental música de Wolfgang Amadeus Mozart, un Taj Mahal de los sonidos.
El nuevo y renovado propósito que me aporta este montaje es que además de seguir descubriendo nuevas óperas que no conozco quiero ver "Don Giovanni" y catedrales de su estirpe de tantas maneras como sea posible, con vestuario antiguo o moderno, con actores cantando a la pata coja o recitando al revés.
Nada cambia lo inmutable.
Ah, y además aquí canta Miah Persson. Probablemente nunca he sido tan feliz en el Arte como viendo el montaje de "Cosí fan tutte" del festival de Glyndebourne del año 2006 en el que cantaba ella. Aún así pienso lo mismo, quiero ver "Cosí fan tutte" de todas las maneras posibles. Y además en muchas de ellas canta Miah Persson.
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